Atrapada en la Venganza de un Millonario romance Capítulo 52

Al día siguiente

Salgo del baño luego de haberme duchado para prepararme e ir a trabajar, y me encuentro con mi ex esposo, actual novio, y juraría que modelo acostado en la cama prácticamente desnudo a excepción de la tímida sábana que cubre su hombría, y con sus brazos cruzados debajo de su cabeza. « Concéntrate Sienna, debes ir a trabajar», me repito una y otra vez cuando su mirada se pasea sobre mí.

—Buenos días Bella, me hubieras despertado para ducharme contigo. — dice de manera sugerente y juro que es muy complicado mantener la coherencia con él.

Me acerco al pie de la cama y me quedo estática allí —si lo hacía llegaría tarde al trabajo y tú sabes mejor que yo que no puedo perder ese empleo; es nuestra única carta para descubrir los secretos de ese idiota. — explico y a pesar de que muero por besarle y perderme nuevamente entre sus brazos, sé que no es conveniente ahora.

Me doy la media vuelta, voy hacia el walking—closet dónde está toda la ropa que él me ha enseñado ayer, y comienzo a elegir que colocarme. Busco un sujetador, una prenda interior que haga juego y me los coloco para luego intentar decidir qué ponerme —esta falda me gusta mucho— me interrumpe Lucas mientras rodea mi cintura con sus fuertes brazos.

—Eres muy cruel. — digo alterada por la manera que siento su bulto detrás de mí —no seas así...— le pido suplicante, pero él parece no escuchar razón y besa mi cuello.

—Si me das un beso de buenos días prometo controlarme hasta esta noche.— negocia haciéndome reír.

Debo admitir que me encanta su actitud algo infantil, pero a la vez me desespera... me doy la vuelta para que quedemos de frente y me pierdo en su mirada azul profunda como el mar. —eres un niño grande, y debo admitir que me encanta...— digo acercándome a sus labios hasta que comienzo a besarle lentamente. Noto claramente sus intenciones de profundizar nuestro beso, pero si lo hago sé que no saldré más de aquí.

—Esta noche te compenso. — digo sonriente sobre sus labios.

—Lo has dicho tú...— rebate pícaramente —iré a ducharme, yo debo ir a trabajar con mi suegro — bromea y me da un corto beso antes de irse al baño.

Me coloco la falda negra, busco la blusa y los zapatos que hacen juego, y los dejo sobre la cama para luego ir a buscar mi pequeño estuche de maquillaje en mi bolsa. Entro al baño como si nada y me paro frente al espejo para comenzar a maquillarme mientras que mi guapísimo novio se ducha. Debo admitir que su imagen desnuda, a través de la mampara de la ducha, reflejada en el espejo me distrae muchísimo; me encantaría meterme allí con él. —No me ayudas paseándote a medio vestir por aquí.— Se queja entre risas y tan sólo puedo reírme con él.

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