¿Cómo iba Orson a obedecer a Marisa? Finalmente había conseguido su cédula de identidad y, al cruzar esa puerta, podría casarse con Jimena y empezar su propia familia, viviendo felizmente con su esposa e hijos.
Orson pasó de caminar rápido a correr, con un corazón lleno de nerviosismo y emoción. Si tuviera alas, volaría de inmediato hacia Jimena, la tomaría de la mano y juntos irían a formalizar su unión.
"¡Maldito niño, a dónde crees que vas!" Marisa vio a Orson corriendo y, en un ataque de pánico, salió tras él.
Orson no miró atrás, sus piernas largas y rápidas lo llevaban hacia la salida. Una vez fuera, tendría su propio mundo, libre de las órdenes de Marisa.
Al ver que no podía alcanzarlo, Marisa gritó al mayordomo que barría la entrada: "¡Cierra la puerta, no dejes que Orson se escape!"
La empleada siempre obedecía a Marisa, quien era la que le pagaba su salario. Al escuchar la orden, inmediatamente dejó la escoba y cerró la puerta con llave.
"¡Qué haces, apártate!" Orson llegó a la puerta, apartó a la empleada y trató de abrirla desesperadamente.e2
Justo cuando estaba a punto de salir, le arrebataron la cédula de su mano.
Instintivamente intentó recuperarla, pero Marisa escondió la cédula detrás de ella, retrocediendo varios pasos para evitar la mano extendida de Orson, y entre jadeos le dijo: "¡Orson, detente o romperé la cédula!"
Orson se detuvo, su rostro se tornó serio y sombrío, y dijo con enojo: "Es mi cédula, ¡tengo derecho a usarla!"
"¡No pienses que no sé para qué quieres el registro!" Marisa, con una vena latiendo en su cuello, miró fijamente a Orson y dijo: "¿Piensas a usarla para casarte con Jimena?"
Las lágrimas llenaban los ojos de Marisa, mostrando su profunda tristeza y furia.
Orson también estaba furioso, respirando profundamente para contener su irritación y enojo: "No hables así de ella. Todos somos hijos de nuestros padres, nadie es más noble que nadie."
"¡Todavía la defiendes!" Marisa gruñó.
"¿No puedes dejarme en paz?" Orson también gritó con ira.
Llevaba tres años soportando esa frustración y opresión, y ya no podía más. Todo el resentimiento acumulado estaba a punto de estallar como un volcán.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...