ÁMAME UNA VEZ MÁS romance Capítulo 25

Alaia

—Buenas tardes —estrecho la mano de cada uno de los dos hombres que he venido a visitar.

—Un placer, Alexander Black, pero podemos dejar los formalismos para otro momento, soy Alex y él es mi primo —el rubio de sonrisa pícara, que es extremadamente atractivo, me saluda.

—Un placer, Alex —sonrío amable.

—Ethan Walker —se presenta el otro rubio que no se queda atrás en lo guapo que es, aunque se ve muy serio a comparación de su primo.

Creo que Tino estaría en el olimpo si llego a presentarle a estos dos caballeros.

—Un placer, Ethan —digo y cedo el paso a Ignacio, quien también se presenta ante ellos.

Ambos nos guían a las sillas de la sala de juntas, he venido a Black Enterprises para dar inicio a las obras en nuestro edificio técnico, queremos que comiencen pronto y que el nuevo diseño nos permita expandir los espacios a futuro, ya que pretendemos aumentar nuestra presencia en este país.

—El lote tiene grandes dimensiones, aunque es evidente que no ha sido aprovechado, solo utilizan el 10% del mismo, la infraestructura que ahí se encuentra es muy pequeña; de acuerdo a los estudios, este espacio es propicio para construir uno o dos edificios con zonas de descanso y exteriores ideales para sus empleados —Alex habla y asiento mirando los planos.

—Según lo que hemos revisado, todo está en orden, podremos comenzar en cualquier momento, inicialmente queremos escuchar lo que ustedes necesitan, desde ahí trabajaremos de la mano para el diseño inicial —explica Ethan.

—Uno de los edificios debe estar listo en menos de seis meses, mi padre me ha dicho que ustedes son expertos en trabajar contra el tiempo —digo y ambos ríen—, y es lo que necesitamos ahora, es realmente importante para mí, para nosotros —comento.

—Nuestra compañía cuenta con el personal y la capacidad suficiente para cumplir con las demandas de T-World —dice Ethan.

—Perfecto, podemos firmar el contrato, entonces —digo y poso las manos sobre la mesa.

Alex me entrega la carpeta, donde está el contrato y el valor del pago inicial a transferir.

Ignacio procede a hacer la transferencia.

—Imagino que ambos trabajaran en este proyecto —observo a los rubios después de plasmar mi firma en el contrato que ya habíamos revisado, solo hacía falta reunirnos y cerrar el trato.

—Debo ser honesto contigo, Alaia —Alex habla y presto mi atención en él —este proyecto será entregado por la junta directiva a uno de nosotros.

Asiento y entiendo a que puede referirse, me han informado algo de que uno de ellos dos se convertirá en CEO de la compañía pronto; sin embargo, se encargaron de que sean los dos quienes me reciban.

—Puede estar segura de que sin importar quién lo tome, el proyecto cumplirá con sus expectativas, o puede superarlas —Ethan expresa con seguridad y puedo decir que ambos son encantadores, cada uno a su estilo, no imagino cuan feliz harían a una mujer estos dos hombres, o sementales como diría Tino.

—Me place escucharlo —continuamos hablando un poco más hasta que llega la hora de irme y procedo a despedirme de ellos.

Salimos de las oficinas de los Black y siento que la imagen que tenía de la compañía se hizo aún más favorable al conocerlos, también pude encontrarme con el padre de Alex quien es amigo de mi padre y al abuelo de ellos, el señor Maximiliano, que puedo decir, son unos hombres maravillosos, desafortunadamente no todos son así, pienso recordando la adorable familia de alguien a quien no deseo mencionar en este momento.

Regreso a casa después de estar la visita y pasar una mañana entre reuniones, estoy muy ocupada en estos días.

Me quedo un rato con mis bebés, hasta que se quedan dormidos a mi lado.

Una vez cenamos en familia, vuelvo a mi habitación con los niños quienes se entretienen y corren de un lado a otro mientras observo las propuestas de casas para Alicia y las mujeres del hogar, aún no me decido, algunas parecen muy pequeñas, otras muy grandes y no me gusta la zona en la que están ubicadas; no tengo idea que hizo a Nick cambiar de opinión, pero por lo menos hizo algo bien dentro de todo, hubiese sido terrible que ellas y los niños tuvieran que mudarse de esa forma tan inesperada.

—¿Qué tal se ve? —Ash entra a mi habitación, viéndose como una chica con un pijama en satín color lila de short y camisa de tiras, trae un rollo de tela dorada en su brazo, se había ofrecido a arreglar uno de mis vestidos nuevos para que me quede a la medida, siempre lo hacen las personas que trabajan para ella, pero a falta de estas se ha encargado personalmente, es todo un honor para mi.

Me muestra el precioso vestido dorado que trajimos de España para una noche especial, la cual ha llegado, la gala de presentación será dentro de poco.

—Sabes que me encanta —digo poniéndome de pie.

—¿Qué esperas para medírtelo nuevamente? Lo adecué a la medida de tu busto y cintura.

Me lo pongo y veo que ha hecho un excelente trabajo, como no, si ella es la mejor en lo que hace.

—Tuve que hacerles espacio a tus tetorras, ya sabes, son grandes para las tallas europeas.

Se mueve a mi alrededor asegurándose de que este todo en orden.

En un segundo Alana entra corriendo hasta nosotras y se detiene cuando me ve.

—Te gusta el vestido de mami —pregunto inclinándome hacia ella.

—Ti, pinshesa —dice, entiendo que me ha dicho princesa y me derrito.

—Mi amor, tú eres la princesa de mamá—digo presionándola contra mi cuerpo.

Toma mi rostro entre sus manitos que están muy frías, debieron de estar jugando fuera.

—Aidan Cariño, no salgan de la casa, hace frío, pueden enfermarse —digo en voz alta.

Mi hija pide que la baje para jugar con su hermanito, sin embargo, no estaré tranquila hasta que la vea un pediatra.

El médico llega media hora después, revisa a la niña mientras todas y los niños están atentos.

El doctor nos informa que no hay nada de que preocuparse, ya que no hay otro síntoma que podría indicar algo grave, da las indicaciones para cuidar a Alana y nos pide llamarlo en el caso de que haya algún cambio.

—¿Ves hija? Todo está bien, ahora ve a la oficina, se te ha hecho tarde —mi madre me recuerda.

—No sé mamá, no quiero dejar a Alana, puedo pedir a alguien mas que vaya en mi lugar —digo mirando a mi hija.

—Ve, cielo nuestra niña está bien y la reunión de hoy es importante, me quedaré aquí y prometo mantenerte al tanto —ahora es Ash quien interviene.

—Bien, solo cuídenla, iré a la reunión y vuelvo apenas termine —me acerco para despedirme de los niños y de ellas.

No me siento del todo bien por dejar a mi niña, después de un suspiro, subo al auto y conduzco hacia el edificio donde la reunión está por comenzar, intento conducir lo más rápido que puedo, llamo a Ignacio para pedirle que llame al ministro y le informe de mi contratiempo, nunca he llegado tarde a una reunión, pero mis hijos están por encima de cualquier cosa.

Paso los filtros de seguridad y camino rápidamente para llegar a la sala de juntas de la oficina del ministro.

El asistente del ministro me permite entrar y para mi sorpresa no está el Ministro, pero sí Nick, volteo a ver al chico, confundida.

—El ministro ha salido un momento, no tarda en volver —informa y entro a la sala de Juntas.

Lo primero que veo es a Nick y su cara de culo, inevitablemente muerdo mi labio para no reírme.

—Llegas tarde —espeta mirando la hora en su reloj.

—Tuve un asunto urgente que atender, algo que seguramente no entenderías —respondo y Busco un lugar en la mesa, le doy una última mirada a mi teléfono antes de sentarme.

—¿Urgente? ¿Ver a tu novio tal vez? —me observa fijamente, acomoda su espalda en la silla y le doy una mirada mordaz.

—Prometido —aclaro y puedo notar su gesto de disgusto, y solo hay una razón para ese gesto, Cedric —Y lo que haga o deje de hacer con mi vida privada no es algo que te corresponda saber —hablo y noto que presiona su mandíbula.

—Lamento la tardanza, Nick, Alaia —dice—, debía tomar una llamada muy importante, espero haya solucionado el inconveniente con su… familiar y ella este bien —dice el ministro.

—Todo está bien, gracias —sonrío, pero Nick voltea a verme notándose confundido—. Podemos comenzar —digo al ministro y este asiente.

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