PDV Teresa
Después de que Saint, termino de hablar, empecé a pensar en las palabras
que dijo.
Él había dicho que me quería como una ayudante de confianza para que lo
apoyara en el manejo de las empresas que su familia le había dado, en otras
palabras, me quería como una secretaria.
Una secretaria… cuando pensé en este posible puesto que Saint me estaba
ofreciendo en realidad no sonaba nada mal, en una situación normal sería muy
bueno que alguien con el estatus de Saint me ofreciera este puesto de trabajo,
el único problema era mi historial con Saint.
A fin de cuentas, yo lo había dejado plantado después de que él pago por mi
virginidad… me costaba creer que alguien que de seguro era una persona
orgullosa no llegara a afectar algo como esto, y más siendo un hombre.
Temía que si me quedara más tiempo con Saint, él llegara a descubrir que en
lugar de estar con él la noche de ayer, estuve con otro hombre, quien sabia
como iba a reaccionar al enterarse de esto, los hombres podían ser muy
orgullosos, y más cuando se trataba de
mujeres, y por eso temía lo que Saint pudiera sentir o hacer si se enterara de
que estuve con otro hombre en lugar de estar con él esa noche.
Por otro lado, la oferta de empleo la verdad que era muy tentadora, lo que
necesitaba en estos momentos era un empleo estable y bien remunerado, y de
seguro ser la secretaria de alguien como Saint debía pagar muy bien, demasiado
bien incluso.
Había perdido mi trabajo en el restaurante, y solo me quedaba mi trabajo en
la tienda de comestible, por lo que necesitaba otro empleo, si mi acuerdo con
Tomas pudiera llegar a buen término, no tendría que preocuparme por el dinero
por un tiempo, pero al final el dinero se gasta, y una vez que me gastara el
dinero de Tomas quedaría en la misma posición en la cual estaba antes de
conocerlo.
No podía depender de un bono de dinero que me llego de la nada, lo cual era
el dinero que iba a obtener si terminaba firmando ese acuerdo con Tomas y por
el cual ganaría una gran cantidad de dinero en poco tiempo, necesitaba un
empleo que me asegurara una fuente de dinero constante y estable con la cual
poder mantenerme y poder tener perspectivas de carrera futura.
A fin de cuentas solo tenía 19 años, el dinero que me iba a dar Tomas no me
duraría para siempre, si acaso solo un par de años, por lo que necesitaba
perspectivas de carrera y ser la secretaria de alguien como Saint podría
ofrecerme las perspectivas de carrera que necesitaba.
Trabajar para él me proporcionaría un buen salario, y no solo eso, sino que
además podría aprender mucho, Saint necesitaba administrar numerosas empresas
de su familia, yo era una estudiante de contabilidad, por lo que el tema de la
administración era uno con el cual estaba familiarizada y necesitaba aprender
con detalle, por lo que el trabajar para Saint y ayudarlo a manejar sus
empresas podría ser muy útil para mi aprendizaje.
Además de eso, también estaba el hecho de que si trabajaba para Saint,
podría tener un muy buen punto que llenar en mi currículo, trabajar para
alguien de su estatus, incluso sino no llegara a buen término al final, podría
abrirme las puertas a muchas oportunidades en el futuro.
Trabajar para Saint me daría muchas oportunidades… por un lado temía lo que
él podría estar planeando con respecto a mí y lo que podría pasar si se llegaba
a enterar de mi noche con Tomas, pero por el otro lado, ambicionaba mucho la
oportunidad de poder trabajar junto con él y poder ampliar mi mirada a nuevos
horizontes y poder disfrutar de las oportunidades que podría obtener al ser su
empleada.
Habían pros y contras en ambos lados, era una decisión difícil.
—¿Qué me dices Teresa? ¿Vas a trabajar para mí? —me pregunto Saint,
mientras sus ojos estaban clavados en mí.
—Vincent… ¿De verdad solo quieres que sea tu empleada solamente? ¿No
quieres nada más que eso? —le pregunte a Vincent, mientras lo miraba a los
ojos.
Esa era mi principal preocupación, ¿De verdad Vincent solo quería una
relación de trabajo solamente… o quería algo más?
—Teresa, puedo prometértelo, solo quiero que seas mi empleada, ya te dije
que en mi mundo las virtudes son muy escazas y necesito a alguien que pueda
cuidarme la espalda… y teniendo en cuenta tu historial… eh decidido que tú serás
ese alguien —me dijo Vincent mientras me miraba y me señalaba con uno de sus
dedos.
Así que solo quería alguien de confianza…
Cuando Vincent me dijo estas palabras, recordé lo que me dijo acerca de lo
traicioneros que podían ser las personas de su mundo y le hecho de que su madre
era precisamente una de estas personas, quien lo abandono cuando vio que
Vincent y su hermana no le eran de utilidad.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO