Atrapada en la Venganza de un Millonario romance Capítulo 69

—Eres muy exagerado...— repito una vez más mientras observo el consultorio donde me tienen esperando aún.

—No lo soy, ya ves que te han hecho varios estudios, si no hubiese sido nada te hubiesen dejado ir a la casa de inmediato, pero no... aquí estamos aún — se defiende y no sé por qué no he aprendido la lección de lo terco que él puede llegar a ser.

Decido simplemente sonreírle y cruzarme de brazos dándole a entender lo aburrida que estoy —si tu lo dices...— me limito a responderle.

Algún día debería hacerme caso, debería entender que no todo puede ser como él quiere y eso es lo que intento al pretender estar molesta, pero su repentina cercanía comienza a jugar con mi voluntad —no te enfades conmigo — me pide apoyando sus manos a cada lado de mi cuerpo sobre la camilla e inclinándose de a poco hacia mi hasta que entre sus labios y los míos la distancia se hace casi inexistente. —Sólo quiero cuidarte como debí hacerlo desde el principio...— se defiende y la cercanía de la perfección de su rostro va dejándome sin aliento.

—No juegas justo haciendo esto...— consigo decirle a pesar de que apenas estoy pudiendo pensar.

—Tú mucho menos, eres tan hermosa que debilitas cada uno de mis sentidos a cada instante, ojalá pudiera hacerte ver lo mucho que te amo. — me dice bajito y junta sus labios con los míos suavemente hasta que me comienza a besarme con un poco mas de euforia.

Quisiera seguir besándole hasta olvidarnos de todo, pero una falsa tos nos interrumpe haciéndonos reír nerviosos y al mirar hacia la puerta, allí está el doctor Gutiérrez, quien me ha atendido hace un par de horas —lo siento — se disculpa él y luego pretender estar un poco más serio —doctor, ¿cómo está mi mujer? ¿Tiene algo grave? — pregunta incluso antes de que yo pueda hacerlo.

El doctor termina de cerrar la puerta detrás de él y se acerca a la camilla con un sobre en la mano —señor Sandonini, afortunadamente son buenas noticias las que tengo para ustedes.— nos dice y ahora si que no entiendo nada.

—¿Buenas noticias?— Interrumpo y sonrió.

—Efectivamente, señorita Di Marco...usted está embarazada. ¡Felicidades! — Nos dice con una amplia sonrisa en su rostro y yo ni siquiera sé cómo reaccionar.

«¿Ha dicho embarazada?»

—¿Qué?— pregunto con un hilo de voz y es que en verdad esto me ha tomado por sorpresa...

—Tiene cinco semanas. — informa y lo único que puedo hacer es mirar a Lucas como intentando comprender cómo se siente él con esta noticia.

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