Atrapada en la Venganza de un Millonario romance Capítulo 81

Su manera de abrazarme intentando consolarme me calma, aunque sea un poco. El silencio en el salón de nuestra casa es inmenso, pero supongo que él entiende que en estos momentos no soy capaz de decir ni una sola palabra.

«Tengo un medio hermano...» eso es lo que pasa por mi mente una y otra vez.

Intento comprender cada palabra que mi padre me ha dicho, y a la única conclusión que sigo llegando, es que de alguna manera él ha hecho que viviera todo durante todos estos meses. Si Elena hubiera sido honesta con mi padre y le hubiera dicho que esperaba un hijo de él; Raúl no los hubiera odiado y con eso nada de lo que le sucedió a Lucía y a mí hubiera ocurrido...

—Bella...— me dice finalmente mientras acaricia mi cabello suavemente —sé que no tienes animo de nada, pero debes alimentarte amore... ya no eres tu sola — me dice bajito y besa mi cabello.

—Es que de verdad no tengo hambre... no puedo creer todo lo que me he enterado hoy... ¿te das cuenta que Alejandro es mi medio hermano? ¿Qué sin todas esas mentiras tu no hubiera perdido a Lucía y yo...? — intento preguntar, pero no puedo continuar.

—Tu no hubieras sido víctima de mi sed de venganza...— termina de decir y debo sentarme correctamente en el sofá para poder voltear a verle.

—No lo quise decir así...— intento defender.

—Pero es la verdad. Si Elena le hubiera dicho a tu padre que Alejandro era su hijo; Raúl nunca le hubiera odiado y por lo tanto nunca se hubiera hecho pasar por él en tantos de sus negocios sucios... Lucía nunca hubiera conocido a Alejandro, y yo no hubiera hecho que Ramiro te enamorase, y luego yo no te hubiera obligado a casar conmigo... No te hubiera...— Intenta decir y ahora es él quien calla —a veces creo que lo mejor sería dejarte ir, pero no puedo.— confiesa.

—Tú y yo ya hemos arreglado lo nuestro. — rebato de inmediato —es más... quizás, aun a pesar de lo malo ocurrido entre los dos, lo único bueno de todo esto has sido tú y este bebé.— explico y sin poder evitarlo llevo mis manos sobre mi vientre.

—¿De verdad piensas eso?— pregunta bajito.

« Puedo entender sus miedos... pero ya no podemos dudar de lo que existe entre los dos, quizás no ha ocurrido de la mejor manera, pero al final ocurrio... »

Le miro, asiento, y llevo mis manos a cada lado de su rostro para acariciarlo delicadamente —pienso que a pesar de todo eres lo mejor que me ha sucedido... yo te amo Lucas — confieso.

—Y yo a ti, ¿lo sabes, no?— Me pregunta al igual que lo haría un niño asustando.

—Claro que lo sé... lo que no es si podremos decirle a mi padre toda la verdad.—

—Lo sé, se sentirá culpable de todo y además me odiará...— explica.

—Exactamente...—

—¿Y qué hacemos?— cuestiona preocupado.

—No lo sé, creo que tendríamos que pensarlo un poco mejor, pero por ahora no puedo pensar en nada de todo eso.—

Él me mira fijamente y poco a poco se acerca a mis labios para besarme con delicadeza —¿te parece si intentamos relajarnos un poco y luego mañana con más calma vemos que hacer?— propone sobre mis labios y no puedo más que asentir.

—Me parece perfecto.—