¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 1605

Asier siempre se había sentido culpable por lo ocurrido y sabía que Elia le guardaba rencor.

"Las palabras que te dije antes de desmayarme, no las has tomado en serio."

Hace tres años, arriesgó su vida para salvar a Elia y le dijo antes de perder la conciencia que, desde ese momento, no se debían nada el uno al otro.

Le debía la vida a su madre, y con eso, estaban en paz.

"No es cierto", Elia estaba a punto de replicar.

Asier continuó: "Has cuidado de mí durante tres años, contratando a los mejores médicos para curar mi enfermedad. ¿Acaso esos tres años de cuidados y el favor de encontrar a esos médicos no significan que soy yo quien te debe ahora?"

"Yo..."e2

"Y hoy, te has herido tratando de salvarme, ¿no es eso también una deuda que tengo contigo?" Los ojos profundos de Asier la miraban intensamente, lanzándole una serie de preguntas retóricas.

Con la presencia imponente que tenía, esos cuestionamientos hicieron que Elia se sintiera aún más confundida. Las palabras que había preparado se desvanecieron, sin saber cómo responder.

"No me debes nada." Después de balbucear por un momento, esa fue la única frase que pudo encontrar, sin peso ni importancia, incapaz de justificar su significado.

"El día que desperté, no fuiste tú quien decidió irse, fue mi abuelo Benjamín quien te pidió que te fueras. ¿Por qué no me lo dijiste?" Asier parecía no haber escuchado su excusa, y prosiguió con sus preguntas.

Elia, sorprendida, levantó la cabeza bruscamente, sus ojos llenos de pánico y sorpresa encontraron la mirada de Asier.

En ese instante comprendió que no había sido él quien la había alejado, sino Benjamín.

"Creí que era lo que querías." El peso en el corazón de Elia se alivió un poco.

Asier entendió entonces que había sido un malentendido creado por su abuelo.

"Ese es un compromiso que mi abuelo y Maximiliano acordaron, yo no estuve de acuerdo, así que no cuenta. Cuando Maximiliano despierte, le aclararé las cosas." Asier tomó la iniciativa para explicarle a Elia la situación con Cecilia.

"Pero tú y ella ya habían confirmado su relación, ¿no es así?" Elia preguntó apresuradamente, aún si el compromiso había sido arreglado por otros, la cercanía entre Asier y Cecilia, ¿acaso también era falsa?

Sin querer, Elia dejó traslucir su ansiedad. Tras hablar, se dio cuenta de su error y rápidamente trató de contener sus emociones, bajando la mirada y diciendo: "Lo siento, no debería haber preguntado."

Asier notó su agitación y también vio la cicatriz blanca en su cuello. Con lo inteligente que era, de inmediato comprendió las preocupaciones de Elia.

Dijo: "La última vez que Liuva te secuestró, ella tenía grandes ambiciones. No importa cuánto dinero le ofrecieras, nunca sería suficiente para ella.

Tuve que usar la táctica de la provocación para hacerle saber que ninguno de nosotros te valoraba y que si te mataba, no solo no conseguiría dinero, sino que además terminaría en prisión. Un negocio así no le convendría, su única salida era liberarte."

Elia finalmente entendió la intención detrás de las acciones de Asier. Su respiración se entrecortó, su corazón latía con fuerza, y la imagen de Asier ante ella se transformó: ya no era el hombre frío de antes, sino alguien que irradiaba una luz deslumbrante, tan hermoso y tierno que ella deseaba lanzarse en sus brazos.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia