Miró a Joaquín, que estaba dormido a su lado, durante un buen rato y no pudo evitar suspirar suavemente: "Le hice un favor a tu papá, y con eso, creo que ya le pagué a Sofía lo que le debía".
...
Estefanía estaba medio dormida cuando oyó que alguien estaba abriendo la puerta. Abrió los ojos y vio a Carlos quitándose la ropa para darse una ducha.
Si se duchaba aquí, seguro que se quedaba a dormir esa noche.
Sin hacer ruido, se volteó y acobijó a Joaquín.
Apenas retiró la mano, sintió que el colchón se hundía a su lado.
"Pásame una cobija, me voy a dormir al estudio," dijo Carlos desde atrás.
El tatami del estudio era realmente pequeño. Estefanía se giró para mirarlo y le dijo: "Pensé que ibas al extranjero a hacer unos mandados".
"¿Así que ni una cobija quieres darme?" Carlos la miró y le respondió con tono indiferente.
Estefanía no dijo nada, su silencio decía claramente que no quería que él se quedara en Edificio Coral.
Aún no se había recuperado completamente de sus heridas, pero no quería mostrarse débil frente a Carlos.
Después de mirarse fijamente por un rato, Carlos finalmente suspiró, se levantó y regresó al baño.
Estefanía lo vio entrar y, al escuchar el sonido del agua, se sintió aliviada.
Pero en unos minutos, Carlos volvió a la cama y se sentó en el borde.
Solo tenía una toalla alrededor de la cintura, dejando ver su abdomen marcado.
La luz del baño dejaba ver las heridas recién cicatrizadas en su cuerpo, seguramente de la última explosión.
También se veían las heridas en su espalda que ella misma le había causado.
Estefanía lo miró un par de segundos y luego, con el rostro frío, apartó la mirada.
De repente, él extendió la mano, agarró una de sus piernas y la atrajo hacia él con facilidad.
Estefanía se sentó de golpe y le dijo con el ceño fruncido: "¡Tengo que volver a grabar en unos días!"
Estefanía se quedó sentada, viéndolo llevarse cosas del estudio, se cambiaba de ropa y se iba.
En el momento en que la puerta se cerró, se dio la vuelta, volvió a tomar el medicamento de la mesa y lo miró.
Luego, tapó la pomada, se levantó, bajó de la cama y sacó su computadora para entrar al juego.
Estrella Fugaz: "Por fin te conectaste, ¡te he estado esperando todo el día!"
Musas del Crepúsculo: "Ya te dije que no puedes subir a tocar la puerta de mi casa, hay gente vigilando".
Estrella Fugaz: "¿No debo devolverte tu memoria USB? Hace medio mes que no te veo y no es seguro tener tus cosas en mi casa, la gente de Carlos ya ha entrado a mi casa cuando no estoy".
Musas del Crepúsculo: "Déjalo allí, que piensen que tú eres Fénix".
Estrella Fugaz: "¿Cómo así?"
Musas del Crepúsculo: "Hay algo en lo que necesito tu ayuda, dile a King que te contraté por una vez, y que se descuente tu pago de mi salario".
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