Asier, sin darse cuenta, miró al pecho de Elia, recordando el momento en el Club Real Galaxy cuando ella se inclinó para servirle una copa, mostrándole una hermosa vista.
Su garganta se movió involuntariamente y su voz se volvió aún más profunda: "Párate derecha, no te inclines, así no se te verá nada."
Elia asintió rápidamente: "Claro."
Luego, ella volteó a mirar por la ventana, no quería que él notara que estaba sonrojada.
Llegaron a la cima de la montaña donde se ubicaba la mansión.
Era un conjunto de villas, construidas alrededor de la montaña, rodeadas de vegetación abundante, hermosas vistas y aire fresco.
Elia se quedó en el auto, mirando cómo las mansiones se alejaban, parecían tan nobles y grandiosas como castillos.
El auto se detuvo en la cima de la montaña.
Había una villa en la cima que parecía un palacio, aún más grande, majestuosa y lujosa que las otras villas alrededor de la montaña.
Elia nunca antes había visto una villa tan lujosa, estaba muy asombrada.
Desde que se convirtió en madre, todo lo que veía, lo relacionaba con sus hijos.
Inevitablemente pensó, si sus cuatro hijos vivieran en una lujosa villa como esta, serían más felices que en su pequeño apartamento, ¿no?
Aquí hay un amplio espacio, césped verde, y un aroma a flores que invadía el lugar.
Podrían correr libremente aquí, jugar a su antojo, en lugar de quedarse en una habitación abarrotada jugando con juguetes.
Pero Asier no le gustaban los niños, los consideraba muy molestos.
Más que una gran casa, lo que los niños necesitan es amor y compañía.
Asier no podía darles amor, eso solo los haría sentir más frustrados y perdidos. Quizás incluso se sentirían peor.
Son sus cuatro pequeños tesoros, y no permitiría que nadie los lastime.
Por lo tanto, estar con ella era lo mejor para sus hijos.
No le diría nada a Asier acerca de sus hijos hasta que estuviera segura de que él los iba a aceptar.
Estaban encantados de que finalmente trajera a una mujer a casa.
Elia sintió el calor de Luisa, sonrió, pero parecía un poco tensa, miró a Asier con una expresión de pregunta.
Asier dijo: "Estos son mis abuelos."
Se los presentó a Elia, luego dijo a sus abuelos: "Esta es Elia."
"Muy bien, me gustas mucho, ven y siéntate a mi lado," Luisa le hizo señas para que se acercara.
Elia miró a Asier una vez más, él asintió.
Elia sonrió y se acercó.
Casualmente, su falda era demasiado larga y cuando caminó hacia adelante, pisó su falda y se tropezó, cayendo de rodillas al suelo.
Se encontraba justo en medio de Benjamín y Luisa.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...