¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 1575

Este nivel de desconfianza, ¿acaso lo consideraba un hombre cualquiera?

Es cierto, su reputación era de ser un conquistador y su fama se había regado por todos lados. ¿Qué mujer decente no se cuidaría de él?

Y más aun teniendo un pasado especial con él. Que ella temiera ser vista como una mujer a la que se puede seducir fácilmente también tenía sentido.

La sincera disculpa de Orson la tomó por sorpresa.

Al ver su cara de arrepentimiento y su seriedad al disculparse, la ira que había llenado su cuerpo de repente se disipó, y se sintió sin base, como si hubiera exagerado un poco antes.

Exhalando un suspiro, suavizó su tono y dijo: "Vete, necesito descansar."

"Lo de Priscila y yo..." Orson intentó explicar, que él y Priscila no se casarían, que ni siquiera siendo una persona común se casaría con Priscila.e2

Sin dejarlo terminar, dijo: "Dijiste que no me molestarías, ¿me estás mintiendo otra vez?"

No quería escuchar nada sobre él y Priscila.

El solo hecho de escuchar sus nombres juntos la hacía recordar la imagen de tres años atrás, de ellos compartiendo una cama, haciendo lo que hacían.

Esa imagen era como una espina en su corazón, que dolía cada vez que se tocaba, por eso prefería no rozarla.

"No es eso." Orson se detuvo, apresurado en responderle.

Con las pestañas caídas, Orson dijo: "Descansa bien, yo me voy. Si necesitas algo, llámame y estaré aquí enseguida."

Él vivía justo enfrente de ella, era fácil pasar.

"Está bien, ya vete." ella insistió en que se fuera.

Orson no dijo más y se marchó.

Mientras ella siguiera soltera, él todavía tendría oportunidades.

Pensando en esto, el ánimo de Orson, que había estado sombrío por mucho tiempo, de repente se aclaró y una sonrisa se formó en sus labios.

Al regresar a su casa, sacó su teléfono y llamó a Vicente Fuentes: "Vicente, mañana al mediodía te invito a comer, pide lo que quieras."

Menos mal que Vicente se las arregló para que él viviera en esta comunidad, y además justo al lado.

¡Vicente era su ángel guardián!

Aunque el alojamiento que Vicente le había conseguido era al lado, eso era solo una coincidencia perfecta, pero de verdad le había hecho un gran favor.

"¿Qué pasa, te has hecho rico y por eso estás tan feliz?" Vicente preguntó en tono de broma.

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