¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 1545

En ese momento, Elia no solo estaba nerviosa, sino también sorprendida al mirar a Josefina.

¿Su tía acababa de tener un desacuerdo con el Dr. Díaz y ahora había accedido a ir al cine con él?

¿Qué estaba pasando?

¿Era un encuentro casual entre enemigos?

El Dr. Díaz sacó su teléfono y compró dos entradas en el acto, diciéndole a Josefina: "Hay un centro comercial cerca, la película comienza en media hora, tenemos que darnos prisa."

"¡Vamos pues!" Josefina se puso de pie y siguió el paso del Dr. Díaz.

"Tía..." Elia estaba preocupada e intentó seguirlas.e2

Josefina se detuvo y miró hacia atrás diciendo: "Elia, tú vuelve a casa, después de la película, le pediré al Dr. Díaz que me lleve de vuelta. Tú ve y descansa un poco."

Dicho eso, Josefina se fue con el Dr. Díaz.

Elia obedientemente no las siguió, porque sabía que si lo hacía sería una intrusa en la cita de su tía con el Dr. Díaz.

Mirando cómo el Dr. Díaz y Josefina salían del restaurante, los pensamientos de Elia estaban en desorden y melancolía.

Ese día era el día que había organizado para que el Dr. Díaz tuviera una cita a ciegas, ¿cómo terminó su tía involucrada?

Sabía que su tía había aceptado sin dudar para evitar que el Dr. Díaz la incomodara más, su tía estaba pensando en ella.

Pero aun así, le parecía extraño.

Elia estaba sumida en sus pensamientos cuando de repente sintió una mirada penetrante en su espalda.

No necesitaba voltear para saber que era Asier quien la observaba, y de inmediato sintió todos sus nervios tensarse.

Se giró ligeramente y forzó una sonrisa, diciendo: "Adelante, disfruten de su comida, yo me voy."

"Asier ha dejado los documentos de diseño aquí conmigo, yo te la pasaré en un momento." dijo Cecilia.

Apenas terminó de hablar, la mirada profunda de Asier se posó sobre ella, y con un tono calmado pero firme, dijo: "Dame la documentación, tú vete a casa."

Aunque Asier habló con calma, Cecilia pudo notar al instante su descontento y enojo.

Cecilia se sintió hundida y afligida, intentando argumentar: "Asier, no estoy cansada, quedamos en que hoy te acompañaría..."

La mirada penetrante de Asier la interrumpió, haciendo que se callara de golpe, asustada de seguir hablando.

Ella podía ver que Asier estaba realmente enfadado.

¡Porque había descubierto su mentira!

¡Fue Elia quien lo cuidó durante tres años, no ella!

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