Casado dela noche a la mañana romance Capítulo 332

—No sé... No soy una experta en esto —dijo Vivian, ladeando la cabeza y mirando a Finnick mientras hacía una mueca.

—De acuerdo —comenzó Finnick, obligándose a mantener la calma por el bien de Vivian, siguió—: No me gusta mucho este olor. ¿Puedes sacártelo?

Vivian se dio cuenta de que había algo raro en él, pero decidió no señalarlo. Cuando desapareció en el cuarto de baño, Finnick levantó una mano para pellizcarse las cejas antes de mirar a lo lejos con un suspiro.

Mientras tanto, ella se refrescó con una ducha y salió para mirarse en el espejo. La imagen de Finnick empujándola se repitió en su mente, y se sintió más que decepcionada. «¿Qué le pasa hoy? Nunca ha sido tan frío conmigo... ¿Hay algo malo con el perfume que me dio Elaine? ¿Por qué reacciona así?», se preguntó. Respiró hondo para calmarse mientras las preguntas se agolpaban en su cabeza como un tsunami. «¿Debo preguntárselo? ¿Y si no quiere decírmelo?»

Se echó un poco de agua fría en la cara para aclarar sus pensamientos. «Tal vez no debería... solo agriaría nuestra relación. Pronto descubriré la verdad», se decidió. Salió del baño para ponerse un pijama y se dio cuenta de que él ya no estaba en el salón.

—¿Finnick? Finnick! —llamó, solo para no recibir respuesta. Con un poco de pánico, se apresuró a ir al balcón y lo encontró de pie mirando a lo lejos.

Estaba de espaldas a ella y con las manos en los bolsillos, parecía perdido en su propio mundo. La inquietud de Vivian no hizo más que aumentar al verle actuar así. «¿Acaso sucederá algo malo?», pensaba. Tras un momento de duda, se acercó a él y le agarró las manos heladas para calentárselas.

—¿Qué pasa? Hace frío aquí fuera. Deberías entrar antes de que te resfríes…

Vivian hizo una mueca, pero decidió no indagar más. Al pasar los días, su vida volvió a la normalidad. No era una celebridad, y la mayoría de la gente se olvidó de ella tan rápido como llegaron los rumores. Sin embargo, no pudo evitar preguntarse dónde había ido Ashley después de aquel encuentro con ella en el restaurante.

«Qué raro... ¡Ya debería haber ido a la empresa de revistas a buscar a Fabián y hacer un berrinche! Pero como sea. Nada es mejor que tener una vida tranquila», se tranquilizó. Aquella tarde, Vivian se dio cuenta de que un hombre la miraba fijo mientras esperaba un taxi al lado de la carretera.

El hombre apartó la mirada apresurado cuando ella se fijó en él, y se metió en una cafetería cercana lo más rápido que pudo. Vivian levantó una ceja. «No creo que haya sido un accidente. ¿Me está acosando?», analizó. Sacudió la cabeza con vehemencia. «No... ¡Deja de pensar tanto, Vivian! ¡Ni siquiera lo conoces! ¿Por qué iba a seguirte de la nada? Debe haber sido una coincidencia...»

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Casado dela noche a la mañana