"Satisfacer a los demás también puede ser algo bueno," dijo Asier mientras abrazaba a Elia, respondiendo a su pregunta anterior.
Apoyada en el amplio pecho de Asier, Elia se quedó pensativa al escuchar sus palabras. Después de pasar tanto tiempo con él, ella solía comprender rápidamente lo que quería decir.
Él había mencionado que satisfacer a los demás era algo bueno.
Eso significaba que su acuerdo para casarse con Cecilia era para satisfacerla a ella, a Maximiliano y a Benjamín.
¿Cómo podía ser que Asier, quien una vez fue inalcanzable y nadie podía influenciar, de repente tuviera un día tan desalentador?
¿Sería por su pierna?
Al pensar en eso, Elia sintió un pesar profundo y doloroso en su corazón.e2
Mientras Elia se sumergía en su tristeza, la voz baja y magnética de Asier volvió a sonar: "También quiero ver tu reacción, ver si te quedas indiferente al verme casarme con otra mujer."
El corazón afligido de Elia se contrajo de repente, sorprendida se incorporó y miró a Asier con sus grandes ojos expresivos: "¿No me digas que esto es una trampa que has preparado?"
Si no se equivocaba, el matrimonio de Asier con Cecilia era para provocarla a interrumpir la boda, para incitarla a declarar sus sentimientos por él.
¿Todo había sido planificado por él?
¡Dios mío, eso era aterrador!
Ella pensaba que había luchado intensamente consigo misma, que había reunido el coraje para interrumpir la boda y que se había vuelto más valiente.
Pero resulta que todo era parte del plan de Asier.
Asier seguía siendo el mismo de antes, astuto y juguetón, nadie podía superarlo.
¿Cecilia era solo un peón utilizado por él para probar sus sentimientos?
Elia de repente entendió la melancolía de Asier en ese momento.
Estaba dispuesto a cambiar su propia felicidad por la satisfacción de los demás.
Al darse cuenta de esto, Elia sintió tanto dolor como remordimiento y se apoyó en el pecho de Asier, abrazándolo por el cuello con sus manos y con voz llena de disculpas y culpa dijo: "Asier, lo siento, antes te malinterpreté, malinterpreté mucho, y también fui muy cobarde, siempre temiendo enfrentar mi corazón..."
Era su evasión lo que casi les había hecho perderse el uno al otro para siempre.
Al escuchar la voz suave de Elia, la garganta de Asier se tensó y su cuerpo se calentó. Su respiración se volvió pesada mientras levantaba la barbilla de Elia con voz ronca: "Te doy otra oportunidad para irte, ¿la tomarás?"
Sus ojos la miraban intensamente.
Sin la menor vacilación, Elia negó rápidamente con la cabeza: "No, no me iré, quiero quedarme a tu lado para siempre..."
"Bien, ya no tendrás más oportunidad," dijo Asier con voz ronca y luego selló sus labios con fuerza.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...