Atrapada en la Venganza de un Millonario romance Capítulo 82

Al día siguiente:

Hoy ha sido uno de esos días donde el levantarme de la cama ha sido prácticamente imposible. Apenas he podido dormir, y lo poco que lo he hecho, ha sido muy mal a causa de las náuseas y los pensamientos que se cruzaban por mi cabeza. Lo positivo de esto es que Lucas ha estado cuidándome todo el día y que se ha encargado de absolutamente todo.

—Bella...— le escucho decir mientras entra a la habitación.

Termino de subir la cremallera del vestido que me he puesto y le miro a través del reflejo del espejo —¿sí?—

—Ha llegado tu.... Eh... Alejandro...— dice finalmente.

—Ya bajo, ¡ufff!... estoy nerviosa, es que no sé ni siquiera como conversar con él — indigo acomodando la tela del vestido y luego me doy la media vuelta —hasta ayer yo era hija única... ¿me explico? — digo bastante confundida por cómo me siento.

Él asiente, se acerca a mi lentamente y me rodea por la cintura para acercarme—si me permites darte un consejo, no desaproveches esta oportunidad que la vida te está dando. Tú estás ganando un hermano mientras que yo la he perdido — me sugiere y vaya que sus palabras me calan hondo.

—¡Ay!..— digo algo triste por verle así y acaricio su rostro con delicadeza —no me gusta verte así de triste — comento en lo que es un intento por levantarle el ánimo, pero a decir verdad no sé si esté capacitada para hacerlo.

Me sonríe tímidamente y lleva su mano sobre la mía por encima de su mejilla —vamos, que pensará que no quieres verle. — propone.

—Vamos — accedo y de esta manera, tomo el valor para salir de esta habitación junto a él.

Al llegar a la sala, allí está Alejandro parado frente a la puerta de vidrio que da al jardín observando el grandioso día que hace afuera — buenas tardes — digo interrumpiendo sus pensamientos y de inmediato se da la vuelta para mirarme.

Luce cansado, sus ojeras delatan sus pocas horas de sueño y mientras me acerco a él, no sé que decir —buenas tardes. — me dice rompiendo el silencio y camina a nuestro encuentro.

« No sé si saludarle con un beso en la mejilla, si abrazarlo, o simplemente pararme frente a él y conversar ¿puedo sentirme tan extraña?»

Es él quien rompe la incomodidad del momento saludándome con un beso —yo iré a terminar de preparar la cena... los dejo para que conversen — intercede Lucas y después de darme un beso sobre el cabello, se va dejándonos solos en el salón.

—¿Quieres sentarte?— pregunto y automáticamente él asiente sentándonos frente a frente en los sofás que hay en el salón.

—No sé por dónde comenzar...— me dice con dudas.

—Yo mucho menos, aún me cuesta mucho asimilar que tú seas mi medio hermano... en realidad me cuesta entender que tengo un hermano...— comento.

—No era mi intención aparecerme así en tu vida, ni en la de tu padre. —

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