Elia era delgada y con curvas, llenaba el ambiente de un exotismo único, poseía una mezcla honesta y tentadora, era el tipo de mujer que los hombres adoraban.
Pero Janet, tanto su apariencia como su figura eran muy normales, quedaba en segundo plano al lado de Elia.
Janet tuvo que aceptar esta realidad y suspiró: "El Señor Griera es tan guapo y un hombre tan excelente, no sé qué mujer tendrá la suerte de tenerlo en el futuro".
La recepcionista agregó: "Definitivamente no serás tú, mejor céntrate en tu trabajo, ¿o acaso no viniste a ganar dinero?"
Janet frunció el ceño y se metió en el baño con un aire de desilusión.
Tras escuchar su conversación, Elia se secó el sudor de la frente. Aún no estaba claro quién sería el futuro amor del Señor Griera, pero ella sabía perfectamente quién había sido su amor en el pasado.
Después de que todos se fueron, Elia tomó el ascensor hasta el piso superior.
Su tarea hoy era limpiar el piso superior.
Originalmente, tenía que limpiar todo antes de que Asier comenzara a trabajar cada día, pero hoy se retrasó debido a Janet.
Asier ya había comenzado a trabajar, y su oficina aún no estaba limpia.
Después de limpiar todas las áreas, Elia finalmente llegó a la oficina de Asier.
Pensó que, como ya era hora de salir del trabajo, Asier no estaría en su oficina. Pero para su sorpresa, cuando abrió la puerta, vio a Asier sentado en su escritorio leyendo documentos.
Inconscientemente contuvo la respiración, entró sigilosamente, limpió la mesa, trapeó el suelo, tratando de no hacer ningún ruido, no quería molestarlo.
Después de limpiar todo, tuvo que limpiar el escritorio, eso era parte de su trabajo, si no lo hacía, y la gerencia descubría su falla, le descontarían parte de su sueldo.
Mientras limpiaba la mesa con la cabeza gacha, la presencia de Asier estaba a solo unos centímetros de ella, parecía como si le estuviera rociando la cabeza con su aroma de madera y virilidad.
Inconscientemente, Elia se detuvo, con una mano sosteniendo la fregona, y la otra presionando su palpitante corazón, tratando de calmarse.
Con una sonrisa forzada en su rostro avergonzado, se volteó de frente a Asier.
"Señor Griera, ¿necesita algo más?"
Asier abrió un cajón, sacó algo y lo puso sobre el escritorio, lo empujó hacia adelante un poco, "La próxima vez, no lo dejes tirado".
Elia miró fijamente, era un colgante en forma de nube, el colgante era de color verde jade, mostrando una textura transparente, a causa del uso frecuente, además del brillo verde jade, también desprendía una cualidad cálida y lustrosa.
Los ojos de Elia brillaron.
¡Ese era el colgante que había perdido hace cinco años!
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...