Divina Vida romance Capítulo 20

ANTES DE LEER: se recomienda discreción, a continuación vienen algunas escenas fuertes y de violencia.

Me quedé observando fijamente a Jeanne, quien al comienzo frunció su ceñó y luego pareció entender, cuando lo hizo, bajó su mirada y negó con la cabeza, su silencio lo decía todo. Luego de un minuto, habló.

-Emma, este no es el momento ni el lugar para hablar de ello, tengo poco tiempo y otra reunión en media hora...

-No me importa-dije seca- ¿Por qué me lo ocultaste? ¿De verdad asesinaste al esposo de tu hermana?

-Emma-Jeanne me volvió a observar esta vez con una mirada fría, sus ojos no expresaban nada, sus labios estaban apretados- cuando te digo que este no es el momento es cierto, no puedo revelar nada de información aquí, pero si puedo explicártelo una vez que llegue a la mansión...

Negué con mi cabeza y me levanté, Jeanne pareció sorprendida de mi reacción pero siguió allí sentada observándome.

-Eso no es todo lo que me dijo Beatriz, también me dijo lo que hiciste con el otro socio de la empresa, lo mandaste a matar...-escupí y Jeanne abrió sus ojos como platos.

-Beatriz no te ha dicho la verdad Emma, por favor, déjame explicártelo una vez que estemos en la mansión...

-¿Acaso no es verdad que le diste la primera puñalada a tu cuñado?-dije herida y Jeanne bajó su mirada- también me usaste a mi para conseguir información y creí tontamente en cada una de tus palabras, hasta llegué a creer que de verdad sentías algo por mi...

Jeanne se levantó para acercarse pero me alejé, estaba furiosa, me sentía tonta, usada y herida, Jeanne había jugado conmigo como todas las demás personas en mi vida, pero no dejaría que lo siguiese haciendo.

-Hoy me iré de la mansión-dije enojada- no me busques, no quiero oír más de tus mentiras...

-Emma por favor, de verdad te explicaré todo pero no puedo hacerlo ahora, por favor...

Me quedé en mi posición, no la observé, no pensé en nada, solo necesitaba tomar aire y alejarme de Jeanne Nizzari. Tomé mis cosas y sin mirarle abrí la puerta y me fui de allí, pasando por Gaby quien me observó con una sonrisa ¿Por qué me sonreía? Le lancé una mirada fugaz de enojo y me encaminé rápidamente a los ascensores, debía huir de allí.

Una vez que llegó el elevador me subí y presioné el número del piso hacia la salida, mi respiración estaba agitada y mi pecho subía y bajaba a mil por hora, necesitaba dejar que mi cabeza respirara de todo aquello, de los secretos, las mentiras y principalmente, respirar de Jeanne Nizzari.

La gente a mi al rededor eran manchas que avanzaban junto a mi, no me concentraba en nada y menos en donde me dirigía. Quizás por inercia caminé manzanas y manzanas, en mi cabeza me daban vueltas las reacciones de Jeanne, ¿de verdad había echo todo aquello? ¿Era la mujer fría y calculadora que creía que era? No lo sabía, me sentía herida y decepcionada, era un sentimiento parecido al que sentía cuando Víctor me dañaba, creía que era amor y que eso resistía todo el dolor, pero estaba equivocada, no es amor si una persona te daña a sabiendas ¿Eso me había echo Jeanne Nizzari?

Caminé hasta doblar la manzana y me sorprendí de ver mi antiguo departamento al otro lado de la calle ¿Había caminado tanto? ¿Y por qué hasta aquí? Probablemente porque sabía en mi interior que este era el único lugar que seguía siendo completamente mío.

Llegué hasta la portería y reconocí al señor que siempre estaba allí, le dije que se me habían quedado un par de cosas en mi ex departamento y me dejó subir hasta allí sin ningún pero, cosa que agradecí. Cuando llegué, todo estaba vacío-como siempre- pero de cierta forma era reconfortante, encontré un par de mantas en uno de los closets y las puse en el suelo para sentarme, allí decidí prender un cigarrillo para calmarme, me sentía agotada, cansada de ser parte siempre de cosas que estaban por sobre mí y lo que podía soportar. Si algo sabía en mis 26 años de vida era que ya no podía ser usada por nadie, debía valerme por mi misma y aprender a no dejar que los demás me hiriesen como quisieran.

Estuve allí fumando cigarrillo tras cigarrillo por varias horas, hasta que toda la cajetilla se me acabó y me quedé en la oscuridad del atardecer observando hacia el vacío. Cuando las últimas luces de la tarde comenzaron a desaparecer me levanté del suelo y respiré, ahora me sentía mucho mas calmada, di un respiro a mi cabeza y prácticamente me sentía mas renovada. Pasé al baño y luego de observarme una última vez al espejo-todavía llevaba el elegante vestido- me decidí por volver a la mansión y tomar mis cosas, definitivamente necesitaba alejarme de todo aquello.

Bajé hasta el primer piso y me despedí amablemente del señor, quién nada le importó mi larga estadía en mi ex departamento. Salí a la calle y la noche ya había caído sobre la cuidad. A falta de dinero y un pasaje para el autobús decidí caminar hacia la mansión, llevaba al rededor de una cuadra cuando un coche-muy familiar para mí-apareció dando la vuelta a la manzana, era Jeanne. Comencé a caminar con un paso más rápido pero en cosa de segundos el coche me alcanzó, Jeanne Nizzari se bajó del coche cerrando la puerta fuertemente y con pasos rápidos caminó hasta mi posición.

-Emma, entra al coche, por favor...te explicaré todo-dijo en tono de súplica y yo negué con mi cabeza- sé todo lo que puedas pensar sobre mí, pero por favor, no me juzgues sin antes escucharme, te diré toda la verdad.

Por primera vez decidí mirarle, Jeanne estaba allí, con el cabello despeinado y su blusa salida de la falda, parecía haber corrido y su respiración estaba agitada, pese a todo ello, sus ojos me decían la verdad, no parecían querer esconder nada, me contaría todo.

-Alisa negó con su cabeza pero la obligué a venir conmigo, no podía dejarla allí sabiendo lo que ese hombre hacía con ella. Subí a ambas al coche y volví hasta la mansión con ambas, Alisa miraba perdida hacia todos lados, fue duro vivir todo aquello y ver a mi hermana destruida, yo estaba vuelta loca y completamente furiosa, quizás demasiado pero logré sacarle la verdad a mi hermana en ese viaje de vuelta..

-Alisa, por favor dime ¿Qué te hacía Pablo?-Alisa no contestaba y yo perdía los estribos- hermana por favor cuéntame, soy Jenny, tu hermana, puedes confiar en mí...

Alisa miraba perdida hacia fuera mientras conducía por la noche nuevamente a 100 km, me enfandé y se lo pregunté de nuevo, hasta que por fin pareció reaccionar y me observó.

-Pablo desde que nos conocimos siempre estuvo manipulándome, me decía que era solo de él, de su propiedad, que nadie más me amaba como él lo hacía, por lo mismo, yo debía reservarme solo para él y nadie más, ni siquiera mi propia familia... Cuando nos casamos su actitud comenzó a cambiar todavía mas, no me dejaba salir a comprar porque me decía que nadie mas podía mirarme, solo él... y yo le creía todo aquello, dejé que me castigara cuando salía a escondidas, o cuando iba al parque con Marie para que saliera a jugar, él siempre me castigaba, me golpeaba y luego al día siguiente venía con una ramo de flores-siempre distinto- a pedirme disculpas, me decía que había perdido el control pero que nunca más lo iba a hacer...y yo le creía, por amor o por medio, le creía y hacía lo que el me dijese. Con el tiempo me obligó a vestirme completamente tapada, porque decía que nadie mas podía ver mi piel, que era solo de él...Cuando Marie cumplió los dos años, la deje durmiendo y me fui a acostar, Pablo aquel día me dio una paliza que me dejó en el suelo, sangrando e inconsciente, él mismo me llevó hacia el hospital y le dijo al doctor que me había caído. Así fue durante muchos meses, sus golpes eran cada vez mas fuertes y yo luego de un tiempo ya no resistía de la misma forma. Hoy me volvió a dar una paliza, pero esta vez me dijo que si volvía ponerme el mismo vestido de ayer iba a castigar a Marie por mi culpa, yo...no puedo dejar que le haga daño a Marie, ella es lo único que me ha hecho sobrevivir este infierno. Cuando salió a comprar te llamé y ahora...-Alisa rompió en llanto y yo también lo hice, paré el coche al lado de la carretera y la abracé fuertemente.

-Nunca más estarás sola hermana, me tienes a mi y ese cabrón se las verá conmigo..

-Aquella noche, luego se llevar a mi hermana al hospital y luego a la policía a constatar lesiones la llevé hacia la mansión, Alisa estaba preocupada porque creía que Pablo iría tras ella y Marie, y no se equivocó, eran al rededor de las tres de la mañana cuando un vidrio se rompió abajo en la mansión, apenas lo escuché sabía que era Pablo, llamé a la policía y nos escondimos con Alisa y Marie en la cocina.

-Jeanne, él nos viene a matar, nos matará a todas-Alisa lloraba desconsoladamente en silencio mientras en sus brazos tenía a Marie.

-Alisa, no permitiré que eso suceda-agarré uno de los grandes cuchillos de la cocina y nos quedamos allí esperando que no nos encontrase. Luego de unos minutos se escucharon pasos que venían hasta la cocina.

-Nos matará Jeanne, nos matará, por favor, que no le haga daño a Marie...

Negué con mi cabeza, cuando la puerta se abrió Pablo estaba allí, tenía una barba de varios días y con los puños cerrados se abalanzó hasta mí, me cogió por el brazo y me lo dobló rompiéndome la muñeca, grité de dolor pero esquivé su segundo golpe, comenzamos a forcejear mientras Alisa no paraba de gritar, cuando Pablo dio un paso en falso tomé nuevamente el cuchillo y se lo enterré en uno de sus hombros, él sin inmutarse se lo sacó en cosa de segundos y lo elevó para enterrármelo y matarme, pero Alisa fue más rápida y en cosa de segundos le enterró una segunda puñalada en el estómago, caí hacia atrás rendida del dolor, Alisa era otra, estaba enojada, estaba furiosa...cuando enterró la puñalada Pablo seguía de pie, Alisa le volvió a apuñalar en el estómago, una y otra vez, hasta que Pablo cayó hacia atrás muerto.

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