Casado dela noche a la mañana romance Capítulo 209

Vivian sintió que Finnick intentaba comérsela mientras la besaba. Se dejó llevar por la corriente y le permitió hacer lo que quería, disfrutando de sus cariñosas caricias. En ese momento, estaba dispuesta a dedicarle todo lo que tenía. Mientras subía la temperatura en el coche, Finnick le susurró al oído:

—Vamos a casa para que pueda devorarte.

Vivian respiró profundo y su pecho se hinchó mientras su rostro se ponía más rojo. Su timidez la hizo parecer aún más atractiva y Finnick volvió a cerrar los labios con ella. Su beso, combinado con lo que había sucedido antes ese día, fue como una oleada de calor que fluyó por su corazón. Vivian se derritió como si fuera un glaciar en las montañas del Himalaya, convirtiéndose en agua que alimentaba el corazón del otro. Cuando el coche se detuvo frente a la villa, el conductor y Noah observaron cómo los dos tortolitos se bajaban del coche con la cara sonrojada. Vivian se dio cuenta por fin de que había otras personas en el coche con ella. No pudo evitar sonrojarse mientras se tocaba las mejillas ardientes y se arreglaba la ropa.

Finnick dijo:

—Vamos a casa.

Tras bajarse del coche, Vivian empujó a Finnick hacia la casa. Mientras este seguía pensando en las formas de devorar a Vivian, recibió de repente una llamada de Xavier.

«¡Qué aguafiestas!»

Frunciendo el ceño, Finnick no quiso contestar, pero Xavier volvió a llamar después de que la primera llamada fuera ignorada. Solo entonces Finnick se recompuso, ya que conocía muy bien a Xavier. Aunque este solía ser frívolo, sus insistentes llamadas demostraban que debía de tener algo importante que decir.

Finnick le dijo a Vivian:

—¿Por qué no subes tú primero? Tengo que atender esta llamada.

Vivian asintió y subió las escaleras, mientras que Finnick contestó al teléfono.

Se oía a Xavier jadear mientras decía:

—¡Finnick, creo que tengo una idea sobre la identidad del hombre que perdió el pañuelo de seda en el Hotel Century hace dos años! Voy de camino a tu casa ahora y te lo contaré con detalle dentro de un rato.

—Oh, ya veo. No olvides descansar después. —Asintiendo con la cabeza, Vivian fue a ducharse.

Mientras se duchaba en el baño, se perdió en sus pensamientos. Estaba abrumada por todo lo ocurrido en la subasta anterior. Primero fue la pluma de diamantes de Evelyn, hasta el amuleto desaparecido, y luego la oferta de diez millones de Finnick por el amuleto. Después, Fabian y Ashley se pelearon, y se descubrió que esta última estaba embarazada. Por no hablar del incidente en el que Finnick protegió a Vivian del vino tinto... Un torrente de sentimientos encontrados invadió a Vivian. Cuando se puso bajo la ducha, el agua caliente recorrió su cuerpo y el calor invadió cada centímetro de su piel, desde la cabeza hasta los pies. Solo entonces la tensión de su cuerpo se disipó.

«Se siente muy bien».

Vivian pensó en Finnick. Había comprado el amuleto de su madre en la subasta por diez millones y también se había adelantado para protegerla del vino tinto que le tiró Ashley. Ahora que lo pensaba, el hombre siempre aparecía en el momento justo cuando ella estaba en peligro... Sin embargo, todavía parecía haber muchos obstáculos entre ella y Finnick, como Fabian, Evelyn y la verdad de hace dos años. Tal vez a Finnick no le moleste, pero lo sucedido hace dos años siempre había sido una espina en la carne de Vivian, que a menudo se clavaba en su corazón de tal manera que le dolía. Pero todo el mundo tenía un pasado. Para Finnick, el pasado que nunca pudo dejar atrás fue el incidente del incendio y Evelyn. Teniendo en cuenta que todavía fingía estar lisiado, debía tener todavía muchas cosas que resolver. Mientras tanto, Finnick estaba leyendo las noticias en su teléfono en la sala de estar, pero no podía entender nada, ya que su mente estaba preocupada. Las cosas que Xavier dijo por teléfono lo dejaron inquieto.

«¿Cuál es la verdad? ¿Podrá Xavier resolver este misterio?»

Por un momento, Finnick tuvo miedo de saber la verdad. La razón era que la verdad solía ser horrible.