Vivian estaba de buen humor a pesar de que la entrevista de ayer no fue bien. Iba tarareando una canción mientras se dirigía a la oficina cuando Sarah se precipitó hacia ella con ansiedad, gritando:
—¡Esto es malo! Ha pasado algo…
Al ver la expresión de su colega, Vivian supo que debía haber ocurrido algo grave. ¿Iban a cerrar la empresa? Como seguía sin saber nada, preguntó confundida:
—¿Qué pasa, Sarah? ¿Qué ha pasado?
Sarah tartamudeó al no saber cómo dar la noticia.
—Vamos, Sarah. Estoy empezando a sentir pánico —insistió. La expresión de los ojos de Sarah le dijo a Vivian que tenía algo que ver con ella.
Tras algunas dudas, empezó:
—Vivian, echa un vistazo a Twitter. ¡El feed está explotando! Pero intenta no enfadarte cuando lo veas…
Vivian no podía adivinar de qué se trataba, pero no parecía algo bueno. De lo contrario, ¿por qué la siempre franca y directa Sarah tendría tantas dudas? Apresurada, abrió su Twitter y se quedó helada al ver los temas tendencia. Todo giraba en torno a ella:
«¡Vivian William es tan descarada!»
«Exponiendo a Vivian William».
«Los verdaderos colores de la Sra. Norton».
¿Qué estaba pasando? Al abrir uno de los temas, se trataba de sus datos personales: ¡Esas personalidades de los medios de comunicación habían expuesto su privacidad!
«Mamá y yo de seguro somos las únicas que saben la verdad», pensó. Y la mirada de todos le dio la respuesta que necesitaba. Su corazón se hundió mientras respondía:
—Estoy bien, Jenny.
Sonaba débil y su voz era suave. Ya no tenía energía para pensar en otras cosas.
La oficina estaba más silenciosa que de costumbre, el único sonido eran los teclados. Por suerte, Shannon dijo que no volvería hasta el mediodía, ya que se iba a una entrevista. Si no, Vivian no podría aguantar. Las palabras de la boca de esa mujer podrían matar a alguien.
Mientras, se esforzó por no dejarse afectar por las publicaciones en Twitter. Pero no pudo evitar echar otro vistazo. A medida que pasaba el tiempo, los rumores continuaban. Incluso hubo historias de chat en Twitter, tituladas como: «Los involucrados».
El contenido exagerado era, claro, una calumnia. Todo era contundente y antipático. Pero fueron compartidos y reenviados innumerables veces, con diferentes tipos de opiniones apareciendo en el feed.
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