Alaia
Entro a la casa y como no encuentro a mis pequeños por ningún lado subo a mi habitación donde puedo ver que se han quedado dormidos y sonrío, mis terremotos parecen unos angelitos así, noto que Loli Lee un libro, la portada es muy linda, en la imagen un novio le pone el anillo a la novia, el título es ESPOSO COMPRADO, lo lee con gran interés, le preguntaré de el cuándo los niños despierten.
La saludo y le digo en silencio que iré a refrescarme y cambiarme.
—Puedes bajar, me encargaré de mis niños —le digo cuando estoy lista y ella asiente.
Me acomodo en la cama despacio con mi portátil en mano, abro una conversación con Ash quien no está en casa, le cuento que me iré a Los Ángeles dentro de pocos días y busco la página de Real estate en Los Ángeles quiero buscar una casa lo antes posible, observo varias durante un rato hasta que encuentro la perfecta para mis hijos, tiene grandes jardines y está rodeada de árboles, pensaba alquilarla, pero está a la venta, así que tendré que comprarla; rápidamente le envió un correo a Ignacio para que haga lo necesario para adquirirla y de que alguien se encargue de amoblarla con lo necesario, haré lo demás cuando esté allá, también he pedido adecuen la oficina que usaré en L.A. quiero un espacio para mis hijos en ella, aquí está toda su familia, allá solo me tendrán a mí, así que no pienso alejarme de ellos y que el cambio les afecte.
—Hola —Ash entra sin hacer ruido.
—Hola —sonrío y ella se acerca, le enseño la casa, me dice que es preciosa, dejo el portátil a un lado y me pongo de pie.
La saludo y ambas caminamos a la azotea de mi habitación, nos ubicamos en un lugar que nos permita ver a mis hijos.
—¿Cómo es eso de que debes regresar a Los Ángeles? Vine en cuanto recibí tu mensaje —habla preocupada.
—Así es, es un proyecto importante y debo regresar en cinco días —digo mientras observo el agua que cae en la fuente de la piscina.
—Pero, ahí está el padre de cariñitos, vamos, que no me has querido hablar del capullo que te embarazó, pero estoy segura de que algo muy malo debió suceder para que tú hayas decidido venir hasta Madrid y ser madre soltera, además de que jamás hemos visto al muy cretino por aquí —dice y se cruza de brazos.
—Lo sé y no ha hecho falta, Ash, estoy segura de que si mi padre no tuviera esta posición privilegiada yo me hubiera encargado de que nada les haga falta —miro a mis hijos— seguramente me encontraré al donante en algún momento, a él o a su esposa —aclaro y alzo mis hombros, mi prima abre sus ojos.
—¿Excuse me? Madre del amor hermoso, como dice mi amado Valentino.
—Nuestro —le advierto y ella asiente.
—Bien, bien, Para empezar, creo que me iré contigo un par de semanas, será divertido y no quiero quedarme aquí en depresión por ti y por mis niños.
Me animan sus palabras, me encanta la idea de que vaya con nosotros es como la hermana que nunca tuve.
—Será perfecto —nos abrazamos emocionadas y saltamos en el lugar como unas niñas.
—Y en segundo lugar quiero que me cuentes la historia, del pa… del donante —dice tomando mis manos y me rio, pero asiento para iniciar a contarle, sin embargo, veo a Noah sentarse en la cama y comienza a llamarme, camino hacia él y Ash me sigue.
—Mami —susurra Noah frotándose los ojitos.
—Mi vida —digo tomándolo en brazos a lo que él acomoda su cabecita en mi hombro.
—Tía ñitos —le sonríe adormilado y Ash toma su manito.
No mucho después se despierta Alana, quien levanta su cabecita y nos regala una preciosa sonrisa, acto seguido se sienta en mi otra pierna y se queda así, mientras Ash habla emocionada de nuestro próximo viaje y ellos sonríen al ver los gestos de su tía.
(***)
Finalmente, mañana viajaremos a Los Ángeles, preparamos mi equipaje y el de los niños, me aseguro de llevar todo lo que vamos a necesitar.
Loli Ira con nosotros, al igual que Ash, Valentino tiene el corazón roto por nuestro viaje, no se ha ido de la casa de mi prima para poder vernos el mayor tiempo posible antes del viaje.
—Hija —mi madre abre la puerta mientras guardo mis joyas.
—Mamá, creí que llegarías en dos semanas —digo abrazándola.
—A-bu —Noah habla y sonríe feliz de ver a su abuela, Alana, por supuesto suelta un pequeño grito emocionada.
—Oh, mis niños, cuanto crecieron en tan pocos días —se pone de rodillas frente a ellos, los abraza y besa.
—Cielo, ¿cómo es eso de que te vas a Los Ángeles? Me enteré esta mañana y tome un vuelo de regreso de inmediato —me reprocha.
—Mamá, no quería arruinar tus vacaciones, estoy segura de que podrías alcánzame cuando esté allá —guardo un collar de diamantes que mi padre me regaló en mi último cumpleaños.
—No, no, no cariño.
—No, no, no, no —Alana niega con la cabeza imitando a su abuela, lo que hace sonreír a mi madre.
—Estaremos juntas en esto también, no puedo permitir que vuelvas a Los Ángeles sin mí, ellos están ahí, lo averigüe en el aeropuerto antes de venir, y ¿si se enteran de su existencia? Toma las manos de los niños que están distraídos entre la ropa de ellos que donaremos.
—Mamá, no les temo y siempre he estado dispuesta a dar todo por ellos —miro a mis hijos— ahora más que nunca estoy lista para protegerlos de quien sea que quiera lastimarlos.
Mi madre permanece en Silencio mientras me muevo de un lado a otro.
—Cariño, existe una posibilidad de que Nick se interese en ellos si sabe que existen y quiera…
—No mamá, él quiso deshacerse de ellos sin el más mínimo remordimiento, tú estuviste ahí, esa posibilidad no existe —le dejo claro, no voy a permitir que los Garnett se cerquen a mis hijos.
—Adelante —digo cuando escuchan que llaman a la puerta de mi habitación.
—¿Cuánto es? Yo puedo ayudarte —digo.
—No, cariño, no hace falta, tengo un plan, quedan unos cuantos meses para recibir la herencia de nuestra abuela —afirma.
—¿Nuestra? —arrugo la frente.
—La madre de nuestros padres dejó un fideicomiso para sus nietos, en ese tiempo solo yo había nacido, murió poco después, estaba enferma, sin embargo, se encargó de dejar un monto inicial que sería invertido al nacer cada nieto y lo recibiremos cuando cumplamos 26 años.
Asiento a sus palabras.
—Seguramente tú también lo recibirás, es algo que deben hacer nuestros padres con la firma de abogados encargada, mi tío no te dejaría a un lado —afirma Ash.
¡Genial!, otro secreto.
—Lindo muy lindo, ahora cuéntale la locura que se te ha ocurrido —Tino habla enojado y Ash rueda los ojos.
—Pues que me iré a Los Angeles hasta que pasen los meses que hacen falta para recibir el dinero, diseñaré la colección allá, la temporada y la herencia sucederán en fechas cercanas, así que, está bien —habla tranquilamente, parece que Tino es el más preocupado y no es a quien están obligando a casarse.
—Ash, tu padre sabrá que te fuiste conmigo, será el primer lugar donde irá a buscarte —digo acomodándome de lado en la cama para verlos.
—Tranquila, Ali, Ash también tiene un plan —Tino suelta un gran resoplido.
—Lo sé, por ello me convertiré en Tino, seré un chico mientras este en Los Ángeles.
—Dios mío, que me da —Tino se abanica con la mano.
—Ash, ¿te estás enterando de lo que estás diciendo? —digo incrédula.
—Me entero —asiente sonriendo—, será muy muuuuy divertido, seré un chico Gay, me convertiré en Asher; mi padre es homofóbico…
—Y que lo digas —Tino hace una mueca—, no me dirige la palabra cuando va a ver a Ash.
—Lo siento, mi cielo, pero es verdad mi padre jamás se acercará a mí mientras este en Los Ángeles siendo un chico gay. Véanlo por el lado bueno, estaré con cariñitos, contigo y me presentarás como parte de tu equipo, Tino Ira cada mes para que revisemos los diseños y ya está, todo estará bien —dice muy cándida.
—Creo que es una locura, la locura más grande que he escuchado, pero te apoyaré completamente —hablo y ella me abraza.
—Y yo igual, aunque las odie en este momento por dejarme solo —se queja tino.
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