UNA TRAICIÓN
―Creo que muy pronto tendremos buenas noticias. ―dijo Lorcan con emocionado.
―Sí, estoy seguro de que los Paterson, se unirán a nosotros. Somos su mejor opción.
Lorcan y su hermano, el alfa Leandro, regresaban de un viaje ordenado por su padre, el viejo alfa Brutus Alerón.
―Bien, supongo que tú puedes encargarte de darle los detalles a papa… yo tengo algo que hacer. ―Lorcan dijo a toda prisa, en su rostro se notaba la ansiedad por irse. Y la razón era su prometida Daphne Moon. La hija mayor de un delta condecorado de la manada, Darius Moon.
Su hermano Leandro sonrió a medias y dijo en tono divertido.
―Sí, sí, sé que te mueres por verla.
―Pasa cuando reconoces a tu alma gemela hermano ―Lorcan le dio una sonrisa y abrió la puerta del estudio ―Lo entenderás cuando encuentres a la tuya.
Lorcan se fue y cerró la puerta tras él, una vez que lo hizo los ojos de su hermano, se oscurecieron y una sonrisa burlona se formó en sus labios.
Poco tiempo después, el beta entró en la casa con un corazón lleno de amor y ansias por ver a su amada Daphne.
―¡Daphne! ¡He vuelto!
Pero nadie respondió. Después de que ambos se reconocieran como pareja, Lorcan se comportó como un caballero y pidió formalmente la mano de su amada. Y para su buena suerte, el viejo delta Darius, estaba más que emocionado y bendijo su unión. Desde entonces, Daphne y él se quedaban juntos en la casa que era de su abuela. En lo particular, Lorcan no quería que vivieran en la gran casa, ya que él nunca sería alfa, no tenía sentido seguir allí. Así que Daphne y él vivían juntos, sin embargo, faltaban solo unos días para la ceremonia de su unión formal.
―Daphne, cariño… ―grito y comenzó a subir las escaleras.
Cuando llegó, abrió la puerta y las palabras murieron en sus labios.
― ¡Daphne, mi amor! He esperado tanto…
Lo que vio le rompió el corazón por completo. Daphne estaba dormida en los brazos de otro, específicamente Rubius, el alfa de una manada rival. En cuanto vio esto, su cuerpo se entumeció y su corazón por poco se le sale del pecho. Su compañera lo había traicionado.
Un segundo después, todo su cuerpo fue poseído por la rabia, pero más por el dolor.
―¡¿Qué demonios significa esto?! ―grito lleno de furia al momento que retiraba la sabana con brusquedad. Sus ojos se abrieron perplejos al encontrarla desnuda debajo ―Daphne… ―él estaba incrédulo, lleno de rabia y dolor. ―¿Cómo…? ¿Por qué?
El pobre hombre no entendía. Por otro lado, Daphne abrió los ojos y lo miró con horror. Su cuerpo se enfrió por completo y su corazón dejó de latir un segundo. La mirada cargada de perplejidad y humillación en Lorcan estaba apuñalándola sin compasión.
―Lorcan…
El beta dio un paso adelante y sus ojos se clavaron en ella con furia.
―¡Maldita sea! ¡¿Cómo pudiste traicionarme de esta manera?!
―Lorcan… ―Daphne tomó la sábana para cubrir su cuerpo ―Yo… déjame…
―¿Qué, qué vas a decirme? ¿Qué no es lo que parece?
El alfa, que ya se había despertado, tenía una sonrisa en sus labios. No contaba con que Lorcan llegará antes de lo previsto o por lo menos no antes de que se fuera, sin embargo, no le importaba. Al contrario, se estaba divirtiendo de lo lindo con la cara de traicionado, que tenía el beta.
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