Atrapada en la Venganza de un Millonario romance Capítulo 65

Tanto Lucas como yo seguimos totalmente impactados ante la información que nos ha dado Alejandro, pero tengo la sensación de que él está peor que nosotros. Después de cambiarme, me meto entre las sábanas y acomodo las almohadas para apoyar mi espalda sobre ellas contra el respaldar de la cama.

No sé ni siquiera si pueda llegar a dormir algo esta noche... Toda la información sigue dando vueltas en mi cabeza e intento comprender hasta dónde ha llegado Raúl Sandoval con su plan de hacerse pasar por mi padre... ¿El sabrá de esto? Y¿ si la situación económica de la empresa es debido a eso? ¿me habrá ocultado toda esta información?

—¿Te encuentras bien bella?— me interrumpe la voz sexy de Lucas y al levantar mi mirada le veo caminando hacia la cama con tan sólo ese bóxer color blanco de Calvin Klein y su cabello totalmente mojado ya que se acaba de ducharse.

—Viéndote así, sí. — bromeo y no sé como lo hace, pero ha logrado que mi cabeza pudiera concentrarse en sus perfectos abdominales y esos brazos que tanto me gustan... sin contar que ese maldito bóxer hace que su hombría sea un paisaje sumamente tentador.

—Me alegra el alegrarte, pero estabas muy pensativa — comenta sentándose a mi lado en la cama.

—No podía dejar de pensar en lo que no has dicho Alejandro…, pensaba en mi padre y en la situación económica de la empresa, amor...— digo y me acomodo de una manera un poco mejor para mirarle –dime la verdad. — Le pido y su mirada azul tan sólo me mira expectante — ¿la empresa de mi padre ya estaba en problemas antes de el plan que tú tenías y en el cual también hizo parte Ramiro? O ¿ha sido ese supuesto mal negocio él que lo ha llevado a tener que asociarte con tu familia? Ya sabes, ¿todo lo que era parte de tu plan inicial? — Le cuestiono.

—Amore...— Susurra y acaricia mi rostro delicadamente –Cuando comencé a idear ese maldito plan que me llevó a hacerte tanto daño, tu padre ya no estaba en una situación económica privilegiada con la empresa. Lo de Ramiro ha sido la estocada final. La verdad, es que, en aquel momento, yo creía que el destino estaba siendo justo haciendo que el culpable de que mi hermana haya muerto pagara por todo. Yo no hice más que aprovechar esa situación, pero ahora que estoy trabajando en con tu padre me estoy percatando de que mucho de los empresarios que hacían grandes negocios con la naviera se han ido diciendo que no querían involucrarse con alguien como tu padre — me explica y no puedo más que sentirme totalmente agobiada por la situación.

—Entonces, lo que nos ha dicho Alejandro es verdad...— comento sin dejar de mirarle.

—Todo indica que sí, pero mañana iremos a hablar con su supervisor. Yo también estoy muy agobiado con esto amore, imagínate... mi hermana se infiltro en la empresa de Raúl para obtener información…en mi vida podría haber imaginado tal cosa. — me dice, pero de a poco va acortando la distancia entre nosotros –lo que no quiero es que esto te haga mal...—

—Es inevitable, ya me ha hecho mal y continúa haciéndolo...— le interrumpo.

—De acuerdo, entonces.., déjame curarte con besos, ¿si? — me propone acercando lentamente sus labios a los míos –quiero que mi futura esposa esté tranquila... todo acabará pronto — me susurra y antes de que pueda rebatir a sus palabras; él comienza a besarme con delicadeza.

Mis labios responden a sus besos de la misma manera, pero inesperadamente mis labios piden ir por más. Le beso con urgencia hasta que su lengua y la mía se encuentran generando una fiesta para nuestros sentidos. Su manera de besarme es jodidamente perfecta y solamente puedo deshacerme de la sábana que me cubría poner mis rodillas en cada lado de su cuerpo. Le tomo de la nuca y voy bajando por su cuello, por sus hombros... voy a sus pectorales y comienzo a escucharle jadear. –te amo. — le digo mirándole mientras sigo bajando por su cuerpo y luego le empujo levemente para que caiga de espaldas sobre la cama.

—Y yo a ti...— rebate mientras que siento como sus manos van subiendo mi corto camisón hasta quitármelo por completo.

Las pocas prendas que separaban su piel de la mía desaparecen de nosotros para dar paso a recorrer la anatomía del otro con nuestras bocas mientras vamos cambiando de posición en esta cama. La manera que sus labios generan placer en mi cuerpo me hace delirar hasta el punto que mis gemidos deben ser callados por sus dedos –por favor... entra en mí ya — le suplico haciéndole sonreír.

—Tus deseos son órdenes para mí...— me dice para luego darme un beso que me quita el aliento y mientras me besa entra en mi volviéndome loca.

Sus caderas y las mías encuentran el ritmo perfecto para que cada una de sus embestidas me acerque más a las estrellas, me aferro a su perfecta espalda hasta que ambos llegamos a un perfecto orgasmo que me deja temblando de pies a cabeza.

Mis ojos se centran en los suyos y podría jurar que a pesar de que no decimos ni una sola palabra nos estamos decimos “te amo” hasta que nos quedemos sin voz.

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