Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 81

PDV Saint

El chofer condujo rápidamente, y gracias eso pude llegar rápidamente al aeropuerto donde Clara, la esposa, o más bien antigua esposa de Tomas estaba.

Había tomado mi decisión y decidí ir con Clara, podría preguntarle a Tomas porque estaba en ese lugar en ese momento, por lo que no era necesario tener que averiguarlo allí mismo.

Después de que mi auto se estacionara, salí disparada para poder encontrarme con Clara y con mi hermana, a las cuales logre encontrar rápidamente, estaban saliendo del aeropuerto justo en estos momentos, estaban hablando algo entre sí.

Al verlas, fui hacia ellas, cuando Mía me vio, hizo una expresión muy fea, no parecía nada contenta de verme, eso era natural, en cambio Clara me dio una sonrisa al verme y me saludo con mucho entusiasmo.

—Qué bueno que hayas podido venir Vincent —me dijo Clara mientras terminaba de darme un abrazo.

—A mi también me alegra haber venido —le dije a Clara mientras la observaba de forma involuntaria.

No pude evitar quedar algo maravillado por Clara, como siempre era una mujer muy atractiva, su piel era muy hermosa al igual que su rostro, su cabello el cual era brillante y sedoso, sus curvas y proporciones eran perfectas, y sus pechos bastante amplios al igual que su trasero.

Hubo un tiempo en que me sentí algo envidioso de Tomas por conseguir casarse con Clara, es una lástima que las cosas no hayan terminado bien entre ellos.

— ¿Qué paso Vincent? ¿Por qué llegase tan tarde? ¿Acaso tenías mejores cosas que hacer? —me pregunto Mía, sacándome de mis pensamientos.

—No Mía, es solo que algunos tenemos ocupaciones que nos retrasan, por eso no pude llegar con tiempo de sobra como cierta persona sin nada que hacer —le dije a Mía mientras giraba mi vista para mirarla.

— ¿Obligaciones? ¿Tú? Claro, si consideras gastar el dinero de nuestro padre en tonterías, frivolidades y mujeres, es obvio que estas muy ocupado —me dijo Mía mientras nos mirábamos.

—Ya paren los 2, me alegra que hayas llegado Vincent, tengo varias cosas que hablar contigo —me dijo Clara, interviniendo entre Mía y yo.

—Bien, yo también tengo algunas cosas que hablar contigo —le dije a Clara mientras esta me tomaba del brazo y empezábamos a caminar con Mía a mi otro lado.

—Dime Vincent ¿Cómo esta él? —me pregunto Clara mientras caminábamos.

Sabía a quién se refería.

—Está muy bien, nada nuevo que comentar, sigue siendo él mismo de siempre —le conteste a Clara.

—Ya veo, dime ¿Cómo fue que reacciono cuando se enteró de que yo iba a venir aquí? ¿Hizo un escándalo? —me pregunto Clara con una sonrisa mientras llegábamos auto.

—Él no sabe nada todavía Clara —le conteste.

—Vamos Vincent, no me mientas, sé que le contaste que yo iba a venir a la ciudad —me dijo Clara.

— ¿Y cómo puedes saber eso? —le pregunte.

—Te conozco.

—Bueno, es cierto —le dije a Clara mientras los 3 entrabamos en mi auto.

Mía debía tener su propio vehículo, pero debió acompañarnos por qué no quería dejar a Clara sola conmigo.

— ¿Y bien? ¿Hizo un escándalo? —me pregunto Clara.

—Bueno, no te voy a mentir, se alteró un poco, pero nada exagerado como quizás pienses —le dije a Clara mientras el auto empezaba a avanzar.

—Ya veo, ¿Crees que acepte reunirse conmigo? —me pregunto Clara.

Cuando escuche esto, fruncí el ceño… honestamente no creía que Tomas de verdad aceptara reunirse con Clara.

—No creo Clara —le dije siendo honesto con ella.

—Parece que sigue siendo muy rencoroso, el tonto orgulloso no perdona ni olvida —me dijo Clara, parecía pensativa.

—Sí, te dije que seguía siendo igual que antes, nada ha cambiado —le respondí.

—Vincent, necesito que me hagas un favor —me dijo Clara mientras se giraba para verme.

— ¿Un favor? ¿De qué tipo? —le pregunte con curiosidad.

Después de decir esto último, Clara empezó a decirme cual era ese “favor” que quería que le hiciera, cuando escuche esto no me gustó nada, pero Clara fue insistente y al final accedí.

Levante mi teléfono y con renuencia marque el número, después de un breve tiempo, Tomas me contesto.

— ¿Qué sucede Vincent? —me pregunto Tomas a través del teléfono, si tono era el mismo de siempre.

Al escuchar esto, suspire.

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