¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 1756

Asier levantó la mirada, enfrentándose a los ojos agudos de Benjamín, y tras dos segundos de silencio, dijo con voz firme: "¡Elijo a Elia!"

¡Elijo a Elia!

Al escuchar esas palabras, el corazón de Elia dio un vuelco de alegría y emoción. Miró a Asier con ojos llenos de gratitud y amor, y sin poder contenerse, las lágrimas comenzaron a brotar.

Esa frase le dio una sensación de seguridad que nunca antes había sentido, calmando su corazón ansioso y tembloroso de un momento a otro.

Por fin había alguien que, sin dudarlo, la elegía a ella primero. El sentimiento de ser valorada era increíblemente afortunado.

Cecilia, al escuchar la elección de Asier, cambió su expresión de insatisfacción por una de incredulidad y desconsuelo, negándose a creer lo que oía.

Con los labios temblorosos, preguntó con voz débil: "Asier, ¿qué has dicho?"e2

Asier volvió su mirada hacia Cecilia, su rostro serio y calmado, y pronunciaba con claridad cada palabra, dijo: "Elijo a Elia, ¿lo has entendido?"

Cecilia se sintió profundamente herida, a punto de desplomarse.

Maximiliano la sostuvo a tiempo. Con el rostro tenso y sin decir una palabra, sabía que cualquier cosa que dijera en ese momento sería inútil y solo agravaría el conflicto.

Quizás había sido demasiado confiado, pensando que si Asier había decidido ir con Cecilia a la boda, nada ni nadie podría cambiar su decisión.

Pero la realidad demostró que incluso la persona más fuerte puede vacilar en sus decisiones frente a alguien que realmente le importa. Y Elia era esa persona para Asier.

El simple hecho de que Elia le dijera que le gustaba fue suficiente para que él dejara todo atrás y la eligiera a ella con convicción.

"¡Qué insensatez!" exclamó Benjamín con ira. "Asier, te daré otra oportunidad para elegir."

A pesar de la gran tentación que había lanzado, Asier prefería renunciar a todo con tal de tener solo a Elia.

Benjamín siempre había sido consciente de la situación, pero nunca había intervenido, precisamente para restringir a Asier y obligarlo a casarse con Cecilia de una vez por todas.

Como en la situación de hoy, el Grupo Griera era la carta más fuerte de Benjamín para forzar a Asier a casarse con Cecilia.

Asier respondió a Benjamín con decisión: "¡No quiero esa oportunidad!"

Tras decir esto, dirigió su mirada hacia Elia con calma y dijo: "Vámonos."

Elia, volviendo en sí, se apresuró a empujar la silla de Asier para alejarse.

"Asier..." Cecilia dio un paso adelante, queriendo seguirlo, pero Maximiliano la tomó de la mano y la atrajo hacia él diciendo: "Cecilia, vámonos."

Ya habían llegado a este punto, no tiene ningún sentido seguir adelante.

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