Sofía llegó a la antigua mansión, el mayordomo al verla le dijo: "Srta. Sofía, ha llegado, el Sr. Isaac está en el jardín."
"Gracias, conozco el camino," dijo Sofía con una sonrisa.-
A los empleados de la familia Amorós siempre les había gustado Sofía por su sencillez y trato amable.
Al llegar al jardín, Sofía encontró al abuelo Isaac sentado en una silla con una taza de café al lado. Al ver a Sofía acercarse, el abuelo Isaac se alegró.
"Sofi ha llegado. Ven aquí, ¿Rafa no vino contigo?"
"No, abuelo, Rafa tenía mucho trabajo en la empresa hoy, vine sola."
"Ese muchacho siempre está ocupado trabajando."
"Es el presidente, tiene que esforzarse más que otros."
"Siempre encuentras la manera de defenderlo. Quédate a cenar con tu abuelo esta noche."
"Claro, abuelo," respondió Sofía con una sonrisa.
Justo después de cenar con el abuelo Isaac, Sofía recibió una llamada de Simón Martínez, un amigo de la infancia de Rafael.
"Cuñada, estamos en el Bar Nocturno, Rafael ha bebido demasiado, ¿podrías venir a buscarlo?"
"Ahora voy."
Sofía se despidió del abuelo y salió en busca de Rafael.
………………………………………………
En el Bar Nocturno, en una zona VIP, había cinco hombres sentados, todos de buena apariencia, pero el que estaba medio recostado en el centro era el más atractivo.
Los cinco habían crecido juntos en un mismo vecindario, el mayor era Rafael, seguido por David Nazar, Óscar Jiménez, Sergio Aguilera, y el más joven, Simón.
Esa noche, Rafael realmente había bebido demasiado y no se sentía bien, quería recostarse un momento. Levantó la mano para masajearse las sienes.
"¿Qué le pasa a Rafael hoy? Ha bebido mucho." Simón, siempre despreocupado, no se dio cuenta del mal humor de su amigo.
"Nosotros también nos vamos, Simón, te encargamos a Rafael, llévalo seguro a casa." David y Óscar hablaron al unísono.
Los tres se fueron sin más.
"¿Cómo pueden ser así? Dejan a Rafael sin importarles."
"Tú eres el que tiene tiempo libre, naturalmente, eres el responsable de llevar a Rafael a casa."
Los tres hermanos no le dejaron opción a Simón, y se marcharon. Mirando a Rafael, que estaba derrumbado en el sofá, Simón pensó en su cuñada, conocida por su ternura y comprensión. Entonces sacó su teléfono y llamó a Sofía para que viniera a por Rafael.
Cuando Sofía llegó al Bar Nocturno, encontró a Simón sentado allí cuidando a Rafael.
"Disculpa la tardanza, ¿solo estás tú?"
"Cuñada, has llegado. No, no es tarde, los demás tenían cosas que hacer y se fueron. Tengo un juego esta noche, por eso te llamé." Simón dejó su teléfono, estaba en medio de un juego apasionante.
Para los del bar, ver a un chico guapo que jugaba a videojuegos mientras cuidaba a otro hombre, aún más atractivo, que estaba borracho. Era, sin duda, una escena peculiar. Después de todo, el dueño del bar era Óscar, y Simón no tenía miedo de nada.
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