Atrapada en la Venganza de un Millonario romance Capítulo 66

Al día siguiente

Para todos en la oficina estoy en una cita médica, pero la realidad es otra; estoy con Lucas a punto de entrar al edificio de la DEA en Miami para hablar con el supervisor de Alejandro y así poder comprobar si todo lo que nos ha dicho es cierto o no.

—¿Preparada?— me pregunta Lucas y aprieta mi mano con la suya.

—Vamos — afirmo y casi como si estuviéramos sincronizados comenzamos a caminar hacia la puerta.

Él la abre, me deja pasar primero y apenas llegamos a la recepción; una mujer de cabello cobrizo nos saluda y pregunta —en qué podemos ayudarle. — inmediatamente le muestro la tarjeta de presentación de Martin Miller y le explico que necesitamos hablar con él urgentemente.

—Al parecer, Alejandro dice la verdad — comenta Lucas mientras observa todo su alrededor para descartar la posibilidad de que esto sea una simple fachada.

—Eso parece...— comento observando cada detalle de la recepción al igual que Lucas.

—Buenos días, ¿me están buscando? — nos interrumpe una voz masculina bastante gruesa. Al voltear a ver quién es, nos encontramos con un hombre de unos 40 años, bastante alto, cabello color castaño muy claro, con barba y bastante corpulento.

—¿El señor Martín Miller?— pregunta Lucas y luego me mira.

—Sí, ¿y usted es?— rebate.

—Lucas Sandonini, y ella es mi novia Sienna Di Marco — me presenta y el que haya aclarado nuestro vínculo amoroso me hacer reír un poco por dentro.

—¿Usted es el hermano de Lucía?— cuestiona bastante sorprendido.

—Sí, hemos hablado con Alejandro Sandoval y nos ha dicho que viniéramos a verlo para aclarar algunos asuntos — se explica.

—Puedo imaginarmelo, por favor síganme — nos pide y sin más abre una puerta con su tarjeta magnética.

Al pasar aquella puerta, nos encontramos con un mundo totalmente diferente. Hay oficinas por todas partes y gente vestida completamente de negro con el logo de la DEA caminando de aquí para allá mientras llevan reportes. Todos parecen tener urgencia por algo, pero me imagino que este es el ambiente diario de una oficina como esta.

Finalmente, el señor Miller abre la puerta de su oficina y nos pide que tomemos asiento. Me siento muy extraña en esta situación; cientos de veces he visto películas o series de televisión donde una organización como esta es prácticamente el centro de todo, pero hoy estoy aquí sentada y no es precisamente ficción. –Ustedes dirán en qué puedo ayudarles. He conversado con el agente Sandoval y me comento un poco acerca de la situación... ¿usted es la hija del empresario Mauricio Di Marco?— me pregunta con sus ojos marrones clavados en mí.

—Sí, soy yo.— respondo sin rodeos.

—¿Y es quien ha entrado a trabajar a las empresas Sandoval, ¿cierto?— indaga y asiento –no debió hacerlo — me dice un poco más serio –lo único que ha hecho es poner en riesgo su vida.—

—No tenía otra opción, necesitaba intentar saber qué sucedía... y ahora que sé que ese tipo ha hecho tanto daño a mi familia y a la familia de Lucas, tengo mucho más motivos para estar allí — intercedo.

—Señorita Di Marco, esto no es un juego. El hijo de Sandoval está queriendo hacer justicia, imagínese la gravedad del asunto — explica.

—¿Entonces lo de Alejandro Sandoval es cierto?—intercede Lucas.

—¿Qué? ¿Pero por qué la ha enviado a matar? ¿Qué le hizo? — cuestiona entre lágrimas.

—Descubrió que su hermana era una agente de la DEA, tenemos grabaciones de todo, pero si arrestamos a Estébanez, Raúl Sandoval se dará cuenta que hay alguien más infiltrado y aún necesitamos conseguir un poco de información más.—

—Ese hijo de puta tiene que pagar por todo eso.— exige y el verlo así de destrozado, me parte el corazón.

—Y lo hará, se lo prometo... su hermana además de una increíble agente, era mi mejor amiga... yo también quiero justicia— nos informa.

—¿Y como seguimos?— pregunto totalmente confundida.

—Usted no se puede ir ahora, no lleva ni un mes allí dentro y si se va será sospechoso. Simplemente siga con su trabajo y ayude al agente Sandoval en lo que él necesite— me pide.

—Está bien...—

—Sienna, necesito irme de aquí — me dice Lucas aún entre lágrimas.

Lo miro al agente Miller y él asiente –vayan, es lo mejor— me dice y sin más me pongo de pie para ayudar a que Lucas se levante de la silla e irnos de aquí.

« Nunca le había visto así, está destruido, pero no es para menos. Por fin ha sabido la verdad detrás de la muerte de Lucía».

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