Amor profundo escondido de él romance Capítulo 2

Theodore levantó la cabeza y le soltó la muñeca con brusquedad. Sus ojos fríos escanearon el rostro de Everleigh sin piedad.

—Odio ver tu cara, ¿lo sabías? —dijo él con voz aterradora. ¿Acaso no era suficiente tener que ver su rostro en sus sueños? ¿Por qué debía verlo también en persona?

Al escucharlo, Everleigh se estremeció. ¡Naturalmente, él estaba resentido con ella! Miró fijamente sus ojos fríos y sin expresión. Definitivamente estaba molesto y verlo así a ella le secó la garganta y le hizo sentir que ni siquiera podía respirar.

Por supuesto, Everleigh no quería que él notara su nerviosismo, por lo que fingió estar tranquila y desvió la mirada. Al instante, se dio cuenta de que el dorso de su mano sangraba, así que se dio la vuelta y buscó una cinta nueva.

—Eres mi paciente —exclamó luego de luchar por encontrar una voz clara y firme.

De inmediato, arrancó un pequeño trozo de cinta y quiso acomodar de nuevo la aguja; sin embargo, la voz de Theodore se volvió a escuchar con potencia.

—¡Vete de aquí! —Se podía oír la ira en su tono.

Sus manos se detuvieron inmediatamente. No pudo evitar parpadear un par de veces, pero hizo todo lo posible por evitar que se le quebrara la voz. Rápidamente retiró la mano y respondió:

—Entonces, haré que la enfermera se ocupe de esto.

—No quiero tener que repetir las cosas. —La voz de Theodore se volvió más fría y áspera.

La tensión en la sala era palpable. En el momento en que la vio, la ira brotó de su interior y no pudo evitar actuar con frialdad y rudeza; por su parte, Everleigh sintió una punzada de tristeza en su corazón ante la actitud de Theodore.

—De acuerdo —respondió ella secamente. Guardó el estetoscopio y el informe de la prueba y continuó—. Está bien... Toca el timbre si necesitas algo.

Como respuesta no obtuvo más que silencio. El hombre se limitó a fruncir los labios y no emitió palabra alguna. Ella no quiso acercarse a él, no tenía intenciones de avergonzarse a sí misma.

Una vez dio por terminada su labor allí, se dio la vuelta para escapar de aquella habitación que se había vuelto sofocante; sin embargo, justo cuando estaba por salir, la puerta se abrió de repente y una voz clara resonó en la habitación.

—Theodore... ¿Te sientes mejor?

Rápidamente, Everleigh buscó el origen de la voz y vio a Josephine Bailey en la puerta; llevaba puesto un vestido de novia blanco y levantaba la cola del mismo para que no se ensuciara. De repente, sus miradas se encontraron y la sonrisa de Josephine se congeló al instante.

Sin embargo, fingió que nada ocurría. Simplemente se sentó al borde de la cama y dijo en voz baja:

—Theodore, ¿por qué te desmayaste de repente? Me asustaste.

Everleigh se volvió hacia un lado e hizo todo lo posible por mantenerse calmada.

—El Sr. Godfrey se desmayó debido a una gastritis aguda. De ahora en más deberá prestar más atención a su dieta. Debe reducir la comida grasosa y comer en tiempo y forma —explicó Everleigh lisa y llanamente.

En ese momento hizo una pausa. No pensaba seguir dando indicaciones, pero no pudo detenerse.

—Además... —continuó—, saltarse comidas constantemente también es una causa probable del desmayo.

Al escucharla, Theodore entrecerró los ojos. Su mirada se volvía más fría a cada segundo que pasaba. ¿Saltarse las comidas? ¡Sin dudas, ella aún lo recordaba!

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