Casado dela noche a la mañana romance Capítulo 336

—Sí, es cierto, yo fui el que arruinó tu vida. Ella no tiene nada que ver con esto —dijo Finnick, señalando a Vivian—. Déjala ir, y te prometo que invertiré en el Grupo Miller y restauraré su antigua gloria. También enviaré a alguien para que traiga a tu madre de vuelta. Haré todo lo que me pidas mientras la dejes ir.

—¿Hablas en serio? —preguntó Ashley con timidez. Si tenía a su madre a su lado, su vida daría un gran paso hacia la normalidad de nuevo. Comenzó a preguntarse si Fabián volvería a su lado una vez que eso sucediera.

—Por supuesto. Nunca hago promesas vacías. Además, todo el mundo nos está viendo. ¿Puedes bajar un momento? —insistió Finnick con voz tranquilizadora.

—¡Quiero ver a Fabián! ¡Ahora! —exigió Ashley.

—De acuerdo, de acuerdo. Lo llamaré ahora mismo —dijo Finnick—. No te muevas. Sacó su teléfono y marcó el número de Fabián:

—¿Dónde estás? Ven aquí ahora mismo.

—¿Eh? —dijo Fabián, confundido—. ¿Qué pasa?

Ese día no se encontraba bien y decidió tomarse un día libre en el trabajo, por lo que aún no se había enterado del secuestro.

—Ashley secuestró a Vivian y amenazó con saltar de un edificio con ella. Quiere verte, así que será mejor que vengas pronto —gritó Finnick. Fabian se sobresaltó cuando su tío levantó la voz, pero no había tiempo para preguntas.

—De acuerdo, iré pronto —acató antes de colgar el teléfono y salir corriendo de la casa. Veinte minutos más tarde, llegó al lugar de los hechos en su automóvil, y se estremeció al ver a Vivian colgando peligrosamente de la barandilla.

—¿De verdad, Fabián? ¿De verdad? —chilló Ashley.

—Sí, lo prometo. Solo necesito que dejes ir a Vivian —dijo Fabian.

La expresión de Ashley decayó en el momento en que pronunció esas últimas palabras.

—Estás mintiendo, Fabian. Me estás mintiendo. Solo quieres salvar a Vivian, ¿no es así? Todavía la amas, ¿no es así Fabian?

Fabian guardó silencio, y para Ashley, el silencio significaba consentimiento. Ella le miraba con desesperación mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.