Casado dela noche a la mañana romance Capítulo 207

Fabian miró a Ashley y le pidió que se callara.

«¿No es a propósito? ¿Crees que Finnick y yo somos ciegos?»

Si no fuera por la multitud que se reunía, Fabian habría dado una lección a Ashley delante de Vivian. Temiendo que el asunto se agravara y que todos quedaran en desgracia, Vivian tomó la iniciativa para calmar la situación.

—Ya que nadie está herido, olvidémoslo. No hay nada por lo que disculparse. Todo es un malentendido. ¿Estoy en lo cierto? ¿Finnick?

Finnick comprendió sus intenciones cuando vio que Vivian intentaba quitarse de encima el asunto. Sin embargo, era reacio a dejar que Ashley se librara sin darle una lección. Después de todo, había hecho numerosos intentos de sabotear a Vivian. Además, le resultaba extraño que el collar de diamantes que donaron a la subasta se convirtiera de repente en el amuleto que Rachel regaló a Vivian. Solo había unos pocos sospechosos y Ashley era el más importante. Mientras Finnick miraba a Ashley, ella no se atrevió a establecer contacto visual y fingió en la distancia por culpa.

Finnick rodeó lentamente a Ashley en su silla de ruedas mientras la escudriñaba. Mientras lo hacía, Ashley estaba tan asustada que el sudor comenzó a acumularse en su rostro.

Finnick se burló:

—Sra. Miller, su hermana está aquí, ¿y aún no la ha saludado?

«¿Saludarla? ¡La odio! ¿Por qué demonios iba a saludar a esa zorra?»

Ashley tan solo ignoró las palabras de Finnick. Tirando de la manga de Finnick, Vivian susurró:

—Finnick, déjalo pasar.

Sin embargo, Finnick no iba a permitir que Ashley se librara tan fácil. Le dijo a Xavier:

—Sr. Jackson, necesito un favor suyo. ¿Puede hacer que el comité organizador de la subasta benéfica investigue cómo se perdió el objeto que donamos? Es un collar de diamantes que vale dos millones.

Mientras hablaba, la mirada de Finnick se posó en Ashley. En el mismo momento, la cara de Ashley se puso blanca como una sábana.

«Maldita sea, si descubren que fui yo quien cambió el collar, no solo lo perderé todo, sino que puedo acabar en la cárcel».

Murmuró:

—Lo siento. Es mi culpa por causarte problemas otra vez.

«¿Causarme problemas?»

Finnick se rio.

«Vivian, en verdad eres la personificación de los problemas. Dicho esto, no me importa que me molestes. Mientras estés a mi lado, estoy más que dispuesto a pasar por cualquier cantidad de problemas por ti».

Finnick le dio una palmadita y respondió:

—No te preocupes, me gustan los problemas.

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