¡Canalla! ¿Satisfecho con mi muerte? romance Capítulo 1

Morí.

Morí en esa noche en la que él, para proteger a su nuevo amor, me obligó a atraer a un asesino serial. Después de muerta, mi cuerpo fue convertido en un ejemplar atrapado en una vitrina de cristal, sin embargo, Renán Hierro, de repente se volvió loco.

En ciudad Monte Azur, en la familia Hierro.

Ni idea tengo de por qué, pero después de morir, mi espíritu volvió a esta casa.

"¿Ninguna noticia de Nayra? Ya han pasado varios días", Teresa, la madre de Renán, murmuraba preocupada desde el sofá. "Esta niña siempre ha sido obediente, no es de las que no contesta mis llamadas, ¿le habrá pasado algo?".

Yo era la hija adoptiva de la familia Hierro, llegué a esta casa a los dieciocho años. Mi mamá era la mejor amiga de Teresa, y después de que mis padres murieron en un accidente, ella me trajo a vivir con la familia Hierro.

"Madre, no te preocupes por ella, ya es grande, ¿qué le podría pasar?", contestó Renán con impaciencia, echando un vistazo al reloj. "Hoy es el cumpleaños de Yuria, me tengo que ir".

Al ver a Renán, no pude evitar sonreír con ironía; él nunca se preocuparía por si estoy viva o muerta. Antes, éramos lo que todos en la familia llamaban amigos de la infancia, inocentes y unidos; me gustaba seguirlo a todas partes, y a él le gustaba tomarme de la mano. Él decía que yo le gustaba, y yo tontamente lo amé con todo mi corazón por diez años enteros. Pero, qué lástima que el amor de la juventud fuese tan frágil, cuando él encontró a su verdadero amor, todo lo que sentíamos se esfumó en un instante.

"Renán, últimamente todos hablan del asesino en serie que anda suelto, ese que mata a las chicas jóvenes y bonitas. Tengo un mal presentimiento, contacta a Nayra, y dile que la extraño", Teresa le pedía con urgencia, casi en un susurro.

Después de la muerte de mis padres, Teresa fue la única que me dio amor y protección, como una madre, me consoló y acompañó, me trató como a su propia hija. Quería consolarla, abrazarla, pero ya no podía; incluso, la hice sufrir tanto.

"Teresa, lo siento mucho", dije con la voz entrecortada, extendiendo mis brazos para abrazarla, pero sin poder tocarla.

"Es un caso perdido, aunque sea mi hija, no debería ignorar tus llamadas así. Está crecidita y hace lo que quiere", Renán hablaba de mí con desprecio.

Todavía recuerdo aquel año en que él fue herido por secuestradores, y yo distraje a esos hombres sin importarme mi vida, solo para que él pudiera sobrevivir; todavía recuerdo las últimas palabras que me dijo antes de perder el conocimiento: "Nayra, te trataré bien por el resto de mi vida".

Pero, ya que el amor se ha ido, me convierto en la ingratitud personificada para él.

"Renán, ya me morí, finalmente eres libre, estás aliviado", le dije parada frente a él, con sarcasmo. "Al final, en tu corazón, siempre fui esa ingrata que nunca supiste valorar".

"Renán, sé que no quieres casarte con Nayra, pero ustedes tienen un compromiso desde niños, se supone que se querían. Si no te casas con ella, ¿cómo se lo explico a su madre?".

Renán frunció el ceño, con una voz helada respondió: "Deja de hablar de amigos de la infancia, ¿sólo porque crecimos juntos tengo que casarme con ella? Ella se obsesionó conmigo, tomó una promesa de niños como excusa y me sedujo para poder casarse conmigo; ni siquiera le importó perder su dignidad".

Perdí el control y todo el cuerpo me temblaba, intenté golpearlo, pero no toqué nada: "¡Renán, desgraciado!".

Aquella noche, él fue quien perdió el control, pero después dijo que fui yo quien lo había manipulado.

...

Renán se fue, y mi espíritu se vio obligado a seguirlo a la fiesta de cumpleaños de Yuria Blanco. En cuanto entramos, los amigos de él empezaron a llamar a Yuria ‘cuñada’.

"Hace poco, ese maniaco se fijó en Yuria. Menos mal que Renán la protegió bien, si no, habría sido muy peligroso".

"Nayra Durán actuó como cebo para atraer al asesino y ni así lo sacaron de las sombras. Ni el asesino la quiere, jajaja, nadie la quiere".

"Claro, ni el asesino la mira, ¿cómo se va a comparar con nuestra Yuria?".

Renán sintió una opresión en el pecho, irritado sin razón les dijo: "¿Para qué dicen eso ahora?", encendió un cigarrillo y en ese momento sonó el teléfono, y él Contestó.

"¿Aló?".

"¿Hablo con el señor Renán? Somos del equipo de homicidios de Monte Azur, ¿qué relación tiene con la señorita Nayra Durán?".

Renán se levantó de golpe, haciendo señas a todos para que se callaran: "¡Silencio!".

Estaba nervioso, sus dedos se tensaban: "Nayra es mi hermana".

Miré a Renán y, de repente, no pude evitar reírme. Hasta en la muerte, no era más que su hermana pequeña.

"Ella podría estar en peligro. Encontramos su celular y algunas pertenencias en la escena del crimen, ¿podría venir a identificarlas?".

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