( 18) SWEET CANDY y DARK SHANE - SEX HARD romance Capítulo 21

-¿Cuantas Star hay trabajando?- mi pregunta llego cuando de lejos vimos a una chica salir de una habitación con ropa normal y alejarse en otra dirección, otra salida supongo.

-Unas 200 realmente, sin contar a los usuarios que suben sus propios videos y esas cosas. Hay distintos horarios para que cada quien trabaje a su conveniencia y en este momento tal vez hay unos cuarenta trabajando.

Dejamos de hablar cuando entramos en una habitación, era sencilla y limpia, no se escuchaban gemidos como tal pero si algunos un tanto fingidos de mujer, era una rubia de tetas grandes, vestida con un body color rosa y con un castaño comiéndole la ¿axila? sí, eso hacía. La mujer gemía pero no parecía ser muy real, aún así la gente enloquecía pues el bip producido por los mensajes sonaba mucho. El hombre se aparto y le vi el rostro- sin sorpresa por nuestra presencia- miro algo que decía en la pantalla y le murmuró a ella algo. En ese momento él se sentó en la cama y ella se arrodilló sobre la misma, dejando ver sus sexys curvas. Mi sorpresa llegó cuando ella empezó a chupetear y besar los pies del tipo, los cuales realmente espero que hayan sido arreglados antes por un pedicurista, porque sería un desperdicio que aquella boquita se jodiera por eso.

Salimos sin ver la pantalla, me pareció ridículo.

-Sé que no es lo tuyo pero hay muchos con parcialismo o gustos por partes del cuerpo específicas y, lo creas o no, Pinky y Rey son TOP como Lolly.

-Wow, de verdad hay gente rara.- el se río y encogió los hombros- ¿por qué no se sorprenden cuando entramos en las salas?

-Por que en el contrato queda claro el hecho de que puedo entrar cuando me plazca a donde me plazca para verificar que todo este en orden.

-Parece que todos aquí leen sus contratos, menos yo.- bufé y el me miró divertido pero no dijo nada- Espero que tu exclusividad abarque a la de los látigos, y la chiquilla, y la de la axila y las demás- no quise sonar latosa pero hasta yo misma me di cuenta del reclamo en mi tono de voz, así que me detuve de inmediato arrepentida por ello. Él me miraba con seriedad y supe que la había cagado, pero me interrumpió antes de que empezara mi disculpa.

-Definitivamente eres muy idiota por no leer el contrato- arrugue mi ceño- y eres más idiota al pensar que con todas las estrellas comparto el mismo contrato que contigo. Hay 113 mujeres aquí, ¿crees que las quiero a todas para mi?- Iba a decir que sí pero se acercó a mi sorprendiendome por su rudeza al arrecostarme contra un muro y levantar mi pierna derecha para que cubriera su cadera, su erección cubierta por los pantalones hacía que mi vagina llena de jugos clamara por un poco de atención y el gemido de mi boca escapó cuando hizo la fricción que yo tanto deseaba, me miró fijamente a los ojos y esa mirada felina me abrumó- Sólo contigo existe exclusividad, solo tú eres de mi propiedad.

-Y solo tú puedes pretender que no toque otro pene, sabiendo lo cachonda y puta que puedo ser- hable sin filtros ya que no quería que se diera cuenta de lo mucho que afectaba a mis sentimientos su manera de hablarme. ¡Maldito corazón, no estamos en una maratón!

Su mirada se endureció y me soltó de golpe, quede tambaleándome por el movimiento cuando soltó mi pierna y su voz estaba cargada de dolor.

-No pretendo que dejes de meterte pollas ni que dejes de chupar vaginas, pero sí vas a tocar las que yo permita únicamente y, ya que me voy a beneficiar económicamente de eso, sería un hijo de puta si no te permitiera gozar un poco con eso. Sigamos el camino, Verónica.

Ya no bebé, ni caramelito, ni apodos empalagosos, mi ego dolía por eso, pero era bueno que estuviese claro siempre en su andar a mi lado. Nos esperaban muchas cosas juntos y no podía ser débil.

En silencio caminamos hasta entrar en una habitación un poco aglomerada. En vez de cama existía una tumbona sobre el suelo llena de mullidos cojines y tres cuerpos contorsionándose encima. Una morena de piel muy oscura y cubierta por una fina capa de sudor estaba acostada recibiendo un oral por parte de un rubio que contrastaba con su piel clarísima, sus pezones estaban perforados y cuando levanto la cara para gemir de placer su mentón brillaba por los jugos de la morena, mirando un poco más atrás, un moreno de piel un poco más clara que la chica le estaba dando con fuerza y golpeaba sus nalgas mientras se turnaba por apretujarlas, aquel era un curioso trío que llamaba mucho la atención.

-Otros TOP, los Oreo son muy aclamados. Sacan hasta 10 grandes al mes. - mi boca se abrió con asombro pero él no se detuvo por mi, siguió caminando y me apresuré a seguirlo, ahora debía lidiar con sus cambios de humor.

Luego de eso pasamos a algo más típico pero aún así más sucio, una pelirroja- pero natural, no artificial como Nelly- estaba sobre un moreno y de un momento a otro le hizo una lluvia dorada que el tipo casi adora. Los chorros de semen y de orina salían por todos lados y el lugar era un caos. Eder decía que para cada ser existía una fuente de excitación distinta y tenía toda la razón.

-Aquí- Por primera vez se detuvo antes de abrir la puerta, luego de caminar sin dirigirme la palabra entramos a otra zona dentro de la misma zona, era algo confuso- Estamos por empezar con las cosas realmente fuertes, bonita, quiero que seas tan mente abierta como siempre haz sido.- Tomé su mano sin que me lo pidiera por el simple hecho de que me emocionó que me devolviera el tonto apodo. Entramos y la habitación era sencilla, una cama con bases de madera como la que verías en una casa común y corrientes, una cruz sobre la pared de la cama y encima de esta... Wow.

Era una castaña, lo sabía por los mechones que se asomaban, pero vestía como monja, no como esas de traje blanco, pero sí como las que se están preparándose, de color azul rey. La mujer tenía buenas proporciones, aún con ese soso atuendo eso se veía, y cuando dejo la posición de rezar para alzar su falda mi respiración se congeló. No tenía ropa interior, solo las medias pantys blancas que, cuando bajo, dejaron al descubierto un depilado pubis, eso y el piercing guindando del clítoris era lo que daba emoción al asunto. Ella empezó a masajearse con ayuda del pequeño piercing que brillaba, de su boca salían quejidos por lo bajo y de un momento a otro abrió los botones que cubrían su pecho dejando expuestos unos pechos cubiertos por un pequeño sostén de encaje blanco. En sus pezones marrones brillaban dos esferas, ¡la monjita con piercings en el clítoris y los putos pezones! era algo alucinante y verla apretujar las distintas esferas de metal sobre su cuerpo y gemir con el acto hacía que me mojara más aún. Con disimulo miró en nuestra dirección e hizo una leve sonrisa cuando me miro la cara, Eder también me hojeaba y un brillo de lujuria cubría su rostro. Su vagina estaba brillando, dando a entender su nivel de lubricación, empezó a introducirse un dedo, luego otro le siguió, un tercer dedo entro en su pequeño agujerito de atrás y todo esto quedaba a la vista de todos debido a los exactos ángulos de las cámaras y sus piernas muy abiertas. Saco un bote de lubricante de no sé donde y los mechones que se escapaban de su gorro la hacían parecer un diosa. Una monja diosa sexual.

Un vibrador algo inusual llegó a sus manos y lo admiré mientras lo lubricaba y se lo introducía sin un condón. Era de color café y simulaba la madera pero con el grosor de un buen pene. En la punta salía una especie de cruz con la que, si fuese realmente religiosa, me hubiese sentido ofendida. Empezó a meter y sacar su "cruz" cargada de placer, sus gemidos lo exhibían, el vaivén se volvió frenetico de un momento a otro y la mano que pellizcaba sus pezones no se detenía. El orgasmo llegó de un momento a otro y ella lo hizo glorioso. No se recuperó muy bien cuando la pantalla la mostró en cuatro y lubricandose su propio ano con los jugos de su anterior clímax, empezó a masturbarse con los dedos sin sacar la cruz de su vagina, su cabeza contra la cama y su gorro casi caído por la velocidad que manejaba y cuando metió el vibrador en su culo fue con salvajismo, aquí siguió y no pasaba desapercibida su mano mientras apretujaba como solo ella sabía su piercing en el nudo de nervios de su vagina. Casi me babeo cuando colapsó en un orgasmo con la cruz aún en su ano y se nalgueaba a sí misma. Eder me sacó literalmente a rastras de la habitación y juro que si siquiera me besaba colapsaría en un orgasmo, a ese nivel llegaba mi excitación.

-Veo que te gusto lo que viste.

-Mi mamá se moriría si supiera lo que acabo de ver...- susurré embobada como tonta mirando la puerta que cubría aquella "aberración"- como la llamaría mi madre- que resultaba tan caliente. El reía y pellizco mi pezón haciéndome gemir y morder mi labio inferior, el suspiro con pesadez.

-Vamos a terminar el recorrido y te prometo que te ayudare con el pequeño problema chorreante que tienes entre las piernas.

Su promesa me envolvió en una burbuja aún más grande de placer.

Bajamos otro extremo de escaleras y la excitación dio paso a la curiosidad.

-¿Cuantos estudios hay aquí?

-Pues depende, cuando inicia algún Star le hacemos preguntas para saber qué papel tomarán, por así decirlo, y preparamos el ambiente a su gusto. Si llega otro con show similar cuadramos horarios distintos para la misma sala, con tiempo de por medio suficiente para que el lugar pueda ser limpiado y desinfectado para el próximo. Pero en este momento hay 100 equipados.

Una puerta fue abierta para mi y pasé valientemente, Eder se colocó detrás de mi apoyando su grueso trozo contra mis sensibles nalgas. La escena que se desarrollo delante de mi era curiosa.

La chica era hermosa, su cabello largo y oscuro estaba en delicadas ondas armado, sus pechos no eran muy grandes pero eran lo justo para asomarse debajo del camisón color rojo que la cubría, su piel era bronceada pero con un lindo tono claro, estaba acostada sobre la cama, lo curioso era él. Era pelirrojo, su cabello llamaba la atención por el volumen de rizos, era pecoso y delgado pero de una manera sexy, sus hombros estaban cubiertos por pecas y su gran trozo blanco y grueso, se rozaba con gusto contra el muslo izquierdo de ella, el cual estaba amputado sobre la rodilla. Al mismo tiempo metía una mano en la vagina de ella, y desde donde las cámaras apuntaban, sus jugos empapaban sus dedos. El sacó la mano y metió esos dedos a su boca, saboreandola, luego la beso apasionadamente y metió un pezón en su boca, sacándolo de camisón.

Era un acto excitante, lleno de amor, me negaba a creer que era algo que harías con un desconocido.

-Amelotasis- susurró Eder en mi oído, había escuchado de eso una sola vez en mi vida pero era algo... peculiar para mi.

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