"¿Mamá qué tiene? ¿Otra vez discutir con papá?" Adora miró a Jimena con sus inocentes ojitos, pronunciando la palabra 'discutir' con una mezcla de curiosidad y ternura infantil.
Jimena no pudo evitar sonreír ante la pregunta de su hija, y justo cuando iba a responder, Adora añadió con su voz dulce y melodiosa: "Mami, ¿qué es discutir? ¿Es como cuando tú tiras del cabello de papá y él tira de tu camisa?"
La descripción de la pequeña con su vocecita de bebé hizo que Jimena soltara una carcajada involuntaria. Con un amoroso abrazo, acercó a Adora y le dijo con una sonrisa: "Claro que no, mami no es tan brava como para tirar del cabello de alguien."
"¿Y qué quería decir abuela con esa pregunta?" Adora preguntó con curiosidad.
"Abuela quería saber si mami se había encontrado de nuevo con tu papá." Jimena le explicó suavemente, también para que Jacinta lo escuchara.
"Mami, ¿viste a papá? ¿Cómo está? ¿Por qué no viene a vernos? Él dijo que nos llevaría a comer a McDonald's a menudo." Fred, que había estado callado hasta ahora, también miró a Jimena con sus grandes ojos redondos y llenos de curiosidad.
Recordando esa vez que Orson llevó a Fred y Adora a McDonald's sin decírselo, causando un gran susto a ella y a su madre, Jimena se sintió frustrada y desamparada.e2
A pesar del comportamiento irresponsable de Orson, los niños todavía esperaban que los llevara a comer algo rico otra vez.
Ella no podía suprimir el anhelo de sus hijos por su padre.
Pero la mirada con la que anhelaban el cariño paterno era algo que le partía el corazón a Jimena.
Sin querer decepcionarlos, Jimena les dijo con ternura: "Sí, mami se encontró con tu papá hoy en el centro comercial, pero no hablamos muy a gusto. Cuando lo vea otra vez, le pediré que los lleve a comer algo delicioso."
Jacinta, que había estado esperando cerca, suspiró silenciosamente tras escuchar la respuesta de Jimena.
Desde que Asier empezó a usar silla de ruedas, habían acordado tácitamente no invitarlo a salidas nocturnas como esta.
Después de todo, Asier no podía asistir, e invitarlo sería como burlarse de él de alguna manera.
Los cuatro grandes jóvenes de la Capital se habían reducido a tres, disfrutando en el Club Real Galaxy.
Orson levantó su copa, sonriendo hacia Rayan y Vicente: "Vamos, hace tiempo que no nos reunimos así, esta noche no nos vamos hasta emborracharnos."
Vicente echó un vistazo al vaso de Orson, la bebida rojiza en su interior resaltaba las manos esbeltas del hombre, dándoles un aspecto aún más encantador.
Con un tono ligeramente burlón y mirando el rostro de Orson, Vicente comentó: "Cómo cambian las cosas, cómo cambian las personas, ¿eh?"
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...