( 18) SWEET CANDY y DARK SHANE - SEX HARD romance Capítulo 49

—No sé cómo mierda permití que hicieras esto—Sonaba como si estuviese corriendo porque prácticamente lo estaba. Eder apretaba mi mano mientras subíamos a velocidad rápida los escalones en la entrada de KitPer, con la vista en el piso para no arruinar mis tacones puntiagudos, caros y elegantes, podía ver la cara de diversión en el rostro de ese tonto. Su pantalón de jeans oscuro junto a esa camisa de vestir azul marino que se apretaba a su cuerpo y con las mangas dobladas dejando ver ese antebrazo tatuado que hace unas horas estaba contra mi cuello mientras me daba en la ducha, era suficiente para no querer asesinarlo por lo que estaría a punto de pasar.

Se encogió de hombros como si nada importante ocurriese. Atravesamos las puertas tomados de la mano y aminorando el paso, mientras los porteros nos saludaban y les devolvíamos el gesto, al entrar todos volteaban a vernos y aunque era algo rutinario últimamente, no podía dejarlo pasar.

—¿Gastas mucho en bolígrafos para firmar autógrafos o ellos traen los suyos?— murmuré mientras un grupo de tres mujeres miraban a ellos con fascinación, deseo, sorpresa y hasta envidia. Sentí su risa y me enojó que aquellas pispiretas llenas de plástico viesen la sonrisa de mi chico dirigida a mi— Deja de reírte, no quiero que te miren— dije posesivamente en casi un gruñido y paró el paso para detenerme a su lado, sus ojos derrochaban orgullo y su sonrisa felina era tan burlona que casi le doy un puñetazo

—¿Te he dicho que últimamente estás muy dominante?— Puso su mano en mi cadera acercándome a su cuerpo, podía ver de reojo cómo todos se detenían a observarnos, les estaba dando un gran tema para chismear.

—Para la próxima el latigo dejará tus lindas nalgas rojas, querido— dije siguiéndole la corriente y poniendo mis manos en su nuca— Creí que íbamos tarde— le recordé y no hizo más que bajar la cabeza para que nuestras bocas quedaran una frente a la otra, aún en tacones debía de ponerme de puntitas para eso. Jodidas piernas cortas.

—Soy el dueño, no sé si lo sabes— dijo como si no lo tuviese más que claro, yo me reí mientas nuestras respiraciones chocaban

—Que raro, cuando vine me hizo la prueba un nerd loco, corpulento y con un perro come coño— Sus ojos se abrieron de la sorpresa y diversión y con maldad apretó mi trasero sobre el jean ajustado que me había puesto, arrugué los ojos, mientras los murmullos sonaban como si fuesen grillos

—Pensé que aquí la gente ganaba dinero por follar o follarse, no entiendo la sorpresa— dije con tono rudo mirando a mi alrededor, causando que todos volviesen a sus cosas y caminos y me miraran de reojo con cierta preocupación. Volví mi mirada más calmada a Eder, que no dejaba de observarme con esos hermosos ojos amarillos suyos— ¿En qué estábamos?

—No sé como lo que haremos puede estresarte tanto. Estás lista para esto— y sin dejarme replicar, me besó. Inició suave pero terminó devorando mis labios como si unas cincuenta personas no estuviesen caminando a nuestro alrededor. Me separé de él y agradecí no haber usado labial.

—Por favor, piensalo mejor, cariño. No creo que-- Volvió a caminar a toda prisa arrastrándome a su lado sin dejarme continuar, murmuré un insulto a su persona y sin mirarme sólo sonrió. Entramos al ascensor y me miré en el espejo, acomodando un mechón suelto de mi amarrado en la nuca últimamente tenía el cabello más largo de lo usual, sobre mis nalgas y aunque Eder se negara a la idea, era mi puta cabeza y lo cortaría para darle una sorpresita. La camisa de seda blanca y de botones que me puse tenía uno de los lazos de las puntas casi suelto, me apresuré a ajustarlo y vi su reflejo en el espejo detrás de mi con sus manos en mis hombros.

—Te amo, caramelo— me dijo con ojos limpios y llenos de verdad, apreté sus manos y suspiré mirando el reflejo de nuestros cuerpos unidos

—Te amo, mi nerd.

Las puertas de metal se abrieron y mis ojos llenos de terror con ellas, él sólo se reía y caminaba pero yo encajé mis tacones en el suelo del ascensor mientras el quedaba del lado fuera.

—Ya hablamos de esto, Verónica— su tono era serio y su ceño estaba fruncido— Tienes la suficiente fuerza y compromiso que se necesita, estás preparada educativamente, no debo recordarte que ahora eres prácticamente una licenciada. Además, donaste un millón de dolares a KitPer. Te mereces ser socia.

—Eder...— suplicaba mientras me arrastraba a la puerta de vidrio de la sala de juntas. Vi a esos hombres serios y elegantes sentados, dos mujeres también, eran casi ocho personas.

—Basta- dijo mirándome a los ojos— Puedes con esto y más.

—Pero no sé si puedo ser una socia prioritaria, por Dios- dije exasperada y empezando a sentir mi corazón acelerarse— Hay otras personas que han invertido más que yo. Además que no fue una inversión, fue un regalo.

—A ellos no me los cojo donde y como quiero— dijo con simpleza abriendo la puerta y ganándose una mirada de advertencia muy seria de mi parte. Me ignoró, el grandísimo imbécil— Buenos días, señores, les pido perdón por el retraso— dijo caminando hacía ellos y soltando mi mano. Respiré hondo y decidí calmarme, no podía ser tan malo. Me senté en la única silla vacía justo al lado de él sintiendo los ojos clavados en mí pero sin mirar a nadie con una seriedad absoluta que derrochaba una fingida fortaleza— Esta mujer a mi lado es Verónica Tocker, licenciada en Administración de Empresas, y será mi mano derecha y nueva socia principal de KitPer— todas las miradas ahora sí que fueron a mi con curiosidad, pero nadie decía nada. Eder me explicó que muchos de ellos sólo aportan porcentajes de una cifra al negocio, siendo el 60% suyo. Algunos - los hombres mayores que eran 3- pusieron un gesto enojado y él tendió una mano dándoles pie a explicar su negativa

—Señor— el primero era un regordete viejo pelirrojo con un lunar en la cara - Una nueva socia principal afectaría nuestros porcentajes aquí, pienso que ninguno está dispuesto a ceder sus partes para dar pie a una nueva jugadora en esto— murmureos de aprobación por lo que dijo se hicieron escuchar, Eder sólo cabeceó de arriba hacía abajo y tendió el gesto al señor de ojos café y piel trigueña al lado del otro.

—Secundo la opinión de mi compañero, además que, señor Shane, podemos observar que es una chica linda y joven. Honestamente y usando su sentido de negocios ¿La cree capaz, apartando su cara bonita, de manejar un negocio tan fuerte como este?— el tercer hombre asintió con superioridad y me sentí lo suficientemente ofendida como para ponerme cojones y levantarme, lanzando la carpeta que estaba en mi mano en la larga mesa y ganándome una mirada de sorpresa de todos. Excepto del señor Shane, claro está.

—Me parecen lo suficientemente denigrantes en su manera de hablar de una mujer como para tener dos representantes del género en esta mesa aparte de mi persona- no tartamudeé ni me sentía nerviosa, estaba emputada— ¿Acaso piensan que tengo que tener cien años como ustedes para ser alguien? Estoy preparada -omití el hecho de que aún faltaban dos meses para mi graduación- Soy una persona capaz, tengo valores, principios y fundamentos suficientes como para considerarme suficiente para el cargo. Sin agregar el hecho que aporté un millón de dolares para el mejoramiento del sistema de seguridad de este lugar— El escéptico pelirrojo agarró la carpeta tragando grueso y pasándola a sus colegas, ahí estaban los soportes de pago y el manejo de ese dinero destinado a asegurar las identidades de los usuarios y los empleados, aumentando en un 70% el antiguo software, me crucé de brazos mirando a los ojos a cada uno de ellos y podía ver de reojo las piernas cruzadas de mi hombre quien debía estar gozando con esto— Sin que me lo pregunten, señores, sí, mi cara bonita y mi linda sonrisa me trajeron a esto. He sido una Star los últimos 2 años, he estado en el TOP por 20 meses consecutivos y les aseguro que tanto mis compañeros como yo no conocemos ni una de sus caras, dado el hecho que sus deberes son netamente legales para con KitPer y se dedican a beneficiarse los bolsillos sin miramientos a los demás, y esta bien por ustedes, enriquecen su propio patrimonio, los felicito. Pero en este lugar se necesita que alguien aparte del señor Shane vele por los intereses del personal. Se encargue de dar una cara a los problemas y manejos internos del lugar. Organice horarios, eventos y todo lo requerido en el toma y dame que se lleva a cabo con los Stars, porque sin ellos, señores, ninguno de ustedes recibiría ni medio— Nadie hablaba y se podía cortar la tensión con una tijera de punta roma— Si no consideran suficiente que una mujer de 23 años sea Vicepresidenta de este lugar, hagan un auto-chequeo y fíjense por qué el cargo no es para ustedes y qué necesitan para ser al menos competentes. Les parezca o no, vine para quedarme, y francamente esta reunión se organizó con el sentido de que me conocieran, no que me aceptaran. Para eso esta el señor Eder Shane.

Guardé silencio y tomé asiento para mirar los ojos amarillos y orgullosos de mi león. Se veía elegante y temible y se acomodó en su silla tomándose el tiempo para que todos se sintieran más nerviosos. Puto engreído.

—He decidido ceder un 15 por ciento de mi parte a la señorita Verónica Tocker, así no tendrán problemas en perder sus entradas anuales- Jodida mierda. Esa parte no me la sabía. Pensé que me daría un cinco por ciento como me había dicho, sólo para que ellos no molestaran— Cómo ella les ha explicado, el nuevo software de seguridad se desarrolló gracias al dinero que ella entregó como inversión, en sus manos están los soportes— señaló con la cabeza la carpeta que pasaba por las manos de todos— Y con respecto a sus dudas, señores Labourg, Fish y Albert, creo que habrán podido notar el suficiente cáracter que mi Vicepresidenta posee, así que no se preocupen que yo tampoco veo su edad como un impedimento. Les recuerdo que yo cree este negocio desde cero y lo manejo a la perfección, y tengo treinta años— les sonrió con suficiencia—¿Alguna otra objeción?

Paseó la mirada y nadie habló, al menos eso pensé yo, cuando las dos mujeres se pusieron de pie

—Creemos que la señorita Tocker será una buena representación femenina en la empresa. Una cara fresca y juvenil que el negocio necesita, incluyendo a los empleados, ¿Quién más que una de ellos para abogar por sus beneficios? Apoyo la nueva Vicepresidencia de la señorita y le doy la bienvenida a esta directiva.

Asentí en dirección a la rubia que había hablado, tendría unos 42 años y una silueta bien hecha, sí por un círujano. Su compañera, morena y alta, también de curvas peligrosas, asintió en apoyo

—Cuente con nosotras para lo que necesite, señorita Verónica. Este lugar necesita un cambio de vista y suponemos que su presencia será más que beneficiosa para todos aquí. Bienvenida.

—Sólo piensas en comer, juro que no sé como es que aún no ruedas— puse una mano en mi pecho actuando como ofendida, por suerte me quité los zapatos en la camioneta, sino no podría caminar sobre el delicioso césped

—Hago mucho cardio— dije con doble sentido y me regaló una mirada profunda y pecaminosa. Llegamos frente al mesón donde estaba el chico, quién asintió en nuestra dirección como saludo.

—Zeus, aquí, sentado- ordenó al pitbull enorme quien obedeció y se puso contra sus piernas con la lengua afuera y respirando con agitación— Necesito que sueltes un poco a Caramelito, ella es mía y no tuya— por alguna razón, el perro siempre sabía que hablaba de mi con ese sobrenombre, por lo que me miró y volvió la vista a su dueño— Por eso te busqué tu propio caramelito. Vic, ya sabes— dijo con una seña al chico quien no se movió, pero una respiración agitada y una bola de piel blanca corrió hacía nosotros ladrando y jugando con Zeus. Era una hermosa pitbull que se veía sólo un poco pequeña a comparación con el enorme negro que me cuidaba con alevosía. Era de color blanco en su totalidad y una redonda mancha marrón cubría su ojo derecho— Ella es Mahalo, tu nueva compañera. Es un poco chiquita pero tan traviesa como tú, cuídala, si algo le pasa...— dejó la amenaza abierta y el perro ladró con emoción sabiendo qué debía hacer. Aún no se movía debido a la orden de quedarse quieto y yo tenía mi boca muy abierta de la emoción. La cachorra paseaba por mis piernas buscando atención y acaricié sus orejas con gusto, era muy hermosa— Ve a jugar— fue lo único que tuvo que decir para que esa oscura montaña empezara a revolotear junto con la revoltosa blanca que ahora estaría con él para causar desastres juntos— ¿Te gusta?— me preguntó abrazándome por la espalda.

—Es hermosa, Eder— dije mirándolos correr mientras Manny, el encargado de Zeus corría y ponía cara de trauma al ver que ahora tenía doble trabajo— Espero que aumentes el sueldo de ese chico— murmuré y sentí su pecho vibrar. Su risa inundó mis oídos y no pude sentir más que paz en mi interior. Me abrazó entre sus brazos y cerré los ojos con gusto

—Bien, ahora dime, ¿Qué se siente tener una hermosa casa, un hermoso carro, dos hermosos perros, ser socia de una hermosa compañía y tener un hermoso hombre como yo?— Me reí con ganas, era tan engreído...

—Ahh.... mi Escarabajo rosa— suspiré con amor exagerado pensando en el día que lo trajo restaurado y en perfecto estado hasta mi puerta. Era Navidad, la primera juntos y una de las mejores de mi vida

—Lo quieres más que a mí- se quejó con falsedad volteándome para quedar frente a frente. Sus ojos brillaban y mi sonrisa era tan grande que mis mejillas dolían

—No, a él lo quiero, me encanta demasiado. A ti... A ti te amo, y te adoro enormemente.

Me cargó en sus brazos para besarme con toda la ternura del mundo. El beso duró unos minutos hasta que no pudimos respirar, aún así me mantenía en lo alto y decidí soltarle algo que moría por decir

—Eder... El chip anticonceptivo de mi brazo se vence este mes— me miró con los ojos muy abiertos entendiendo mis palabras, no dudó en besarme de nuevo hundiendo su mano en mi cabello.

—Te amo tanto, Verónica— murmuró con desespero contra mis labios— Prometo no dejar de cogerte ni un minuto los próximos tres meses.

Y entre risas apretó mi trasero para llevarme aún entre brazos a la habitación, empezando con su promesa de inmediato.

A veces encontrar la claridad implica pasar por una oscuridad profunda hasta comprender que tú eres tú luz aún sin nada que aclare, tú eres tú paz aún en medio de la tormenta, tú eres tu fortaleza en medio de la tristeza y tú mejor compañía en medio de la soledad.

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