En el reservado VIP del Club de Élite, Faustino y unos guardaespaldas llevaron con respeto el Golconda que Carlos había ganado en la subasta justo hasta su mesa.
"Felicidades, Sr. Mendoza, Sra. Mendoza".
Carlos alzó la vista hacia Estefanía, quien parecía estar distraída, y le preguntó: "¿Te gusta?".
Con una expresión complicada, Estefanía asintió y respondió en voz baja: "Sí, me gusta".
Entonces reinó el silencio en la habitación.
Carlos miró fijamente a Estefanía y les dijo a los demás en voz baja: "Todos ustedes, salgan".
Fue entonces cuando Estefanía se dio cuenta de que había molestado a Carlos.
"¿En qué estás pensando?". En el momento en que sus miradas se cruzaron, Carlos la observó y preguntó en voz baja.
Estefanía balbuceó, se sintió algo frustrada por haber reaccionado con tanta indiferencia a los esfuerzos de él por complacerla, ni siquiera podía considerarse indiferencia, ya que se había distraído.
"Carlos...". Ella se acercó conscientemente, se sentó en sus piernas y susurró su nombre.
Sin embargo, la mirada de Carlos se congeló y permaneció en silencio.
"No es lo que estás pensando, de verdad me encanta este Golconda, ¡me gusta de corazón!". Estefanía se apresuró a explicarle.
Carlos soltó una risita fría: "Tal vez me estoy complicando las cosas solo".
Él había planeado que su propuesta a Estefanía fuera grandiosa, deseaba que todo el mundo supiera cuánto adoraba a esta mujer.
Carlos y la enfadada Estefanía se miraron a los ojos durante unos segundos, y finalmente una sonrisa apareció en sus ojos: "Yo creo que es invaluable, no importa cuánto pagué por él, vale la pena".
Mientras hablaba, tomó la caja de cristal, la colocó entre los dos y dijo: "Porque te gusta y por su significado".
"Este Golconda tiene que ver con una historia de amor real. Se trata de un rey que quería que hubiera una joya en el mundo digna de su reina, pero que no opacara la belleza y el carisma de su reina, así nació este diamante".
"Desde entonces, este diamante representa un amor puro y noble, un amor leal y eterno".
Él esperaba que su relación con Estefanía fuera como aquel Golconda, por eso planeaba hacerlo un anillo de compromiso para ella, sería único en el mundo.
"Cualquier cosa que te guste, sólo tienes que pedírmela". Tomó su mano derecha y la llevó a sus labios para darle un beso suave.
"Ahora creo que tengo el derecho de hacerte esta pregunta, señorita Estefanía, ¿quieres casarte conmigo?".
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