Casado dela noche a la mañana romance Capítulo 95

-Gracias -dijo Vivían en voz baja. Sus ojos brillaron de placer cuando levantó la cabeza para mirarlo a ojos-. Ahora volveré al trabajo.

Los labios de Finnick se curvaron en una sonrisa al sentir que ella se relajaba en sus brazos.

-De acuerdo, te esperaré en casa.

Vivían asintió y se bajó del coche. Entonces, no se apresuró a subir al edificio, sino que volvió a despedirlos antes de hacerlo. Apretó el tupper contra su cuerpo, y su calor se extendió desde su ropa hasta su corazón. Al igual que... El abrazo de Finnick. Todavía podía detectar su olor por el abrazo de hace un momento, y sus mejillas se pusieron rojas.

«Ya es suficiente, debo parar», pensó. Se golpeó las mejillas y volvió a subir. Su mal humor causado antes por Fabian se había desvanecido en el aire gracias a su esposo.

Después de trabajar horas extras durante todo el día, el borrador final de la revista se envió a tiempo a la imprenta. Y cuando Vivían llegó a casa ese día, estaba agotada que pasó dos noches en cama. Cuando se despertó, la revista ya se había publicado.

Tuvo que admitir que su esfuerzo ha merecido la pena. Destaparon una fábrica de explotación y consiguieron atraer la atención del público. Aunque las ventas no batieron el récord anterior de Finnick, la publicidad había conseguido atraer a varios anunciantes, haciendo que la empresa pudiera al fin superar su crisis. Se alegró de que la empresa pudiera salir adelante, ya que había desarrollado un cierto apego emocional, sobre todo porque llevaba dos años trabajando allí.

Solo había un inconveniente en todo eso: Tendrían que sufrir la odiosa actitud de Shannon.

A pesar de todo, estaban encantados. Incluso Fabian, que solía ser distante, anunció que invitaría a todos a comer ese día. Se alegraron por el anuncio y prometieron comer hasta hartarse. Sarah se acercó a Vivían con entusiasmo y preguntó:

—Vivían, tú también vas, ¿verdad?

Vivían negó con la cabeza mientras miraba a Fabian entre la multitud.

Sin pensarlo mucho se precipitó hacia el hombre y gritó:

—¡Fabian, cuidado!

Todo sucedió en un instante, y ella, de forma inconsciente, pronunció su nombre. Fabian se quedó perplejo al oír a

Vivían y se dio la vuelta. Entonces, se dio cuenta de que un hombre de aspecto horripilante se precipitaba hacia él con un cuchillo en las manos.

-¡Ah!

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