La chica gritó con sorpresa, atrayendo no solo la atención de Orson y Jimena, sino también las miradas curiosas de los demás alrededor.
Orson y Jimena se voltearon al mismo tiempo, solo para ver a Priscila sosteniendo a un niño de aproximadamente dos años, mirando a Orson con ojos llenos de ira y frustración.
Orson apenas echó un vistazo al niño antes de mirar fijamente a Priscila, diciendo sin expresión alguna: "Con quién me case no es asunto tuyo."
"¿Qué dijiste, Orson? ¡Repítelo!" Priscila avanzó furiosa con el niño en brazos.
Priscila se acercaba a Orson cuando Jimena decidió intervenir. Orson era su hombre ahora y, habiendo decidido aceptar su pasado, presente y futuro, no permitiría que ninguna otra mujer se le acercara.
Jimena rápidamente se puso delante de Orson, con los brazos cruzados y una postura desafiante, enfrentó a Priscila: "Un hombre soltero, una mujer soltera, nuestra boda es permitida por la ley y la moral. ¡No voy a dejar que nadie la arruine!"
"¡Aparta, que luego me encargaré de ti!" Priscila empujó a Jimena y dio dos pasos hacia Orson, colocando al niño frente a él con resentimiento y enojo: "Orson, míralo, ¡tiene tus ojos!"e2
Orson ya estaba cansado de la obsesión persistente de Priscila y su temperamento de niña mimada.
Con desdén, respondió: "Apártate, no impidas que me case con Jimena."
Dando la vuelta a Priscila, tomó a Jimena por los hombros y juntos regresaron al mostrador de registro.
El empleado les entregó un formulario a cada uno para completar. Orson llenó su formulario con entusiasmo y Jimena, sin dudarlo, comenzó a escribir sus datos con un bolígrafo negro.
Priscila se sintió ignorada. Viendo a Orson sacar su identificación y decidido a casarse con Jimena. No pudo aguantarlo más y, abrazando al niño, le dijo a Orson con lágrimas en los ojos: "¡Acaba de ser registrado en el registro de familia, se llama Jason, es tu hijo biológico!"
Priscila, sosteniendo a un niño de dos años y mirando a Orson con ojos llorosos, parecía una mujer abandonada y resentida.
Y Jimena, a punto de casarse con el padre de ese niño, parecería una entrometida a los ojos de los demás.
El corazón de Jimena, apenas acostumbrándose a la idea de casarse con Orson, fue golpeado duramente una vez más, y se sintió como una bufona en ese lugar, como si fuera el centro de una broma cruel.
Orson se quedó petrificado, mirando a Priscila y viendo su seriedad, comenzó a dudar de su propia incredulidad.
Porque aquella noche de hace tres años, era un obstáculo que los tres nunca podrían superar.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...