Queenie se dirigió a Lisa con respeto, sin saber quién era.
Cinco años atrás, Queenie urdió un complot en un intento de engañar a Joseph para que se casara con ella por sus propios intereses. Sin embargo, en una extraña combinación de circunstancias, acabó enganchando a Colton en su lugar. Para compensar lo sucedido, Colton le dio el título de «la futura Joven Señora Gardner». Pero su trato hacia ella siempre había sido indiferente.
Entonces, se ofreció para ser la asistente de Lisa, queriendo hacer un buen trabajo para impresionar a Colton, ya que la Corporación Gardner daba mucha importancia a la asociación.
Se suponía que ella misma iba a recoger a Lisa, pero de repente se enteró de que Colton regresaría de su viaje de negocios antes de lo previsto en el mismo vuelo. Para ella, él era lo más importante, así que se le ocurrió dejar de lado a Lisa.
Nicole se dio cuenta de que la mujer al otro lado de la línea había empezado a tararear y a carraspear, como tuviera algo urgente que tratar.
-Claro. Ve a hacer tus cosas. Puedo pedir un taxi para volver -respondió. Sólo entonces recordó que su jefe le había dicho antes de su viaje a casa que le habían asignado una asistente para que le ayudara a familiarizarse con el trabajo de la empresa en el país. «Se dice que esta asistente es la futura Joven Señora Gardner, pero nunca pensé que fuera tan educada...», pensó.
-Muchas gracias, señora Lisa -Queenie colgó con un suspiro de alivio.
Era la primera vez que Lisa regresaba a su país de origen para hacerse cargo de los negocios de la empresa, y se rumoreaba que era una mujer de más de cuarenta años. Al principio, Queenie había pensado que sería muy malhumorada, pero no esperaba que fuera tan amable.
Nicole siguió de pie fuera del lavabo después de guardar su teléfono. Esperó más de diez minutos, pero Hayden aún no había salido. «Ha pasado mucho tiempo. ¿Podría haber pasado algo?», se preocupó. Se quedó mirando el cartel del baño de hombres, dudando si debía entrar a echar un vistazo.
«¿Un hombre intimidó a mi hijo?» Al escuchar las palabras de Hayden, Nicole se puso roja al instante: «¿Este tipo no tiene sentido de la vergüenza? ¿Cómo pudo intimidar a un niño pequeño?» Consoló a su hijo mientras se quedaba en la puerta del baño de hombres, dispuesta a discutir con el hombre cuando saliera más tarde.
Poco después, un hombre salió. Siendo alto y delgado, iba vestido con un traje negro bien planchado que resaltaba su figura bien proporcionada, en especial sus hombros anchos, su cintura delgada y sus largas piernas.
Nicole levantó la vista de la esbelta cintura del hombre y se quedó sorprendida cuando vio su rostro. Tenía unos rasgos cincelados y exquisitos, con una nariz alta y un par de labios finos un poco apretados que tenían un borde afilado. Lo más cautivador de sus rasgos eran sus ojos, cuyas pupilas eran muy profundas a pesar de la insensibilidad que presentaban, como un par de agujeros negros capaces de absorber a la gente.
Sin embargo, lo que asombró a Nicole no fueron los rasgos deslumbrantes del hombre, sino su aspecto. Se parecía a la versión adulta de su hijo...
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