Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 50

PDV Saint

— ¿Disfrutaste tu velada? ¿Qué quieres decir con eso? —me pregunto Tomas.

—Que disfrute mucho mi velada Tomas… ¿Recuerdas a esa chica de la cual te

hable? —le pregunte a Tomas.

—Sí, la recuerdo, ¿Y bien? ¿Te acostaste con ella? No quiero que me mandes

fotos como la última vez, solo dime que sí y ya, no es necesario mostrarme

fotos de ti desnudo con ella —me dijo Tomas.

—No Tomas, no me acosté con ella… no estuve ni cerca de eso —le dije a

Tomas, y no pude evitar dejar salir una sonrisa.

— ¿Ah no? ¿No te acostaste con ella? —pregunto Tomas, parecía muy

sorprendido.

Y no era de extrañar, es decir ¿Quién podría pensar que una mujer

rechazaría a alguien como yo? ¿Quién podría pensar que alguien podría rechazar

a el Saint?

La sorpresa de Tomas era algo natural.

—No, Tomas, no estuve ni cerca de poder hacerlo, fue algo loco lo que paso

—le dije a Tomas.

— ¿Qué diablos hiciste Vincent? —me pregunto.

—Bien, espero que no pienses dormir, tengo mucho que contarte.

—Pareces una adolecente chismosa que no puede mantener su boca cerrada y

tiene que contarle todo a su amiga.

—Pero Tomas… ¿Acaso tú y yo no somos “best friends forever”?

—Habla de una vez Vincent, quiero dormir, tuve un largo día —me dijo Tomas.

—No me hables así cariño.

—Vincent…

—Bien, bien, acomódate y escúchame con atención.

Después de decir estas últimas palabras, procedí a contarle todo a mi

amigo, le conté todo, desde que entre al restaurante hasta que le di un beso a

Teresa.

Tomas hizo algunas intervenciones aquí y allá, pero escucho todo

atentamente.

Cuando termine mi historia, no pude evitar quedar un poco satisfecho de

finalmente desahogarme de todo lo que había pasado el día de hoy.

Se sentía liberador poder soltar todo esto.

—Es increíble que después de todo lo que presumiste ante mi sobre como ibas

a hacer rogar que esa chica te pidiera a gritos el acostarse contigo, al final

solo hayas podido obtener un beso de mala gana —me dijo Tomas, su tono estaba

lleno de sarcasmo.

Se estaba burlando.

—No me importa Tomas, tarde o temprano esta chica será mía, lo que hice el día

de hoy fue solo echar las primeras semillas —le dije con emoción a Tomas.

—Mejor será que te apresures porque sigues demorándote, alguien más se te a

va a adelantar y te robara a tu chica.

—Por favor Tomas, hay que ser honestos, mientras yo esté al lado de esa

chica, todos los hombres con los cuales este o llegue a ver les van a parecer

un montón de idiotas y puercos… ¿En serio piensas que podría encontrar a

alguien que me supere y que pueda seducirla antes que yo? Seamos realistas.

—Un poco de humildad te vendría bien Vincent.

— ¿Y tú tienes algo de eso?

—No, y si tuviera no alcanzaría para poder llenarte ni un poco.

—Cierto, de por si la humildad que tú tienes no debe ni llenarte una décima

de tu tanque.

—Como sea Vincent, apúrate con esa chica antes de que alguien se te

adelante, es mejor prevenir que lamentar.

—Lo tendré en mente.

— ¿Esto era todo lo que tenías que decirme? —me pregunto Tomas mientras

bostezaba.

—Pues si… por cierto ¿Qué hiciste con el acuerdo? ¿Lo modificaste?

—No.

—Así que le enviaste ese entonces…

—Así es.

—Bien, que bien picaron, pronto tendrás una linda esclava dispuesta a

cumplir todos tus deseos —le dije Tomas con mi tono lleno de sarcasmo.

Quería darle a entender por completo lo que pensaba de este asunto.

—Deja el problema con eso Vincent, no es lo que tú crees.

— ¿En serio? ¿Y que es realmente?

—No tengo por qué explicártelo, solo tengo que decirte que fue pura

casualidad nada más el que encontraras esos puntos en blanco en el contrato.

—Claro que si picaron, también es casualidad que el cielo es azul y los

pájaros vuelen —le dije a Tomas, con un tono con el cual le demostraba que no

le creía nada.

No veía el por qué debía mentirme a mí de esa forma.

—Como sea, cree lo que quieras, ya tengo sueño y quiero dormir —me dijo

Tomas mientras escuchaba como bostezaba.

—Bien, bien, que descanses cariño.

—Vincent…

—Tranquilo, mañana podrás desquitarte conmigo, ¿Nos vemos mañana?

—Si con eso me dejas en paz, por mi bien.

—De acuerdo… adiós mi amor —le dije a Tomas, antes de colgar el teléfono.

Después de colgar el teléfono, lo guarde en mi bolsillo y me prepare para

poder irme a mi casa, pero antes de poder hacerlo, note cierta cosa en el piso.

Eso me dio mucha curiosidad y termine por agacharme para poder ver de qué

se trataba.

Cuando vi lo que había allí, termine por soltar una sonrisa siniestra… ya

que lo que había en el piso era el documento de identidad de mi Teresa… al

parecer se le cayó mientras la alzaba en mis brazos.

No podía dejar algo tan importante como un documento de identidad (D.N.I)

aquí tirado en el suelo, no, yo necesitaba regresárselo a mi amada… y en

persona…

En otras palabras… había encontrado la excusa perfecta para poder entrar en

la casa de Teresa y husmear un poquito, quizás pudiera incluso llegar a algo más.

Parece que mi noche no había terminado, como dice el dicho “la noche es

joven” y parece que a mí me quedaba más noche por delante.

Si Teresa estaba sola, quizás podría convencerla de tener un momento de

calidad nosotros 2 solos en agradecimiento por devolverle un documento tan

importante, sería un buen paso para poder establecer confianza entre ella y yo.

Termine por tomar el documento de identidad de mi Teresa, y acabe por

observar su foto y pude ver que era más joven aquí, quizás en esta foto debió

tener unos 15 años más o menos, se veía muy tierna…

¿Era normal que la Teresa de 15 años me calentara? Bueno, eso no importaba

en realidad.

Metí el documento de identidad de Teresa en mi bolsillo y acto seguido, camine

en dirección hacia su casa, en donde quizás me esperaría una buena velada

romántica.

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