Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 231

PDV Teresa

Las ultimas 2 semanas se habían ido algo rápido, aunque no tanto, en ese tiempo Anna siguió visitando la universidad y se juntaba a mi lado.

En algún momento llegue a hablar con Tomas acerca de ella y si era no tendrá alguna doble intención, èl me dijo que según lo que recordaba, ella y Vincent tuvieron algo, pero fue cuando este ultimo era mas joven e incluso mas idiota de lo que es ahora.

Me conto varias cosas  de lo que pasaron juntos en ese entonces, y mas que todo como Vincent estafo a Anna varias veces haciéndole que le comprara muchas cosas por que supuestamente no tenia dinero.

También me dijo varias cosas mas, pensé que Vincent era el malo hasta que luego que escuche que Anna se comportaba con èl como una suggar mommy o algo asi, a cambio de las cosas que le daba a Vincent para que tenia la intención de recibir cosas a cambio.

Tomas no entro en detalles pero dijo varias veces que Vincent terminaba desapareciendo cuando Anna lo llamaba en algunas ocasiones, ¿Qué hacían? No me lo quiso decir.

Al final de cuentas, me dijo que Anna quizás estaba tras de Vincent o quizás no, pero no motivo para que yo me preocupara, asi que segui viendo si podia tener una amistad con ella.

Me faltaban amigas la verdad… con la reputación que tenia, solo andaba con Daisy y de vez en cuando con Mia, pero con esta última aún seguía sintiendo cierta desconfianza.

No vi nada de malo en intentar ver qué pasaba, Vincent se mantuvo perdido cada vez que andaba con ella, el ambiente entre los 2 era algo raro, además de eso, también me mantuve el pendiente de lo que hacía Tomas con Clara.

Ambos habían seguido hablando de forma ocasional despues de esa conversación que tuvieron anteriormente, según Tomas era para poder ir arreglando algunos detalles sobre su supuesto divorcio.

Seguía dándome desconfianza todo eso, pero segui con el proceso junto con èl, o al menos hasta donde pude, tuve que seguir viendo las cosas en la sucursal, y Clara solo llamaba al número de Tomas cuando estaba en la oficina.

Con todo eso lo que tenia a mi disposición era limitado, la fecha se acercó, y al final tuvimos que ir a buscar a Clara para la firma.

Se suponía que iba a regresar al dia de mañana despues de su viaje hacia el Tibet.

Esa noche, me senté con Tomas en la cama para poder ver el acuerdo de divorcio que se iba a firmar, me recosté sobre su hombro mientras leía el acuerdo junto con èl… Tomas ya debía haberlo visto varias veces en todo este tiempo… creo que solo lo estaba haciendo ahora para complacerme.

Lo leyó en voz alta para que escuchara, yo también iba leyendo con mis ojos en la Tablet que tenia en las manos para asegurarme que no le faltaba nada, habia visto muchas series de abogados junto con Daisy y habia visto mucho sobre lo de las “letras pequeñas” de un contrato.

No queria que las cosas se jodieran si eso pasaba.

—¿Entendiste todo? —me pregunto Tomas mientras terminaba de leer el acuerdo.

—… Más o menos, no soy tan buena en esto de las leyes —le respondí.

— ¿Pero si estas conforme con todo?

—Mmm, si… eso creo.

No habia visto algo que Clara pudiera hacer, parece que el acuerdo era muy imparcial, Clara y Tomas no tenian hijos, y habían firmado un acuerdo prenupcial bastante completo, por lo que cuando se divorciaran, a efectos prácticos, no habría problemas legales o económicos por esto que iban a hacer.

—Clara ni siquiera se esforzó en eso del divorcio, me dijo que yo me encarga de todo con respecto al acuerdo y ella iba a firmarlo junto conmigo.

—…

—Llegara mañana, ire a recibirla al aeropuerto y despues nos iremos.

—Yo voy a ir con ustedes —le dije a Tomas.

— ¿No tenías que ir a la universidad? Y después de eso debias ir a trabajar.

—Eso puede esperar, ni importara que falte la universidad, y puedo ir despues al trabajo si hace falta.

—Teresa…

—Voy a ir Tomas, no trates de convencerme de no hacerlo.

—Bien, bien, nos levantaremos temprano entonces, pero cuando veas a Clara, trata de llevarte bien con ella y no intentes hacer pelea ¿Entendido?

Me moleste.

—¿Por qué me lo dices a mi? Ella fue la que incluso me denuncio para llevarme presa, ¿Por qué lo dices como si yo fuera la que busca pelea entre las 2?

—No quise decir eso Teresa.

—Por tu tono parecia asi.

—Solo quiero que las cosas marchen bien y no haya retrasos, hemos postergado mucho esto y no quisiera que por alguna razon Clara se arrepiente de llegar a firmar el acuerdo conmigo.

…

—Bien, voy a tratar, pero no respondí si ella empieza primero ¿Okey? No tratare de iniciar nada pero responderé si ella lo hace.

—Eso será suficiente Teresa.

Pase el resto de la noche en vela despues de eso ultimo, dormi muy poco esa noche por los nervios, a la mañana siguiente, Tomas y yo nos levantamos temprano, el vuelo de Clara iba a llegar temprano.

Según Tomas, Clara había perdido el avión privado, parece que lo regalo o quien sabe que, eso no fue algo que le importo, después de estar listos, Tomas y yo nos fuimos en su auto y de allí partimos al aeropuerto.

—¿Por qué no me invitaron para ir con ustedes? Yo queria ir —le dijo Vincent a Tomas a través de su teléfono.

Lo tenia en altavoz, me habían llamado por no llegar a la universidad.

—Esto no es un asunto que te concierna a ti Vincent, es algo personal.

—¿Cómo que no? Si yo estuve desde el principio hasta el final de tu relación, ¿Has olvidado todo lo que vivimos juntos los 3? No pueden hacer esto sin mi, sin Vincent ¿No recuerdas cuando…?

Tomas colgó el teléfono antes de que Vincent terminara lo que iba a decir, le preguntaría mas tarde, me dio curiosidad.

Llegamos al aeropuerto, el sitio donde Clara iba a bajar no era común, a pesar de que viajo en un avión turístico, era uno especial, algo asi como algo para los ricos únicamente, VIP, incluso la zona donde salían los pasajeros era especial  y reservada.

Tomas y yo solo podíamos entrar gracias al estatus de este, los lujos de los ricos.

Estabamos a punto de entrar, pero mientras íbamos por allí, vi que una chica estaba parada cerca del lugar de entrada de la zona VIP donde iba a llegar Clara, estaba allí meciendo un letrero.

No me hubiera llamado la atención de no ser por las palabras que tenia escritas alli.

“Tengo 18 años, y vendo mi virginidad por boleto de un concierto al que quiero ir”.

…

Me quede muda al ver eso, pero no dije nada, al menos hasta que la chica me noto y entonces grito emocionada hacia mi.

— ¡Teresa! ¡Oye Teresa por aquí! —me grito la chica mientras agitaba la mano emocionada y venia conmigo.

Tomas y  yo habíamos pasado un poco la entrada hacia la zona VIP del aeropuerto, los guardias detuvieron a esa chica.

— ¡Teresa! —me grito de nuevo.

—Ya déjenla —le dije a los 2 chicos que la sujetaban.

Estos me miraron un momento, después vieron a Tomas y luego de eso se separaron y dejaron ir a la chica con nosotros.

Esta última al llegar junto conmigo me dio una abrazo, parecía muy emocionada, ni idea de porqué.

— ¡No puedo creer que por fin te conozca! Eh tratado de verte en tu universidad, pero no te pude encontrara hasta ahorita —me dijo la chica emocionada.

—Es mucho apuesto en persona, que suerte tienen algunas, ojala pudiéramos conseguir a alguien asi para nosotras con esto —dijo la chica mientras trataba de acariciar a Tomas con su mano, aunque este la rechazaba.

— ¿Podríamos?

—Sí, mis amigas y yo estamos haciendo lo mismo, algunas están en otros aeropuertos, tengo una amiga que está en otra entrada esperando a que alguien se la lleve, quiero que consigamos al menos 1, tú tienes a 2 Teresa, eres muy avariciosa… al menos debes compartirnos 1 a las demás.

— ¿2?

—Sí, Tomas y Vincent ¿Verdad?

¿También lo conocen a él? ¿Es que toda mi vida privada se ha hecho pública sin que me enterase?

Sabía que fui viral hace tiempo después de la subasta de hombres, pero no pensaba que fue a este punto.

—Oye, no creo que debas estar aquí.

— ¿Por qué no?

—Eso de pensar que vas a conseguir a un chico rico que te compre  en el aeropuerto y luego este contigo para alguna relación seria es demasiado fantasioso… esas cosas no pasan.

—Pero si a ti te paso… y no fueron 1, fueron 2, 1 chica de mi universidad supuestamente ya logro venderse a alguien rico que logro encontrar, aunque era de mediana edad.

— ¿Otra? ¿Cuántas chicas de tu universidad  están haciendo esto?

—Bastantes creo yo, todas queremos hacer como tu y conseguir a nuestro Tomas, es mucho mas lindo en persona, oye, ¿Me dejas tocarte las mejillas?

—No —le respondio Tomas.

—Vamos, por favor, solo será un rato.

—Tenemos cosas que hacer y debemos irnos, vámonos Teresa —me dijo Tomas mientras me tomaba de la mano y se iba conmigo.

—¡Adiós Teresa! ¡Deséame suerte por favor! ¡Quizás nos veamos en la siguiente fiesta de Mia! ¡Tu padre quizás no este en esa! —me grito mientras se despedia.

¡¿Pero cómo es que también sabe eso?!

—Solo ignórala Teresa, no prestes atención a nada de lo que dijo —me dijo Tomas mientras caminábamos.

—Es muy fácil para ti decirlo, no te has convertido en el mal ejemplo de las chicas de 18… las mamas deben estar maldiciéndome justo ahora… no sabía que… me habia convertido en ese ejemplo a seguir.

—No digas eso, solo es una chica loca.

—No es solo 1 chica Tomas, son varias y quien sabe cuántas más.

Iba a tener que ver como fue que mi vida fue filtrada a los demás, encontrarme con esa chica y que esta me dijera en el mal ejemplo en el que me convertí me afecto un poco, pero sacudi la cabeza y me concentre para encontrarme con Clara.

Llegamos al lugar acordado y vimos a los pasajeros bajar y entrar aquí, todos ellos se veían con ropas finas, parecían ser de alta sociedad, pensé en la chica de la entrada ¿Algunos se fijara en ella? Y es mas ¿Sera para algo serio o solo tomarla y votarla después de usarla?

Sacudí la cabeza de nuevo para quitarme esos pensamientos, luego por fin vi a Clara bajar.

Estaba bien vestida, pero sus ropas a pesar de verse bien, parecía un atuendo mas casual, mas de calle, aunque seguía viendo muy bien con èl, con su apariencia todo le queda bien, Clara miro unos momentos a los lados y después no observo.

Alzo la mano.

—¡Tomas! ¡Teresa! —nos saludo.

Llego con nosotros y nos abrazó, incluyéndome a mí, no sentí segundas intenciones con ese abrazo, aunque aún así temblé.