Yo, una Actriz Bien Relacionada romance Capítulo 198

"Julieta, ¿qué demonios pasa contigo? ¡Aunque él te esté cortejando, no puedes permitir que pase la noche en tu casa!".

"Los hombres no son confiables, y menos aún uno como él, que ha estado soltero durante 29 años. Podría comportarse de manera inapropiada en cualquier momento, ¿no lo entiendes?". Jon no dejaba de reprocharle, se acercó directamente a Julieta y la jaló hacia él. "Julieta, escucha, dile que se vaya".

"Jon, ya es tarde, no sería apropiado que se fuera ahora. Además, creo que él es bastante bueno. De todos los hombres que me han cortejado, creo que él es el mejor". Cuando Julieta terminó de hablar, los ojos de Bruno se iluminaron, aquello podría considerarse un cumplido.

"¿Mejor?". Jon estaba molesto: "¿Qué tiene de bueno?".

Julieta volteó la cabeza y miró a Bruno de arriba a abajo. "Se ve bien, no está mal”.

Jon se quedó sin palabras por un momento.

"Dios mío, ¿por qué eres tan impulsiva? ¿Qué truco te hizo?". Jon estaba tan enfadado que saltaba de la ira.

Julieta cruzó los brazos y levantó la barbilla. "Jon, los que deberían irse ahora son tú y Martín, ¿vale? No hay suficiente espacio para ustedes aquí. Bruno es mi invitado, y no lo voy a echar esta noche".

"No vamos a irnos, yo dormiré en la habitación de huéspedes, Martín en el sofá, ¡no hay lugar para Bruno!".

Al escuchar esto, Julieta sonrió: "¿Quién dijo que no hay lugar? Mi cama es grande, si ustedes no se van, tendré que dejar que él duerma conmigo”.

¿En la misma cama? Jon se asustó con las palabras de Julieta.

Esa mujer era Sira. Hace unos días, Marcos había ido a un bar y no volvió en toda la noche. Al día siguiente, alguien reportó que estaba inconsciente en el hotel. Después de ser llevado de urgencia al hospital, Marcos se salvó, pero su estado mental se volvió anormal.

Marcos, quien solía llevar mujeres a pasar la noche con él, ahora gritaba y gritaba cuando veía a una mujer, como si viera fantasmas. Después de varios días de tratamiento por un psicólogo, la condición de Marcos se estabilizó. No reveló lo que sucedió esa noche, solo se disculpaba con ella una y otra vez. Dijo que Julieta había traído a alguien para matarlo, y para salvar su vida, le contó a Julieta sobre lo que sucedió hace cuatro años y medio.

Ella quedó petrificada por el miedo. Un golpe en la puerta la devolvió a la realidad. Se volteó hacia la puerta. Al ver al hombre en la entrada, se apresuró a caminar hacia él, con una expresión de calidez en su rostro mientras estrechaba su mano. "Sr. Paulo, estoy muy contenta de que haya venido".

El Sr. Paulo sonrió levemente: "Sra. Bravo, ¿puede decirme ahora qué necesita que haga?".

"Es muy simple, necesito que hipnotice a alguien para que revele un secreto". No podía revelar el secreto de Julieta, porque entonces Julieta revelaría el suyo. Pero si Julieta misma revelara el secreto, entonces nadie podría culpar a nadie.