Atrapada en la Venganza de un Millonario romance Capítulo 79

Horas más tarde

—¡Hija!— exclama mi padre apenas me ve entrar a su oficina y se levanta de su silla para venir hacia mí y abrazarme con todas sus fuerzas —¡¿Cómo se te ha ocurrido meterte con ese tipo?! ¡Me hubiese muerto de tristeza si algo malo te ocurrida! — me reclama sin soltarme.

—Pa, estoy bien... no ha sucedido nada, tranquilo — digo yo también y lo abrazo para tratar de tranquilizarlo —Tu nombre quedará limpio, ya verás. — explico y repentinamente él me suelta un poco para mirarme a la cara.

—No sé cómo has sabido de los problemas que Raúl y yo teníamos, pero ahora no hablaremos de ello... solo quiero mirarte a los ojos y saber que mi pequeña está bien — me dice tal y como lo hacía cuando era una niña y me enfermaba.

—Estoy perfectamente bien pa...— digo y hago una pausa para voltear a ver a mi prometido que observa la escena desde abajo del marco de la puerta. Con mi mirada le indico que le daré la noticia a mi padre, y él de inmediato entra cerrando la puerta detrás —Sabes, en realidad... estamos bien — digo mirando a mi padre nuevamente y de inmediato llevo una de mis manos a mi abdomen para que el entienda a lo que me refiero.

—¡¿Qué?!— Pregunta mirándonos totalmente confundido y sonrió.

—Pues sí papá, serás abuelo en unos meses... así que, no te quiero ver triste ni preocupado por nada de todo lo sucedido lo cual ya forma parte del pasado — explico absolutamente feliz.

—¡No lo puedo creer! ¡Es la mejor noticia que me has dado! — Exclama entre risas y lágrimas que tan sólo representan emoción en estos momentos y me abraza aún más fuerte. —debemos ir a celebrar la noticia— propone cuando me suelta un poco para dejarme respirar.

Lucas aprovecha este instante para acercarse a mí y me rodea por la cintura para acercarme a él —definitivamente debemos ir a celebrar Mauricio— indica mi prometido —además, para darle mejores noticias, quiero decirle que Sienna y yo nos volveremos a casar en noviembre, y esta vez le anunciaremos la fecha exacta una vez que la tengamos— explica.

—¡Entonces deberé felicitarles doblemente!— exclama feliz —nunca he entendido lo de su boda tan repentina aquella vez y mucho menos su divorcio, pero creo que podemos hablar de eso otro día... ahora propongo que salgamos de aquí y vayamos a un sitio increíble a cenar y celebrar las increíbles noticias que me han dado— propone desbordado en entusiasmo, y cuando estoy a punto de responderle alguien golpea la puerta. —¡Adelante!— Exclama y vemos a su secretaria entrar con un agente de la DEA

« ¿Alejandro? ¿Qué hace aquí?»

—Buenas tardes señor Di Marco, soy el agente Darío Vázquez, ¿podríamos hablar con usted a solas por un momento? — le pregunta y siento que mi corazón se saldrá de mi pecho.

« No... mi padre no puede estar en problemas...»