Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 39

PDV Teresa

— ¿Quieres acompañarme

a mi casa? —le pregunte, mientras lo miraba sorprendida.

—Así es —me

contesto Saint, por su tono podía decir que no estaba bromeando.

— ¿Por qué quieres

acompañare? —le pregunte.

—Es por tu

seguridad Teresa —me contesto.

— ¿Por mi

seguridad?

—Así es.

—Gracias, pero

puedo cuidarme sola —le dije en tono firme.

No quería seguir

estando con Saint, no sabía cuáles eran sus intenciones conmigo, pero no creía

que podían ser “puras”, es decir, un hombre que rico que compro

infructuosamente mi virginidad un día antes no se presentaría y me ayudaría 2

veces seguidas solo porque si, algo huele mal en todo esto.

—Teresa, dices que

puedes cuidarte sola… pero dime ¿Qué fue lo que paso hace poco? —me pregunto

Saint.

—Eso… eso fue un

incidente aislada solamente, no volverá a pasar —me conteste con algo de pena.

Le había dicho que

podía cuidarme sola, pero había olvidado lo que paso hace solo unos minutos.

—No puedo estar

seguro, voy a acompañarte, no quiero arriesgarme a que pueda pasarte algo

similar mientras vas a casa —me dijo Saint.

—No es necesario

Vincent.

—No te lo estoy

preguntando —me dijo mientras mi miraba fijamente, su tono era bastante

autoritario.

¿Me estaba

diciendo que no necesitaba mi consentimiento para llevarme a mi casa?

—Ya te dije que no

es necesario Vincent, ya es muy tarde y tengo que irme, gracias por todo —le

dije, antes de darme la vuelta y empezar a caminar.

Poco después de

que empezara a caminar, pude oír el sonido de pisadas detrás de mí, gire mi

viste y pude ver de reojo que era Saint quien me estaba siguiendo.

— ¿Qué es lo que

haces? —le pregunte mientras me giraba para verlo.

— ¿Qué hago? Solo

estoy caminando —me dijo Saint.

—Me estas

siguiendo —le dije mientras fruncía el ceño, quería demostrarle lo enojada que

estaba.

—No Teresa, no te

estoy siguiendo —me contesto mientras sonreía.

— ¿No? Claramente

lo me estas siguiendo.

—No, solo estoy

caminando en la misma dirección que tu –me dijo Saint, mientras me miraba con

esa sonrisa suya.

¡Este

sinvergüenza!

— ¡Camina en otra

dirección! —le grite en voz baja.

—No quiero, y no

puedes obligarme, estamos en un país libre Teresa, puedo caminar en cualquier

dirección —me dijo Saint.

— ¡Tú…! ¡Bien!

¡Trata de seguirme el paso! —le dije, antes de empezar a caminar lo más rápido

que podía.

Pensaba que podía

dejar atrás a Saint… pero para mi sorpresa, no solo no deje a Saint atrás, sino

que además… él incluso me rebaso, y giro su cabeza para mirarme mientras

caminaba.

—Ahora tú me estas

siguiendo a mi ¿Me estas acosando Teresa? —me pregunto Saint, mientras

continuaba mirándome con esa sonrisa suya.

¡Estoy empezando a

odiar esa sonrisa!

PDV Tomas

Después de

despedirme de Saint, me monte en mi auto y mi chofer me llevo de regreso a mi

hogar, y en el camino, no pude evitar pensar en mi conversación con Saint.

Mientras hablaba

con él, me había dado cuenta de que las algunas que había en el contrato y

sobre cómo podría malinterpretarse y jugar en contra de Teresa.

La cláusula por la

cual no podría estar con ningún hombre, solo la había colocado para asegurarme

de que no se dejara tocar por ningún hombre excepto yo, no me gustaba

compartir, nunca me ha gustado, por lo que establecí esa cláusula para que ella

mantuviera su distancia de cualquier posible pretendiente.

En ese momento, me

pareció una buena regla, pero después Saint me había hecho dar cuenta de que

esa regla de que no podía estar con ningún hombre, también podría aplicar para mí,

a que yo también era un hombre.

No me había dado

cuenta de esto en ese momento, y tampoco sobre lo que Saint me dijo, so por

alguna razón, Teresa compartía intimidad incluso conmigo, también tendría que

devolverme todo el dinero que le había dado de forma diaria y el contrato se

invalidaría.

Honestamente había

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO