PDV Saint
Continúe revisando el documento que Tomas me dio, no tenía nada fuera del otro mundo, y se podría resumir en un par de reglas bastante simples.
Estas serían las siguientes:
1. El acuerdo iba a tener una duración de 3 meses en total, pasado ese tiempo, el acuerdo expiraría.
2. La chica en cuestión recibirá una remuneración diaria de 2000 dólares cada día mientras el acuerdo se mantenga vigente.
3. Al finalizar el periodo de 3 meses, la chica recibirá un solo pago de 600.000 dólares.
4. La chica durante el tiempo en que se mantenga el acuerdo, deberá mantenerse virgen y no tener relaciones íntimas con algún hombre de ninguna forma.
5. Si la chica por alguna razón, terminara por perder su virginidad o si llegara a mantener relaciones íntimas con algún hombre, entonces el acuerdo se considerara roto y la chica no recibirá el pago de 600.000 dólares que se debía entregar al finalizar los 3 meses.
6. Si el acuerdo se llegase a romper… la chica además de no poder recibir su pago estipulado… también tendría que devolver la remuneración diaria que llego a recibir durante el periodo que duro el acuerdo antes de que este se disolviera.
7. El contratante (Ósea Tomas) no podría obligar a la chica en cuestión a hacer algo en contra de su voluntad sin ninguna excepción.
8. Al finalizar el periodo de tiempo estipulado, ambas partes podrán decidir si renuevan el acuerdo o no, siendo de mutuo consentimiento.
El acuerdo en si no posee nada fuera del otro mundo, pero me doy cuenta de ciertas “lagunas” que existen en las reglas 5 y 6.
— ¿Qué te parece? —me pregunta Tomas, mientras me mira fijamente.
—Pues por los momentos no le veo nada de malo, aunque eh notado algunos puntos que podrían llegar a interpretarse de otra forma —le digo mientras lo miro con cierta diversión.
Me había dado cuenta de los trucos que Tomas había llegado a implementar en el acuerdo, trucos que no se percibirían a simple vista, una persona común no podría llegar a darse cuenta de esos trucos si solo mirara el acuerdo sin pensar mucho en él.
— ¿A cuales puntos te refieres? —me pregunto Tomas.
—Es con respecto a las reglas 5 y 6 —le digo, mientras empiezo a comer la comida que pedí.
— ¿Qué problema hay con esas reglas? Dime ¿Qué has visto? —me pregunta Tomas.
—Tienes una mente bastante imaginativa ¿Lo sabias? —me dice Tomas, quien continua comiendo sin darle importancia a mis palabras al parecer.
—Lo sé perfectamente Tomas, pero en fin, si esta chica llega a tener alguna clase de intimidad con algún hombre incluso contigo, entonces el acuerdo quedaría invalido y ella no recibiría su pago, pero no solo eso, sino que además… la remuneración diaria de 2000 dólares que le das todos los días que dure el acuerdo… tendrá que ser devuelta por ella en su totalidad al contratante… en este caso, ese serias tú —le digo a Tomas, mientras lo señalo.
Tengo una leve sensación de triunfo al darme cuenta de todos los trucos secretos que ha implementado en este acuerdo sin ninguna importancia obvia.
Tomas no me responde, a veces ciertamente no es dado a las palabras, pero de todas formas me decido por terminar mi investigación.
—Esta chica recibirá 2000 dólares cada día que dure el acuerdo y al finalizar este recibirá 600.000 dólares como pago final, con tales sumas de dinero, cualquier persona seria embriagada por una sensación de “gastar”.
— ¿”Gastar”? —murmuro Tomas, al parecer divertido con mis últimas palabras.
—Así es, y esto es especialmente cierto en el caso de las mujeres… sabes que todas las mujeres son propensas a dejarse llevar por las compras, y una joven chica obviamente sería igual que el resto, por lo que al recibir una suma tan grande dinero de forma diaria y confiándose en que recibirá una gran cantidad de dinero al finalizar el acuerdo… ¿Qué crees que hará?
—No lo sé… tú dime.
—Obviamente va a gastar… va a gastar hasta que ya no pueda más, ella caerá en un frenesí de compras impulsivas y se dejara llevar por el lujo y la bonanza… ¿Y qué crees que pasara si por alguna razón el acuerdo se llegase a romper… y ella tuviese que “devolver” todo el dinero gastado?
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO