Priscila, al escuchar la primera palabra de Orson al llegar, sintió un escalofrío en el corazón y supo que él había venido.
Se emocionó instintivamente; finalmente iba a ver a Orson.
No fue sino hasta que él terminó de hablar que se dio cuenta de que el hombre que había estado esperando ansiosamente, lo primero que hizo al llegar fue preguntar por Jimena.
¡Ni siquiera se preocupaba por su propio hijo, sino por Jimena!
Cuanto mayor era la expectativa en el corazón de Priscila, mayor era la decepción y el dolor cuando escuchó las palabras de Orson.
Su cabeza se llenó de ira, y su primera reacción fue dirigirse a Jimena.
No importaba lo que dijeran, su tarea más importante era asegurarse de que la reputación de Jimena se arruinara frente a Orson.e2
Jimena, enfrentándose a las acusaciones de Priscila, estaba bastante tranquila y le dijo con un tono sereno: "Hay tantas personas en el centro comercial, todos se empujaban entre ellos, en ese momento ni siquiera vi quien estaba detrás de mí, fui empujada y accidentalmente golpeé la frente de tu hijo. Inmediatamente dije que lleváramos al niño al hospital para un chequeo y que yo asumiría todos los costos, pero te negaste, insistiendo en llamar a Orson. ¿Qué puede hacer él al venir? No es médico, ¿puede ver qué problema tiene el niño?"
Priscila no esperaba que Jimena presentara los hechos tan calmadamente, y que no mostrara pánico ante su acusación.
Preocupada de que Orson creyera a Jimena en lugar de a ella y que sus planes de avergonzar a Jimena podrían fracasar.
Rápidamente le preguntó a su hijo con una expresión de urgencia y emoción: "Jason, dime, ¿ella te golpeó a propósito o fue un accidente?"
El pequeño, intimidado por la pregunta, se refugió en el abrazo de Priscila y no respondió.
La voz de Priscila se volvió aún más urgente, casi severa, al decirle al niño: "Jason, no tengas miedo, él es tu padre, él te defenderá, solo tienes que decir la verdad."
Por eso, no le había preguntado a Orson durante todo este tiempo sobre el resultado de la prueba de paternidad que él había hecho con el niño.
Aunque sabía que Orson había ido a hacerse la prueba de paternidad con el niño, ella aún no conocía el resultado final.
Frente a la intensa mirada de Jimena, Orson se encontraba desconcertado, evitando su mirada, sin saber qué cara poner frente a ella.
Aunque Orson no respondió, Jimena ya había obtenido su respuesta a través de su expresión.
Ese pequeño destello de esperanza en su corazón se desplomó por completo.
Luego soltó una sonrisa amarga, una risa llena de autodesprecio y amargura: "Ajá, ya entiendo."
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...