UN GRAN RIESGO.
Cassian llevó a Aylin al hospital el segundo día de su llegada al mundo humano. Debido a que se comunicó con anticipación, el propio doctor Criss, la esperaba en la entrada, junto a otro grupo de médicos.
Aylin estaba desconcertada al ver la situación, consideraba que no era una paciente en estado crítico.
―Cariño… ¿Es necesario todo esto?
A Cassian no le importaba, si no la conociera como la conoce, probablemente iría al consultorio en camilla.
Casi una hora después, el doctor Criss, un hombre lobo como ellos, se encontraba en su consultorio junto a Aylin y Cassian. Con una expresión seria en su rostro, el hombre comenzó a explicar la situación.
― Aylin, Cassian, tengo que ser honesto con ustedes.―miro a Aylin y había pesar en su mirada ― Tu condición es complicada. Las gemelas están consumiendo gran parte de su energía vital, lo que está debilitando tu salud.
Ella miró al hombre con una expresión preocupada y confusa.
―¿Qué quieres decir con consumiendo mi energía vital? ¿Está en peligro mi vida o la de las gemelas?
―No quiero alarmarte, pero es importante que entiendas la gravedad de la situación. Las gemelas están demandando una gran cantidad de recursos de tu cuerpo, lo que te está debilitando significativamente. ―suspiro y se recostó en su silla ― Si continuamos esperando, el riesgo para ti y para las gemelas aumentará.
Los ojos de Aylin se abrieron consternados.
―¿Qué quiere decir con esperar más?
Criss miro a Cassian y luego a ella.
―Tenemos que sacar a las gemelas cuanto antes.
De repente, Aylin se puso de pie con brusquedad, haciendo que la silla cayera al suelo.
―No puedo aceptar eso, Criss. ―dijo determinada ―Quiero que mis hijas nazcan cuando sea su tiempo natural.
Cassian se puso de pie frustrado y preocupado.
―Aylin, entiendo tu posición, mi amor… Pero también debemos considerar los riesgos. No puedo soportar la idea de perderte. ―sus ojos le dieron una mirada suplicante ―Eres mi compañera, mi amor, mi vida entera. Yo…
―¿Sabías esto? ―de repente ella lo miró como si tuviera dos cabezas ―¿Sabías que Criss me diría esto?
El alfa esquivo su mirada. Y Aylin obtuvo su respuesta.
―¿Por qué no me lo dijiste? ¡Quisiste venir al mundo humano por qué sabías que él me diría que tuviera a las gemelas antes! ―ella abrió y cerró los labios con incredulidad ―No puedo creerlo Cassian, yo que soy la más afectada, soy la última en enterarme.
―No. Las cosas no son así. ―él negó rápidamente ―Yo… llamé a Criss antes de venir, lo acepto. Pero no sabía que diría esto, solo le comenté lo que estaba pasando.
―¡Pues me niego! ―miro al médico y luego a Cassian ―Mis hijas nacerán cuando tengan que nacer, no voy a adelantar nada.
El médico se puso de pie y negó levemente.
―Aylin, mi intención es salvarlas, las gemelas pueden estar en una incubadora hasta que sea el momento de irse. Pero tú… ―Volvió a negar ―… me temo que si esperas un mes más, tu cuerpo no resista, ¿lo entiendes?
Sus ojos se llenaron de lágrimas, no entendía por qué le pasaba esto ahora, durante su embarazo con Rowan, todo fue normal.
―¿Por qué? ―murmuro volviéndose a sentar ―¿Por qué ahora?
―Debes tener en cuenta de que ahora son dos bebés, y antes no habías desarrollado tu poder. No es tu culpa, eres una buena madre, pero estas situaciones suelen suceder.
Cassian tomó su mano mientras luchaba con sus emociones.
―Mi amor, no quiero perder a mi compañera ni poner en peligro a nuestras hijas. Pero tampoco puedo forzarte a algo que no estés lista para aceptar. ―respiro hondo ―Te apoyaré en lo que decidas.
La tensión en la habitación era palpable mientras Aylin y Cassian se enfrentaban a esta difícil decisión.
―¿Si acepto, tendría que ser ahora mismo? ―pregunto nerviosa.
―No. Ya casi estás entrando a los nueve meses, sería cuestión de esperar que cumplas las semanas que necesitamos y sacaremos a las niñas.
Aylin reflexionó por un momento, pidiéndole a la diosa que le concediera sabiduría. Amaba a sus niñas, pero también sabía que debía seguir aquí, por Rowan y Cassian. Después de pensarlo, tomó la decisión.
―Está bien. ―dijo asintiendo con la cabeza ―Acepto que las gemelas nazcan antes de lo debido.
―No te preocupes, estamos más que agradecidos de que nos ayudes nuevamente.
Sebastián miró a Aylin.
―Aylin… creo que deberías descansar, cuanto más lo hagas más rápido recuperarás tu energía.
Ella asintió, tomó la mano de marido y siguió a su amigo. Cassian llevó a Aylin a descansar en la habitación preparada para ellos, asegurándose de que estuviera cómoda y tranquila. La preocupación se reflejaba en sus ojos, pero intentaba mantenerse fuerte por Aylin y por sus hijas. Después de asegurarse de que ella estuviera descansando, Cassian se dirigió al estudio de Sebastián.
―¿Se durmió? ―pregunto el alfa entregándole un vaso de whisky.
―Sí, todo fue demasiado para ella. Incluso para mí, jamás pensamos que sería tan preocupante la situación.
―Todo va a salir bien, hombre. Tú debes tener confianza, han pasado por mucho, esto es solo un pequeño inconveniente.
―Trataré de verlo así, pero… si algo le sucediera a Aylin… o mis hijas, yo…
―Nada va a pasar, Cassian. ―Sebastián trató de darle ánimos ―La diosa no puede darle esta bendición y luego quitárselas.
―Eso espero ―murmuro y se llevó el vaso a los labios ―De corazón espero que tengas razón.
―Y la tendré, esas hermosas princesas pondrán tu mundo de cabeza.
Cassian no pudo evitar sonreír, cada noche imaginaba como serían sus caritas, sus manitos y luego cuando finalmente se convirtieran en lobo. Únicamente imaginaba eso, no quería pensar cuando se enamoraran, evadía esa parte deliberadamente.
Bebió más whisky y le preguntó a Sebastián.
―¿Has tenido noticias de Morana?
―Sí ―respondió el alfa y tomó asiento delante de Cassian ― He tenido noticias recientes. Morana está bien, pero el consejo de ancianos está tras ella. Sin embargo, está decidida a acabar con aquellos vampiros que pretendan hacer daño. Continuará persiguiéndolos y asegurándose de que paguen por sus acciones.
Cassian asintió, sintiendo un profundo respeto y gratitud hacia Morana por su valentía y determinación en la lucha contra los vampiros maliciosos. Sabía que ella era una aliada poderosa y que su amistad era crucial para mantener la seguridad de su manada.
Esa noche los dos continuaron conversando de negocios y también de futuros proyectos. Los días pasaron lentamente mientras Aylin se preparaba para el nacimiento de las gemelas. Todos en la mansión de Sebastián estaban llenos de anticipación. Hasta que, finalmente, llegó el tan esperado día.
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