¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 1638

Jimena estaba aterrada, todavía agarrando el brazo de Orson, parada en su lugar, sin atreverse a abrir la puerta.

El timbre sonó de nuevo, tirando de los nervios de Jimena. Su corazón latía con fuerza, sentía hormigueo en el cuero cabelludo y su respiración se había detenido por completo.

Miró a Orson con los ojos desorbitados, pero lo encontró mirándola inclinando la cabeza, con sus hermosos ojos fijos en ella y una sonrisa maliciosa en los labios. Se veía tranquilo y desenfadado, con una actitud despreocupada que la desconcertaba.

Al ver su actitud relajada, Jimena pensó en la posibilidad de que afuera estuvieran sus dos pequeños tesoros y si abría la puerta, sus hijos se encontrarían con este padre irresponsable que en cualquier momento podría quitarle a sus hijos.

Sentía que quería morirse.

Inconscientemente, apretó más fuerte el brazo de Orson, dispuesta a llevarlo a otra parte, a esconderlo en una habitación.

Apenas se movió, Orson soltó una risita y dijo: "Tengo que ver quién está afuera para haberte asustado tanto".e2

Mientras hablaba, Orson se adelantó para abrir la puerta.

"No..." Jimena abrió los ojos de par en par, intentando detenerlo, pero fue un segundo demasiado tarde.

Orson abrió la puerta.

Con la puerta abierta, Jimena contuvo la respiración, su corazón se detuvo, cerró los ojos, no quería ver la escena fuera de la puerta, esperando la tortura inminente.

Orson vio que Daniel estaba afuera, un hombre con aire de erudito, y junto a él, Julia.

Los dos estaban juntos, Julia abrazaba el hombro de Daniel, ambos con una sonrisa, sumergidos en su amor, parecían muy felices.

Era solo Daniel y su novia.

Orson levantó una ceja y miró hacia atrás, viendo a Jimena con los labios apretados, los ojos cerrados, en un estado de miedo que no se atrevía a enfrentar.

El miedo de Jimena le dio a Orson una idea.

¿Por qué no podía enfrentarlo ahora que tenía una nueva novia?

En solo unos segundos, Orson tuvo mil pensamientos, atribuyendo el nerviosismo de Jimena a su incapacidad para enfrentar a Daniel.

Estaba disgustado y su tono se volvió sarcástico: "Tu exnovio vino y no te atreves a abrir los ojos, ¿temes que él malinterprete que estás conmigo? Su novia está aquí, ¿cómo se supone que debe sentirse si te preocupas tanto por lo que él piensa?"

Jimena sintió un vuelco en el corazón, ¿qué estaba diciendo Orson?

¿Su exnovio había venido? ¿No eran sus dos pequeños tesoros?

Sorprendida, abrió los ojos y de repente se encontró con la expresión burlona de Orson, esos ojos seductores llenos de escarnio y enfado.

Ella no entendía por qué Orson la miraba con esa expresión.

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