¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 1793

Entonces, llegó el turno de la concursante número dos. Bajo el foco de luz azul, una modelo con un vestido de gala amarillo caminó hacia la pasarela. La estatura de la modelo era alta y sus formas, equilibradas. El vestido, dejaba al descubierto unas piernas largas y rectas en el frente y una cola de sirena arrastrándose por detrás, resaltando aún más la figura de la portadora.

La modelo llevaba puesto un vestido de gala de color amarillo pálido que irradiaba una sencillez y elegancia que daba la sensación de una brisa primaveral.

Los joyas que ornamentaban su atuendo eran de tonos púrpuras. Elia se quedó petrificada al ver esos destellos soñadores de color morado, sintiendo un hormigueo en todo su ser.

Inconscientemente, apretó con más fuerza la mano de Asier que sostenía la suya, miró fijamente a la modelo sobre la pasarela, a las joyas que lucía, quedándose inmóvil en su lugar.

Asier notó el cambio en Elia. Al ver el diseño de las joyas sobre la modelo, su rostro guapo se ensombreció, y un aura helada lo envolvió.

Mientras la modelo seguía brillando con luz propia, desbordante de confianza y con una sonrisa elegante y orgullosa en su rostro, Elia estaba abajo, rígida y en estado de shock, incrédula y extremadamente enojada.

¿Por qué el diseño de la concursante número dos era idéntico al suyo?e2

¡Tanto la paleta de colores como el estilo del diseño eran los mismos!

¡Y ella no era la concursante número dos!

La obra que era idéntica a su diseño había desfilado antes que la suya. Esa era la parte que más le quitaba el aliento.

No podía haber tanta coincidencia que su diseño se hubiera cruzado justo con el de otra persona.

Aun si hubiera coincidencia, ¿cómo podrían ser idénticos los estilos?

Elia no tenía idea de cómo habían llegado las cosas a este punto. Miró ansiosamente a Asier, buscando su consejo, sin saber qué hacer.

Asier apretó su mano, mostró un gesto reconfortante, y dijo: "No te preocupes ahora, sigamos observando. Tal vez los organizadores confundieron a la modelo con las obras."

¡La modelo correspondiente al número tres era Liuva!

¿Cómo podría ser Liuva?

¿No había sido arrestada por la policía, esperando su sentencia?

¿Cómo podría aparecer en la final de un concurso de joyería?

Incluso si hubiera sido liberada bajo fianza después de lo sucedido, ella ya no tendría el derecho de modelar en un concurso de joyería.

Pero Liuva no solo apareció aquí, sino que también se convirtió en la modelo representante de la diseñadora número tres, caminando hacia la pasarela.

El asombro de Elia todavía no había terminado cuando se levantó de un salto al ver las joyas que llevaba Liuva.