Yo nací para quererte romance Capítulo 57

-Papá, ¿quieres alcanzarla a Amelia? En realidad, ella no necesita tratarme tan bien. De otro modo, Aura y Nicolás me odian -el tono de Raúl obviamente estaba algo triste. Aunque le gustaba mucho la señora Amelia y anhelaba también el amor materno, Raúl no quería robar el cariño de Amelia a Aura y Nicolás, porque ellos dos eran miserables por la falta del amor por parte de su padre.

Daniel miró a su hijo en silencio. En realidad, él se sintió un poco culpable porque ignoraba y decepcionaba las expectativas de su hijo todos estos años.

-Raúl, ¿quieres una mamá? -Daniel de repente se agachó frente a Raúl y le preguntó en tono suave. En este momento, sus ojos revelaron una rara dulzura.

Raúl nunca había visto ninguna dulzura en los ojos de Daniel, pero en este momento, lo vio y sintió de forma muy clara. Sabía que desde que apareció la señora Amelia, el estado de ánimo de su padre parecía haber mejorado mucho.

-Quiero una mamá, pero solo quiero una mamá como Amelia -dijo con firmeza Raúl. No sabía por qué, cada vez que veía a Amelia, siempre tenía ganas de abrazarla. Además, a Raúl le gustaba también el aroma de lirio que rodeaba a Amelia.

Daniel sonrió generosamente, revelando un par de dientes blancos. Solo ahora Raúl se dio cuenta de que su padre en realidad tenía un par de hermosos dientes caninos. De repente recordó que Nicolás también tenía los dos dientes caninos similares. Además, él no pudo evitar pensar que la sonrisa de Nicolás también era un poco similar a la de su padre.

Daniel de repente atrajo a Raúl a su abrazo. De repente se dio cuenta de que su hijo ya había crecido mucho. Sólo recordaba abrazarlo una vez cuando su hijo era muy pequeño. En ese momento, Raúl todavía no sabía caminar. Porque cuando lo abrazó aquella vez, Raúl se meó en todo su cuerpo. Por lo tanto, él nunca había abrazado a Raúl desde entonces. Siendo padre de Raúl, Daniel se sentía un poco avergonzado por no cuidar muy bien a su hijo.

-Papá, ¿te casarás con Amelia? -Raúl también abrazó a Daniel con fuerza y olió el olor a limón en su cuerpo. Le había encantado este olor desde que era pequeño, pero en su memoria, su padre nunca lo había abrazado, ni una sola vez.

Daniel reflexionó en su corazón. ¿Se casaría con ella? La respuesta era no, ella podría ser su amante, pero no su esposa. Su padre se opondría aún más a una mujer como ella que no provenía de una familia poderosa y rica.

En este momento, se recordó de Estela. Incluso si él quisiera casarse, solo se casaría con Estela. Daniel se estaba advirtiendo a sí mismo en su corazón que solo estaba jugando con ella y lo único que le apasionaba no era el amor de Amelia sino su cuerpo.

-¡No! -Daniel respondió resueltamente. No se casaría con Amelia en ningún caso. En su corazón, nadie podía reemplazar a Estela.

Al oír la respuesta, Raúl se sintió un poco decepcionado. A pesar de que no mostró su sentimiento interno, solo reconoció a la señora Amelia como su mamá en su corazón.

-Si te gusta Amelia, puedo decirla que te cuide en el futuro -el tono de Daniel seguía siendo suave. Ahora él solo estaba esperando los resultados de la investigación de Iván y todavía no sabía cómo era el resultado.

Raúl no esperaba que Daniel dijera esto de repente. Raúl pensaba, "Estoy soñando, ¿no? ¿Es este hombre gentil delante de mí mi padre? ¿Cuándo mi padre se vuelve tan gentil y suave?"

Daniel observó a Raúl permanecer en silencio y se puso de pie. Su expresión había recuperado la indiferencia, pero ya no era tan fría como antes.

-Todavía tengo algo que hacer. Si Amelia regresa más tarde, pídele que cocine y espera a que yo vuelva. ¿Lo entiendes? -después de que Daniel terminó de hablar, salió directamente. Todo su cuerpo parecía tan arrogante y erguido.

Antes de que Raúl pudiera hablar, lo que vio fue la espalda de Daniel, pero su pequeña cara seguía sonriendo. La actitud de su padre hacia él había cambiado. ¿Lo amaría su padre en el futuro? Pero esta vez, no debería de ganar el primer lugar en el examen, porque quería darle el primer lugar a Nicolás y dejó una pregunta sin hacer deliberadamente. Raúl no sabía si su papá estaría decepcionado de él otra vez y entonces ya no le quería más.

Después de que Amelia los siguió, Nicolás y Aura ya habían salido muy lejos. Originalmente, Aura había dejado de llorar, pero cuando se dio la vuelta y vio a Amelia persiguiéndolos, sus lágrimas no pudieron evitar fluir de nuevo.

-Mamá nos sigue -Aura susurró a Nicolás.

Nicolás ignoró las palabras de Aura y continuó caminando hacia adelante. Sin embargo, debido a que Amelia lo estaba siguiendo, él se sintió un poco reconfortado en su corazón.

Amelia los alcanzó a grandes zancadas.

-Nicolás, ¿por qué no confías en mí? Siendo vuestra madre, ¿cómo puedo dejar de amaros? -Amelia dio un paso adelante y llevó a los dos niños a sus brazos. Todos eran sus hijos y cada uno era su cariño. Era solo porque Raúl había sido tan lamentable desde muy pequeño y ella quería compensarlo.

-¿Mamá nos está amando? Si mamá nos ama, ¿por qué regañaste a Aura justo ahora y no a Raúl? ¿Cómo podría mamá complacer y halagar así a Raúl? -dijo Nicolás descontento. Desde que conoció a Raúl, descubrió que mamá no los amaba tanto como antes. Ellos dos estaban a punto de perder el amor proveniente de su mamá.

-Nicolás, ¿puedes confiar en mamá? Mamá tengo mis razones -Amelia abrazó a sus dos hijos con fuerza. Ella fue la que los criaba durante tantos años. ¿Cómo podría no amarlos?

Nicolás también quería llorar, pero dijo a sí mismo en su corazón que era un caballero valiente y no se permitió llorar.

Capítulo 57: Él es vuestro hermano mayor 1

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Yo nací para quererte