Casado dela noche a la mañana romance Capítulo 101

Vivían no se esperaba la pregunta de Finnick. Se quedó paralizada un segundo antes de responder:

—No pensé tanto en ese momento. Solo quería detener a ese hombre. Nunca pensé que estuviera tan loco como para hacerme algo a mí también.

Los ojos de Finnick se desviaron, pero guardó silencio.

—Pero es bueno que haya salvado a Fabian esta vez. — Como si hubiera pensado en algo, un brillo indescifrable apareció en sus ojos-. Al menos ya no siento que todavía le debo algo.

Solo entonces Finnick la miró.

—¿Le debes algo?

-Sí. -Vivían asintió-. Tuve problemas financieros cuando estudiaba. Seguí trabajando y solicitando becas, y Fabian me ayudó mucho en secreto.

Rachel crió sola a Vivían, que nunca gozó de buena salud. Cuando Vivían entró en la universidad, Rachel ya no podía permitirse los gastos de matrícula y de manutención de su hija. Por eso Vivían siempre había solicitado becas y trabajado mientras estudiaba. Sin embargo, el Colegio Z estaba lleno de estudiantes con talento. Era difícil para ella encontrar la oportunidad de solicitar becas o buscar trabajo. Sin embargo, a pesar de tener resultados mediocres, siempre se las arreglaba para conseguir las mejores becas. Además, siempre encontraba «por casualidad» trabajos cómodos y bien pagados. En aquel entonces, pensó que era Dios quien la favorecía. Sin embargo, desde que se enteró de que Rabian era el hijo de la familia Norton, se dio cuenta de la verdad: Pablan había sido el que la había ayudado detrás de la escena todo el tiempo.

A Vivían no le gustaba deber favores a otras personas, sobre todo cuando ahora estaba en una relación incómoda con Rabian. Por lo tanto, al salvarle esta vez, consideró que le había devuelto el favor. A partir de ahora, tanto los favores que le debía en su juventud como el dolor que le había causado serían borrados del libro de cuentas.

Vivían estaba perdida en sus pensamientos. No se dio cuenta de que Finnick la miraba con ojos poco brillantes.

«¿Ella le debía a Fabian en ese entonces?» Finnick no podía encontrar las palabras para describir los sentimientos en él. «¿He llegado a su vida demasiado tarde?»

La Vivían que él conocía era una mujer independiente que siempre llevaba sus propias cargas. Nunca supo que ella había sido una estudiante normal. Tampoco conocía su pasado ni la situación económica de su familia, por la que había sufrido grandes humillaciones. Sin embargo, Fabian la había conocido durante todo este tiempo y había sido el que le había brindado en silencio su cariño y apoyo.

Finnick levantó con brusquedad la mano para tomar la de Vivían. Ella se sobresaltó cuando el calor de su mano se filtró en la suya; levantando la vista hacia él, le preguntó:

—Finnick, ¿qué pasa?

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