Amor inesperado romance Capítulo 9

Cuando se acercó a ella, Clarisa sintió un escalofrío que le recorría la espalda. Por instinto, se agarró a la cadena de su bolso y dio un paso atrás. Matías se elevaba por encima de ella, con una mirada oscura.

-Señorita Quiroz, ¿todavía está enfadada por la broma que le hice en la cena de aquella noche?

-No, no. -Sacudió la cabeza con vigor. No tenía el valor de enfadarse con él.

-¿Entonces hay un malentendido entre nosotros?

—¿Eh? —Clarisa parpadeó dos veces antes de responder de forma apresurada-. No, claro que no.

—¿Entonces por qué me tiene tanto miedo?

«¿No puedo tener miedo? ¡Sospecha que tengo un motivo oculto!».

Clarisa se rio.

-No, no tengo miedo. Sólo estaba nerviosa porque usted es mucho mayor que yo. Señor Tamayo, siempre he sido educada con mis mayores.

-¿Ah, sí?

Matías se llevó el cigarrillo a los labios y dio otra fumada. El hedor del tabaco atacó las fosas nasales de Clarisa.

Para ella no era nada asfixiante.

-Sí.

-Señorita Quiroz, no tiene que rechazarlo. Elida quiere ayudarla. Si quiere rechazar su ayuda, hable con ella.

-Yo...

-Si insiste en decir que no, eso me dice que se siente culpable en lugar de estar nerviosa ante una persona mayor.

Clarisa frunció el ceño con disgusto ante sus palabras.

—¿Me siento culpable? Todo es por usted...

-¿Y yo qué?

Al encontrarse con la mirada de Matías, Clarisa se calló.

—Nada. Es que no quiero que haya ningún malentendido.

-¿A qué se refiere con exactitud, Señorita Quiroz? -indagó Matías.

«¡Es que no se da por vencido!».

Las cejas de Clarisa se fruncieron antes de mirarlo con valentía.

-¡Puede pensar que voy detrás de los Tamayo!

«Eso debe ser lo que Matías tenía en mente. Si no, no habría hecho esa broma ese día».

Como Matías no dijo nada, Clarisa hizo un puchero.

-Parece que se ha hecho una ¡dea equivocada de mí.

«¡da! ¿Me he hecho una idea equivocada de ti? ¿En serio vas a negarlo?».

—Señorita Quiroz, usted es amiga de Elida, ¿verdad?

-¡Claro!

-No tiene un motivo oculto, ¿verdad?

—¡No, no lo tengo! —reiteró Clarisa con firmeza.

Matías arqueó las cejas y respondió:

-Usted está segura de sí misma y Elida confía en usted. Daniel le entregará las llaves del apartamento. Elida se enfadará si se niega a que le ayude. —Giró sobre sus talones y volvió a su asiento con frialdad para seguir con su trabajo. Era obvio que quería que Clarisa se fuera.

Capítulo 9 1

Capítulo 9 2

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