¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 173

Elia se esforzaba por sonreír, ocultando las emociones que surgían en lo más profundo de su ser.

Elia también respondió a la cortesía de Asier, cogió un camarón, lo peló con destreza y lo puso en el plato de Asier.

"Señor Griera... ah no, Asier, tú también come."

Asier no dijo nada, sólo comió el camarón que ella había pelado.

Sentada al otro lado, Luisa observaba como interactuaba la pareja con una sonrisa cada vez más amplia en su rostro, una sonrisa de pura felicidad.

"Los hombres de nuestra familia son los más tiernos y atentos, sólo pelan camarones para las mujeres que aman."

Al terminar, miró con ojos llenos de felicidad a Benjamín, que estaba a su lado.

Habían estado casados por más de cuarenta años, y Benjamín le pelaba camarones para ella cuando comían.

Al ver a Asier pelar camarones para Elia, Luisa sabía que Asier había encontrado a "la persona" en su corazón.

Benjamín la miraba con ojos llenos de cariño mientras continuaba pelando camarones para ella.

Y al ver el amor y la felicidad en los ojos de Luisa cuando miraba a Benjamín, y el cariño en los ojos de Benjamín cuando miraba a Luisa, Elia se sintió conmovida por ese amor.

Ya era bastante difícil envejecer juntos, pero mantener la pasión de los primeros días de amor hasta la vejez, cuando sólo tienes ojos para una persona, es aún más difícil.

Pero Benjamín y Luisa eran esa pareja de esposos que todos envidiaban.

Luisa dijo que los hombres de la familia Griera sólo pelaban camarones para las mujeres que amaban.

Y Asier acababa de pelar camarones para ella.

¿Podría ser que él...

Elia tardó en darse cuenta y echó un vistazo rápido a Asier.

Al ver su rostro guapo y serio, su corazón comenzó a latir más rápido, como si un fuego ardiente hubiera encendido el agua hirviendo dentro de ella.

Rápidamente apartó la mirada, bajó la cabeza y comenzó a cortar el cangrejo más grande con un cuchillo y un tenedor, tratando de ocultar el enrojecimiento de su rostro.

De repente, Luisa dijo que los hombres de la familia Griera sólo pelaban camarones para las mujeres que amaban, y Asier acababa de pelar camarones para ella.

En otras palabras, ella era la mujer que Asier amaba.

Esto la dejó desconcertada sobre cómo actuar.

Cada vez que veía a Asier, su corazón latía más rápido, se ponía nerviosa y no podía mirarlo a los ojos.

Luisa parecía muy satisfecha, su sonrisa era cálida y profunda. "¿Cuándo planeas casarte con Asier? Deberías casarte pronto, tener hijos pronto, mientras Benjamín y yo estamos en buena salud para ayudarte a cuidar de ellos."

¿Tener hijos pronto?

Elia se sorprendió y se sonrojó.

Inconscientemente, miró su propio estómago.

Quería decir que ella y Asier ya tenían cuatro hijos, ¡habían tenido cuatrillizos de una vez!

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